Название: En unión sagrada con un pastor
Автор: Somerville Mary
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781629461519
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Repasemos, te aconsejo:
• Enfócate en tu rol en el Cuerpo de Cristo
• Recluta y entrena a otros
• Establece prioridades y organízate
• Mantén a la familia primero
• No añadas a la carga de tu esposo
• Acepta ayuda de otros
• Descansa un día a la semana
• Cuida de tu cuerpo
• Toma vacaciones
• Toma pequeños descansos
• Lleven la carga unos de otros como equipo
• Reconoce las diferentes etapas de la vida
Espero que veas cada una de estas áreas y puedas percatarte de qué pasos necesitas dar para evaluar tu vida como esposa de pastor y como pareja. Planea ahora sentarte con tu agenda o calendario y evalúa con tu esposo los cambios que sean necesarios—y entonces dedícate a realizar esos cambios para mejorar tu vida como pareja en el ministerio.
3
Manejando las cargas espirituales y emocionales del ministerio
En los primeros dos capítulos hablamos del rol de la esposa de un hombre en el ministerio. Hemos tomado un gran suspiro de alivio, dándonos cuenta que no tenemos por qué padecer el peso de las expectativas de todo mundo. ¿Pero qué de las cargas que llevamos al servir al lado de nuestro esposo pastor?
Como esposa de un hombre en el ministerio compartes el peso de todas las dificultades y pruebas que experimenta la grey, las cargas físicas y espirituales de todos. Esto es porque el pastor de la grey siempre está al tanto de las necesidades de sus ovejas así podrá orar por ellas. Tu esposo no puede ministrar todas las necesidades. Ha capacitado fielmente a la grey en el trabajo del ministerio, visitando y orando por aquellos que están experimentando dificultades, y busca suplir las necesidades físicas. (Efesios 4:11-12). De cualquier forma, el tan solo conocer las necesidades con el propósito de orar conlleva una gran carga.
Tu labor es involucrarte con los sentimientos de aquellos de quienes sus matrimonios se están derrumbando, con aquellos con quienes sus hijos van por mal camino, con los que luchan contra enfermedades que amenazan su vida o aquellos que han perdido algún ser querido. Eso incluye llorar junto a tu esposo por deseos insatisfechos de algunas personas y dolor por aquellos que se han apartado del camino de Dios. Significa estar de pie junto a tu esposo frente a la tumba de algún miembro de la iglesia del que tuvieron que despedirse. ¡Me he dado cuenta que ser esposa de pastor no es para un corazón débil!
Al igual que Laura Bush se convirtió en “consoladora en jefe” para nuestro país después de los ataques terroristas del 2001, debemos estar ahí con nuestros esposos para consolar a aquellos que pasan por pruebas de cualquier índole. En su primera entrevista tras los ataques del 9/11, el Presidente Bush declaro sobre Laura, “No pudo estar más tranquila, resuelta, casi apacible, lo cual fue lo más tranquilizador”. 5 El país entero estaba observando al Presidente y su esposa frente al peligro y desastre nacional.
Nuestra iglesia observa al pastor y su esposa de la misma manera. Representamos la fe inamovible, valor y determinación ante tragedias y circunstancias que nos rompen el corazón. Pero, estas expresiones de gracia bajo presión no vienen fácilmente.
Una esposa de pastor dijo que su reto número uno era ser feliz con Dios incluso en el dolor. Ella explica:
Mi más grande reto es amar y deleitarme en mi Dios soberano quien la mayoría de las ocasiones escoge no producir fruto de mi servicio de amor incluso, y especialmente, con mi propia familia. No me refiero tanto al derramar mi tiempo y lágrimas sobre las personas, sino al sorprendente desconcierto de ver a personas que se vuelven peores a pesar de los años de oraciones, ayuno, apoyo y aliento. He visto hombres por quienes he luchado en oración y ayuno dejar a su esposa por alguien más. He tratado con jóvenes por quienes me he desvivido que deciden que Dios no existe y se alejan de su fe. He visto a chicos por los cuales he orado por protección en la atrocidad del abuso sexual. Estas cosas son mis más grandes luchas.
Nuestro esposo lleva una enorme responsabilidad como co-pastor de Jesús, quien es el Príncipe de los pastores, y nosotras, como sus compañeras también padecemos esta pesada carga, espiritual y emocionalmente.
Amando y descansando en el Dios soberano
¿Cómo podemos soportar este gran peso? ¡No podemos! Dios es el único que puede llevar las cargas del mundo porque Él es quien ha determinado estas cosas para bien. Él anuncia lo por venir desde el principio. Si bien Dios no es el autor de mal, Él lo utiliza para Sus propios fines, para Su gloria. Ciertamente la ira del hombre le alabará (Salmos 76:10). ¿Cuál fue el peor crimen que se ha cometido? La muerte del inocente Hijo de Dios. Este acto tan ruin se convirtió en el mayor bien para la humanidad.
Pedro proclamó esta verdad:
Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella (Hechos 2:22-24).
No seremos capaces de entender todas las razones del pecado, heridas y dolor de nuestro mundo, pero sabemos que Dios es Dios y es todo lo que necesitamos saber. El hecho que seamos esposas de un pastor no nos hace exentas de las luchas en la fe. Incluso Asaf, un escritor piadoso de muchos salmos, casi pierde su fe al ver la prosperidad de la impía y aparente ausencia de recompensa de los que viven para Dios. Él admite que si públicamente expresara sus dudas, causaría que los jóvenes creyentes tropezaran (Salmo 73:15). Sin embargo, él corre a la presencia de Dios. Estando ahí puede ver el porqué de las cosas. Diciendo: “Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras” (Salmo 73:26,28).
¿Y qué hay del caso de Job? Él no tenía idea de la gran gloria que vendría al perder su familia, riquezas, reputación y salud. Job soportó su sufrimiento con justicia. Pero cuando quería cuestionar el propósito de Dios, fue humillado en el silencio cuando Dios le recordó quien fundó la tierra, extendió los cielos y puso el alba en su lugar. Dios le pregunto, “¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?” (Job 38:35). Al final de la abrumadora revelación de Dios de sí mismo, Job responde. “Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:1-2, 5-6).
Nuestra dolida esposa de pastor, la cual citamos hace un momento, tenía la respuesta. Cuando nuestros corazones se duelen por la desilusión, debemos amar y deleitarnos en nuestro soberano Dios, confiando que Él hace lo СКАЧАТЬ