Modelando el emprendimiento social en México. Группа авторов
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СКАЧАТЬ fueron la creación de ciudadanos responsables y el fortalecimiento de la participación ciudadana. En esta época, se abrió la lucha social un poco más allá de la lógica de resistencia; se trató de darle un contenido de derechos sociales, económicos, políticos y culturales, además de hacer un frente contra la corrupción, la impunidad, el clientelismo y la simulación (“Las Organizaciones..., 2009, p. 30). En este sentido, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) revistieron una identidad frente a los retos del proceso de democratización del país, desde la transición y la alternancia hasta la consolidación de la democracia, y dieron énfasis a una figura protagónica de la sociedad caracterizada por lo siguiente:

      1. Que la sociedad sea un espacio de diversidad de actores cuyo eje toral sea la construcción de los derechos y deberes de la ciudadanía.

      2. Que el eje toral de los actores políticos sea la autonomía.

      3. Que impulse una cultura en la que los valores democráticos sean una forma de convivencia con la sociedad.

      4. Que sea un espacio para conseguir que se respeten los derechos individuales y colectivos.

      5. Que pretenda la coordinación de actores en la búsqueda del bien común.

      6. Que las leyes y normas se apliquen por igual a todos, sin privilegios y distinciones.

      7. Que las leyes de participación ciudadana sirvan para cambiar o proponer políticas públicas (Las Organizaciones…, 2009, p. 30).

      Por otra parte, y desde el ámbito del sector productivo del país, el trabajo desarrollado por el Centro Mexicano para la Filantropía, A.C. (CEMEFI A.C.), creado en 1988, fue impulsar un programa de responsabilidad social de la empresa cuyos objetivos eran los siguientes:

      Promover la participación del sector privado de forma activa y decidida en proyectos de desarrollo sostenible a través de la Responsabilidad Social Corporativa. Facilitar la ejecución de programas socialmente responsables ofreciendo servicios competitivos para las empresas. Conocer el comportamiento y las tendencias del sector empresarial en materia de responsabilidad social. Vincular a empresas y empresarios con Organizaciones de la Sociedad Civil buscando establecer alianzas sectoriales y relaciones sólidas que generen beneficio mutuo (CEMEFI, s/f).

      Entre la lista de asociados se encontraban: Citibank de Méxi­co, Coca Cola de México, Grupo Financiero Banco Bilbao Vizcaya-Bancomer, Hewlett Packard de México, Janssen-Cilag, Shell México, Segunda Mano, Apasco, S.A., Nestlé México, Walmart de México. Estas empresas son subsidiarias nacionales de compañías extranjeras, influidas por la cultura de responsabilidad social que se ha desarrollado en otras latitudes.

      Desde 2000, CEMEFI ha organizado con otras organizaciones (Revista Expansión, Unión Social de Empresarios Mexicanos, USEM, Confederación Patronal de la República Mexicana y Desarrollo Empresarial Mexicano), un concurso para reconocer las mejores prácticas de responsabilidad social empresarial, que logran éxito en el negocio con impacto positivo en la sociedad en las áreas de calidad de vida en la empresa, medio ambiente, desarrollo comunitario, conducta empresarial y vinculación con la comunidad.

      “Según datos oficiales del Sistema de Información sobre Organización de la Sociedad Civil (SIOS) de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), el 51% de las OSC registradas en este sistema fueron fundadas entre los años de 1991 y 2000. Resalta que solo el 6% de las OSC fueron creadas antes de 1950; 16% se establecieron entre 1951 y 1980 y 27% entre 1981 y 1990, lo que demuestra que efectivamente las OSC en México han ido surgiendo en paralelo al proceso de transición democrática” (“Las Organizaciones.... 2009, p. 31). Este crecimiento registrado en el número de OSC se muestra en la tabla 2.1, que rastrea el número de organizaciones fundadas cada década desde 1940 hasta 2000. Aunque el número de OSC continúa creciendo, el desafío de diseminar el crecimiento (y, por lo tanto, el impacto) de las organizaciones en toda la República mexicana sigue siendo un desafío. En la gráfica 2.1 puede observarse que, en 2000, el mayor porcentaje de OSC mantenía sus oficinas en la Ciudad de México (17%), más del doble de la segunda mayor concentración de OSC que estaban ubicadas en el Estado de México, a las que le seguían Jalisco, Nuevo León y Michoacán (con 5%).

      Tabla 2.1. Surgimiento de las OSC en México

Año de fundaciónNúmero de organizaciones
1940-194960
1950-1959174
1960-1969254
1970-1979574
1980-19891,208
1990-20003,232

      Fuente: Auvinet, 2013, adaptación de Charry, 2002, elaborado a partir del Censo 2000 UAMI-Indesol.

      Según una encuesta de Auvinet (2013) que incluyó a 219 emprendedores sociales de 24 estados de la República mexicana, los patrones de crecimiento y concentración de las OSC también son evidentes en las empresas sociales (tabla 2.2). El mismo estudio (Auvinet, 2013) muestra que hay una gran concentración de empresas sociales en la región centro de la República (por ejemplo, en los estados de México, Puebla, Morelos, Veracruz, Querétaro y Jalisco); la mayoría de sus oficinas administrativas se ubican en la Ciudad de México, incluso cuando sus proyectos se centran en otros estados.

      Tabla 2.2. Surgimiento de las empresas sociales

Año de fundaciónNúmero de nuevas empresas sociales
1970-19803
1981-19907
1991-200042
2001-2012150

      Fuente: Auvinet, 2013.

      Podría decirse que estas cifras no solo representan un crecimiento en las propias organizaciones, sino que también indican el inicio de un periodo con mayor prioridad en la necesidad de desarrollar y fortalecer la atención hacia los males sociales (por ejemplo, la pobreza) en México.

      Gráfica 2.1. Concentración de OSC en México

      Fuente: Auvinet, 2013, adaptación de Charry (2002), elaborado a partir del Censo 2000 UAMI-Indesol.

      El siglo XXI dio inicio con la llegada a la presidencia de México de Vicente Fox Quesada. La elección representó no solo la alternancia al poder que durante más de setenta años estuvo dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino la esperanza de generar un cambio en lo económico y lo social.

      Uno de los ejes centrales del gobierno de Fox fue impulsar una política social para el combate a la pobreza. Para tal efecto, se creó la Ley General de Desarrollo Social (2004) y la Ley de la Economía Social y Solidaria (2012) que, junto con el Instituto Nacional de Economía Social (INAES), dieron impulso al desarrollo de empresas sociales. La política social partió del proceso de la descentralización que México ha vivido desde la década de los ochenta, con el objetivo de fomentar la participación de las entidades federativas y los municipios en la creación e implementación de programas de desarrollo, con énfasis en aquellos relacionados con grupos vulnerables (Cogco Calderón, Rodríguez Vargas y Pérez Cruz, 2010).

      En este esquema de descentralización que se consolida durante la administración de Felipe Calderón (2006-2012), el gobierno federal creó el Programa Sectorial de Desarrollo Social 2007-2012, con el propósito de aplicar estrategias coordinadas y organizadas para dar respuesta a las demandas de la población que se encuentra en alguna situación de marginación o pobreza (Sedesol, 2007). Esto dio lugar a la creación de “redes de política pública” (Maríñez Navarro, 2007), donde se presentan relaciones de interdependencia entre actores que СКАЧАТЬ