Название: Del lamento a la revelación
Автор: John Harold Caicedo
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781953540393
isbn:
Mientras seguimos elevando nuestras voces de protesta frente al gobierno, estamos cobijando bajo nuestras propias formas de acción a un montón de creyentes consentidos, que no están buscando el reino de los cielos, sino que se esfuerzan por tener su propio reino de tranquilidad, donde nadie los molesta ni les quita su aparente paz interior.
Y aparte de todo esto, muchos creyentes afirman que creer en el coronavirus y sus efectos es simplemente ser personas sin fe que no representamos adecuadamente a Dios en este mundo. Es por eso que se declaran en rebeldía y no siguen ninguno de los protocolos o se enojan con los que tratan de seguirlos. “Seguir las recomendaciones de los médicos no demuestra incredulidad. Dios puede protegernos y sanarnos, pero espera que seamos sabios y que usemos todos los recursos que nos ha dado, incluyendo la medicina.”
¿Está hablando Dios en este tiempo?
Por supuesto, y quizás lo está haciendo más fuerte que en otros tiempos, pero hemos cerrado nuestros oídos a su voz, para escucharnos a nosotros mismos. Y resulta que lo que sale de nosotros son solo quejas y lamentos y nos estamos perdiendo una de las oportunidades más gloriosas que tenemos frente a nosotros. “Ten cuidado con los que afirman que Dios no tiene nada que decir a través de esta pandemia, particularmente a las sociedades occidentales que le han dado la espalda y lo consideran totalmente irrelevante para sus culturas.”
Este es en realidad un gran tiempo, este es el tiempo para alcanzar la madurez que como iglesia debemos procurar y el Señor desea que tengamos. No perdamos algo así. La iglesia no es la victima de estas circunstancias, por el contrario. Hemos sido llamados a brillar en tiempos de oscuridad, a traer vida en tiempos de muerte, a traer esperanza en tiempos de desespero.
A propósito, al terminar estas letras ya me hice otro examen del coronavirus y salió negativo.
Eso me convierte oficialmente en un sobreviviente de la pandemia.
¿Podrá la iglesia decir lo mismo?
Capítulo 2.
¿Ansiando volver a la normalidad?
“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que no son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mateo 20:25-28)
En los tiempos que estamos viviendo hoy por hoy, hay una frase muy común que se escucha entre la gente: “Quiero volver a la normalidad.”
El anhelo por tener una vida “normal” ha penetrado profundamente entre la gente de hoy en día, afectados por las dificultades que implican las restricciones impuestas por las autoridades locales.
Si analizamos todo esto desde el punto de vista natural, volver a la normalidad puede ser anhelar ir de nuevo a los almacenes, las playas, los conciertos, los restaurantes, el cine, etc.
Pero si queremos pensarlo, desde el punto de vista espiritual, esto puede ser algo completamente diferente.
¿Qué significa hoy en día volver a la normalidad?
¿Qué es lo normal para la humanidad y que debería ser lo normal para el cristiano?
Si tú eres un creyente, no sé qué este pasando por tu mente en estos días, pero si aún no has reflexionado en torno a lo que Dios está haciendo, entonces estás perdiendo quizás uno de los mejores tiempos que Dios te ha regalado, precisamente para que medites en tu vida espiritual.
¿Anhelamos volver a lo que éramos antes, o estaremos en un proceso de cambio real alcanzando los propósitos que Dios siempre ha querido para nosotros?
Jesucristo en su palabra siempre estableció un contraste entre el mundo y el reino de Dios.
El problema es que la iglesia se adaptó al mundo y ha querido seguir el camino equivocado. En lugar de ser diferentes al mundo queremos ser como el mundo es.
Lo mismo sucedió con el pueblo de Israel en tiempos del profeta Samuel. Aunque Dios los gobernaba ellos prefirieron parecerse a los demás pueblos de la tierra y pidieron un rey como las demás naciones paganas.
Hay un nuevo reino que es diferente a los reinos de este mundo.
Hay un estilo de vida que es completamente diferente a lo que el mundo en general tiene.
El problema puede ser que tú estés haciendo toda clase de esfuerzo para parecerte al mundo, en lugar de estar anhelando parecerte cada día más a Jesús, tu Maestro.
Hoy en día la gente está ansiando volver a la normalidad. ¿Cuál normalidad?
¿La que teníamos antes en la que quizás como iglesia no estábamos teniendo niveles de consagración y santidad como lo exige el reino de los cielos?
¿La normalidad de tomar en nuestras manos las riendas de nuestra vida espiritual dejando a Dios de último en nuestras decisiones?
Si es esto lo que estamos anhelando, simplemente significa que no habremos aprendido nada y que la iglesia pasará por este tiempo sin crecer espiritualmente, sin madurar, sin hacer la voluntad de Dios.
¿Es esa la normalidad que tú anhelas?
Déjame darte hoy algunos ejemplos bíblicos para que comprendamos mejor este tema en particular.
Piensa esto: ¿Cuál era la normalidad de Babilonia?
Idolatría, paganismo, doblar rodillas delante de ídolos humanos, reprogramación de la mente, de la adoración, etc. Eso era lo normal para ellos, pero no para el pueblo de Dios.
Pero los judíos que fueron llevados allí en el tiempo del exilio se acomodaron a esa normalidad y pronto, aquellos que antes habían adorado al Único Dios verdadero, estaban hincados adorando la estatua de Nabucodonosor.
¿Es ese tipo de normalidad la que ansiamos tener?
Solamente un pequeño remanente de hombres fieles, Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego se negaron a hincarse para adorar aquella estatua y estos últimos tres, fueron llevados al horno de fuego hirviente. Si conoces la historia, estos hombres no murieron allí sino que Dios mismo respaldó a aquellos que se atrevieron a hacer una diferencia. (Daniel 3: 16-30)
Cristo está sacudiendo a su iglesia en estos tiempos de pandemia, pero aún hay muchos que no se han dado cuenta. Siguen viviendo como si Dios estuviera mudo y toda esta pandemia no significara nada.
Aún están pidiendo: Dios, háblanos; Dios, háblanos. Y Él lo está haciendo pero no reconocen su voz en medio de todo lo que el mundo habla.
¿Cuál es la normalidad en el reino?
Jesús dice que lo normal en este mundo es que los reyes se enseñoreen de las naciones, que los poderosos ejerzan dominio, que los adinerados humillen a los pobres, que los fuertes se burlen de los débiles.
Pero el Señor Jesucristo vino a edificar un reino que es completamente diferente.
Un reino en el que cuando se es débil СКАЧАТЬ