Название: Desconocida Buenos Aires. Escapadas soñadas
Автор: Leandro Vesco
Издательство: Bookwire
Жанр: Книги о Путешествиях
Серия: Desconocida Buenos Aires
isbn: 9789500211291
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“La casa de campo es linda y sencilla”, afirma Mónica. “Está rodeada de árboles”, ayuda a completar la postal. Los sueños de sus abuelos de proyectar aquí un gran vivero, aún perduran. Aquellas plantas hoy continúan dando sombra, aroma y flores. Las aves eligen esta isla de hojas y pétalos para anidar y cantar.
La propuesta es disfrutar de todo esto. Sin horarios ni tiempos que apremien. “En La Cercana encontrarás espacios que invitan a descansar, bosquecitos naturales, senderitos de fácil caminar, en el que los diferentes momentos del día tienen distintos encantos, como el avistaje de fauna nativa. Se ven liebres, vacas, caballos, diversidad de aves y colmenas de abejas que enriquecen los sabores de su miel con las flores silvestres. Y pegadito al corral está La Cercanita Producción Caprina, el proyecto de uno de nuestros hijos, quien produce riquísimos quesos de cabra. Todos los espacios nos invitan a participar de diferentes aventuras diarias”, resume Mónica.
“También hay rincones de juegos como cancha de tejo, de futbol, tirolesa, hamacas y casita entre los árboles para los más pequeños”, suma placenteras actividades. La casona está totalmente equipada. Una vez que se llega aquí, el auto es un elemento que pierde interés y utilidad. Los días comienzan y terminan caminando. Las noches son preludios de sueños reparadores. La acompasada sinfonía de la brisa acariciando las hojas de los árboles simula un mar cercano y amigo.
“A esto se le puede sumar andar a caballo. Rosaura, nuestra querida yegua, nunca se niega a darte un paseo; y por supuesto las bicis, para ayudar el recorrido dentro y fuera del predio, ya que el pueblo queda a solo 1000 metros”, afirma Mónica y completa la teoría de cómo seremos felices en el campo de Los Toldos. “Toda esta zona es muy bella de visitar por su paisaje natural, zona medanosa de muchos caminitos vecinales que invitan a recorrerlos. Es fácil perderse, pero también es fácil hallar algún lugareño que nos oriente. Y no se puede dejar de visitar el lugar sagrado conocido como La Olla”, cuenta.
“Es un lugar de mucho misticismo. Las leyendas y los relatos vivencian energías y percepciones muy interesantes. La Olla es una hondonada natural que, según cuentan, los indios usaban para ocultarse del ejército en tiempo de luchas. Es un lugar con mucha energía y una de las particularidades es que a pesar de ser una profunda y bastante extensa depresión nunca junta agua. Es un lugar con mucha acústica”, describe Mónica.
El misterio del pueblo mapuche y sus rincones energéticos, claves en esta estadía que obliga a abrir todos nuestros sentidos y dejarlos que sean ellos y sus delicados sentimientos quienes nos dirijan los días. + info: Facebook: La Cercana de Paula / Teléfono: 2364565602 / E-mail: [email protected]
La gastronomía mapuche es muy sabrosa, en algunas oportunidades se hace Pankuxa (se pronuncia Pancucha), que es una sopa guisada, “mezcla de puchero y guiso”, aclara Antimán. Es una preparación comunitaria y, una vez hecha, se comparte. “Estamos integrados a la comunidad, recuperando nuestras ceremonias”, afirma Julián Lincoqueo nacido y criado en la Tribu. “Mi madre enterró la placenta cuando nací, esta es mi tierra”, reafirma desde la Plazoleta Coliqueo, lugar de encuentro social de los mapuches. Entre ellos hablan lengua mapuche, el mapudungún. Con su autorización se permiten visitas a sus lugares sagrados, como la laguna La Azotea, donde se han hallado restos óseos de antepasados, vestigios de un cementerio que la comunidad tuvo en sus comienzos, y la mencionada “Olla”, donde según dicen mora el Nehuen, fuerza de la naturaleza que el mapuche venera. La Tribu de Coliqueo se entiende a partir de una traición. Este cacique era de la etnia boroana y tenía sus tolderías en Masallé, cerca de la laguna Epecuén, la puerta de entrada a las Salinas Grandes. La sal en el siglo XIX era el bien más preciado porque permitía mantener fresca la carne. Cerró acuerdos estratégicos con Juan Manuel de Rosas, a quien le dejaba sacar sal a cambio de provisiones. Esto se mantuvo así hasta que en 1834 el cacique Calfucurá, de la etnia moluche, les tendió una emboscada a los boroanos y los asesinó en la llamada “Masacre de Masallé”. A partir de allí Coliqueo deambuló por diferentes lugares de la provincia, hasta que en 1861 el presidente Bartolomé Mitre les cedió las tierras en donde hoy se asienta su tribu.