Las disciplinas de una mujer piadosa. Barbara Hughes
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Название: Las disciplinas de una mujer piadosa

Автор: Barbara Hughes

Издательство: Bookwire

Жанр: Религия: прочее

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isbn: 9781646911103

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СКАЧАТЬ de aprendizaje». Durante sus sesiones, la conducta del niño era descortés, impaciente, exigente, y sin autocontrol. El Dr. Coles trató de razonar con él, con la esperanza de descubrir la razón de su comportamiento, pero cada sesión sólo acrecentaba sus propios sentimientos de impotencia. Pasaron las semanas sin cambio alguno: el niño saliéndose con la suya en el consultorio del médico y el médico sin idea de cómo ayudarlo.

      Un día que estaba nevando, cuando llegó el niño se quitó con indiferencia sus galochas y las tiró, chorreando nieve, sobre la silla del médico. El Dr. Coles recuerda que instintivamente sintió que una rabia le subía por dentro, pero al mismo tiempo escuchó una voz interior que le decía que descubriera por qué el niño lo había hecho. Luchando por controlarse, caminó hacia la silla, recogió las galochas mojadas, las colocó en el pasillo fuera de su consultorio, y cerró de un golpe la puerta. Cuando el niño respondió que quería que estuvieran dentro del consultorio, el médico gritó: « ¡Ya no hay nada que hacer!»

      Esas eran palabras que sus propios padres habían utilizado durante su niñez cuando se les había terminado la paciencia con su mala conducta. Ocurrió algo asombroso. El niño se sentó con cara de arrepentido y preguntó si había algo que podría utilizar para limpiar el desastre que había hecho. Por fin, el médico lo podía ayudar. El Dr. Coles escribe: «Tenemos temor de imponer los límites obvios que necesitan los niños, muchas veces porque pensamos que cierta teoría psicológica requiere tal actitud. Irónicamente, si la psiquiatría moderna ha aprendido algo, es un respeto saludable por el lado sombrío de nuestra vida mental y la conciencia de cuán importante es para todos nosotros tener una clase de autoridad sensata sobre nuestros impulsos para que no nos gobiernen y, sí, nos arruinen, para no mencionar otros que conocemos».12

      El Dr. Coles descubrió lo que la Biblia enseñó hace mucho tiempo: Cuando no les enseñamos a los niños a respetar los límites y la autoridad que nos ha dado Dios, no les hacemos ningún favor.

      Como cristianos, comprendemos que debemos enseñar también a nuestros niños lo que es esa «parte sombría de nuestra vida mental»: ni más ni menos que la rebelión contra nuestro Dios y Creador. Qué bendito el niño que recibe tal educación, ya que el someter su vida a la voluntad de Dios le da una gran ventaja.

      CÓMO SOMETERNOS A DIOS

      La sumisión se aplica a todas las áreas de nuestra vida al comenzar a restaurar el Evangelio en el lugar que le corresponde en el centro de nuestros pensamientos y acciones en la vida diaria. Esta sumisión es la elección continua y diaria de los caminos de Dios por encima de los nuestros. Tendremos que seguir eligiendo durante toda nuestra vida.

      Me vi humillada por esta disciplina en mi hija Holly, cuando nos encontrábamos muy frustradas de pie frente al mostrador de servicio al cliente. Los suegros de Holly debían llegar en una semana para pasar juntos la Navidad, y el empapelado que ella había pedido hacía tres meses, todavía no había llegado, y todo por culpa de la ineficiencia de la tienda.

      Yo estaba desilusionada por Holly y enojada porque la tenían de aquí para allá. Mientras esperábamos sentadas a que regresara el empleado con otra tonta excusa más, yo le dije echando chispas que el empleado me iba a tener que escuchar. Holly me detuvo en el medio de mi frase, colocando suavemente su mano sobre mi brazo. «Mamá», me dijo, «seamos diferentes. Actuemos como cristianas».

      Yo me sentí tan avergonzada, ¡y tan complacida! Mi hija estaba actuando en la forma en que la había educado durante años: someter esos impulsos sombríos a la voluntad de Dios en las experiencias diarias. Ella estaba practicando la disciplina de la sumisión al Evangelio, ¡y ese día lo estaba haciendo mejor que yo!

      Miren todos los roles que ocupamos que requieren que nos sometamos de una manera piadosa a la autoridad: hijas, empleadas, ciudadanas, esposas, miembros de la iglesia, e hijas de Dios. Y la Biblia se ocupa de cada una de estas áreas con enseñanzas para ayudarnos a someternos.

      Miremos a Jesús

      La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní es un hermoso modelo de cómo deberíamos someternos a la voluntad de Dios: «En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión» (Hebreos 5.7, NVI).

      Aprendemos dos cosas del ejemplo de Cristo. Primero, ¡que aun el Hijo de Dios sin pecado tenía que orar para poder obedecer! Cuánto más necesitan depender los pecadores de la oración para entrar en la obediencia.

      Segundo, el Padre escuchó su oración debido a su reverente sumisión. ¿No es increíble? Aun dentro de la divinidad, la sumisión era esencial.

      Mateo también menciona la oración del huerto: «Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26.39). Esta oración revela el intenso deseo de Jesús de someterse a la voluntad de Dios, cueste lo que cueste. Él nos muestra que la voluntad de Dios es más importante que la vida misma. ¿Comprendemos esta verdad? ¿Creemos en ella?

      ¿Es la voluntad de Dios más importante que nuestras propias vidas? Es tan fácil enredarse en las cosas del mundo. Deseamos tan desesperadamente aferrarnos al control de nuestra vida que nos olvidamos de la advertencia de Jesús en Lucas 9.24: «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará».

      En realidad, la mayoría de nosotras no perderá su vida físicamente por nuestra fe in el Evangelio. Pero nos veremos enfrentadas una y otra vez con la elección entre la voluntad de Dios y la nuestra. ¡Lo que «perdemos» es hacer lo que queremos! De modo que debemos comprender que la práctica de la disciplina de sumisión no tendrá lugar sin ferviente oración.

      ¿Les resulta incómoda la palabra sumisión? Colóquenla nuevamente en su vocabulario. Todas las disciplinas de la mujer piadosa son acerca de la sumisión de nuestra voluntad al gobierno amoroso de Dios en la vida diaria. Rechacen las voces populares que las tientan a poner sus necesidades primero, proteger sus propios intereses y derechos, empujar los límites puestos por Dios. Busquemos las Escrituras para poder comprender cómo lo hizo Jesús, y luego sigamos su ejemplo, ¡porque Jesucristo es Señor!

      Hermanas, tenemos que disciplinarnos a someternos al gobierno amoroso de Dios y a su orden, porque ésta es la voluntad de Dios en el Evangelio.

      RENUEVEN SU MENTE

      Con respecto al cristianismo, ¿cómo no da en el blanco la definición feminista de la «sumisión»?

      ¿A quién se deben someter todos los creyentes (Juan 14.9; Hechos 2.36; Filipenses 2.8-11; Efesios 1.9-10; Santiago 4.7-10; Hebreos 12.9)? ¿Qué significa para ustedes personalmente el haber aceptado a Jesús como Señor?

      ¿En qué sentido es Cristo Jesús diferente gobernante a todos los reyes terrenales? Revisen Juan 13.3-4. ¿En qué otros momentos de su vida ocupó Jesús su rol de siervo?

      ¿Cómo se sometió Jesús a Dios mientras que estaba aquí en la tierra (véase Juan 8.27-30)? ¿Cómo puede servir Jesús como su modelo de conducta para someterse a la autoridad de Dios?

      Jesús descubrió que el obedecer la voluntad de Dios exigía oración ferviente (Mateo 26.39). ¿De qué manera deberían estar orando por la ayuda de Dios en esta área? Si tienen una lista de oración, agreguen una petición por la ayuda de Dios para que les imparta un espíritu de sumisión.

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