Название: Manual ACSM para el entrenador personal (Color)
Автор: American College of Sports Medicine
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Entrenamiento Deportivo
isbn: 9788499109336
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Consumo de oxígeno en exceso postejercicio
El consumo de cantidades de oxígeno superiores a las habituales se denomina consumo de oxígeno en exceso postejercicio (COEP) (17). La captación de oxígeno se mantiene elevada, por encima de los niveles de reposo, durante varios minutos en la fase de recuperación del ejercicio. En general, el metabolismo posterior al ejercicio es mayor después de un ejercicio de intensidad elevada que tras un trabajo ligero o moderado. Por otra parte, el COEP se mantiene alto durante más tiempo tras un ejercicio prolongado que después de un esfuerzo breve. El COEP contribuye a restaurar los niveles de PCr en los músculos, y los de oxígeno en la sangre y los tejidos.
SISTEMA MUSCULAR
El cuerpo humano está compuesto por tres tipos de músculos: el esquelético, el liso y el cardíaco. El músculo esquelético, o «estriado», como también se conoce, por presentar fibras claras y oscuras alternadas, es el tipo muscular que se une al esqueleto y que induce movimientos físicos. Por su parte, todos los órganos internos están compuestos por músculo liso, con excepción del corazón, formado por músculo cardíaco.
El músculo esquelético se considera voluntario, debido a que la persona puede controlarlo en su mayor parte. En cambio, el músculo liso y el cardíaco son involuntarios, en tanto que controlados por el sistema nervioso autónomo (SNA), que es la división del sistema nervioso responsable de los movimientos involuntarios. Las tres clases de músculos presentan sus correspondientes características de extensibilidad, elasticidad, excitabilidad y contractilidad. En el presente capítulo, la atención se centra en el músculo esquelético, más estrechamente relacionado con el movimiento humano durante el ejercicio.
Músculos esqueléticos
La estructura del músculo esquelético se muestra en la figura 5.6. Cada uno de los músculos esqueléticos está compuesto por un número variable de haces vasculares, denominados «fascículos». Los fascículos están recubiertos de manera similar y separados por el perimisio. Las fibras musculares individuales están envueltas por el endomisio. Inmediatamente por debajo del endomisio se sitúa el sarcolema, la membrana celular que engloba el contenido celular de la fibra muscular, los núcleos, las reservas locales de grasa e hidratos de carbono (la glucosa almacenada se designa como glucógeno), las enzimas, las proteínas contráctiles y otras estructuras especializadas, como las mitocondrias.
FIGURA 5.6. Estructura del músculo esquelético. Ilustración proporcionada por Anatomical Chart Co.
FIGURA 5.7. Modelo del filamento deslizante (contracción del músculo esquelético por deslizamiento de las cadenas de actina sobre las de miosina). Tomado de Oatis, Carol A. Kinesiology — The Mechanics and Pathomechanics of Human Movement. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2004, con autorización.
Contracción muscular
La menor unidad contráctil de una célula muscular es el sarcómero. Cada sarcómero está compuesto por dos tipos de proteínas musculares: la actina (filamento fino) y la miosina (filamento grueso). La actina contiene, por su parte, otros dos componentes: la troponina y la tropomiosina. En la miosina hay numerosos puentes cruzados a los que se fija la actina. La figura 5.7 ilustra la relación entre la contracción muscular y la acción microscópica en el interior del sarcómero. Dos son los principios fundamentales que rigen el mecanismo de la contracción muscular: la teoría del filamento deslizante y el llamado principio de todo o nada.
La teoría del filamento deslizante describe los fenómenos que tienen lugar entre los filamentos de actina y miosina durante la contracción y la relajación musculares. Cuando se recibe un impulso nervioso, los puentes cruzados de la miosina traccionan de los filamentos de actina hacia el centro del sarcómero, generándose tensión. El movimiento de deslizamiento entre la actina y la miosina provoca acortamiento del sarcómero y, posteriormente, de toda la fibra muscular. Además, el impulso nervioso que se aplica a la célula muscular, independientemente de su «fuerza», puede hacer que el sarcómero se contraiga hasta un nivel máximo o que no lo haga en absoluto. En ello consiste el principio de todo o nada. La longitud de una fibra muscular durante una contracción es determinada por el número de fibras (células) musculares que se incorporan a dicha contracción. Cuantos más sarcómeros intervengan en ella, menor será la longitud del músculo contraído. La cantidad de fuerza producida por una contracción muscular es determinada por el número de unidades motoras (constituidas por un nervio motor junto con todas las fibras musculares que inerva) que intervienen en el proceso y por el número de fibras contenidas en cada una de dichas unidades (17).
Contracción muscular y entrenamiento
Durante las contracciones estáticas (isométricas), el músculo o grupo muscular mantiene una longitud constante cuando se aplica resistencia y no se producen cambios de la posición articular. La investigación ha demostrado que el entrenamiento estático produce una significativa mejora de la fuerza muscular. No obstante, el aumento de la fuerza queda limitado a los ángulos articulares específicos con los que se efectúan las contracciones estáticas (17). Como consecuencia de ello, es posible que el entrenamiento estático solo tenga un valor relativo en la potenciación de la fuerza funcional. Dicha «fuerza funcional» se define como el trabajo realizado contra una resistencia, de forma que la fuerza adquirida repercuta directamente en la ejecución de las actividades cotidianas y/o en los movimientos asociados con los deportes. El entrenamiento estático se ha relacionado también con elevaciones de corta duración de la presión arterial, tal vez debidas a la mayor presión intratorácica durante las contracciones estáticas. A pesar de sus limitaciones, el entrenamiento estático parece desempeñar una función positiva en la rehabilitación física. Por ejemplo, es eficaz en el mantenimiento de la fuerza muscular y en la prevención de la atrofia asociada a inmovilización de una extremidad (p. ej., por colocación de una escayola, una férula o un dispositivo ortopédico) (15,17).
El entrenamiento de resistencia dinámico (isotónico) es otra forma habitual de ejercitación física. El término dinámico se emplea debido a que el movimiento se produce en la articulación que realiza la acción. Si la fuerza es suficiente para superar la resistencia externa (p. ej., la de una pesa) y el músculo se acorta (p. ej., en la fase de elevación de la flexión del bíceps), la acción del músculo se denomina concéntrica. Cuando la resistencia es mayor que la fuerza aplicada por el músculo y el músculo se alarga, la acción se califica como excéntrica (p. ej., fase de descenso de la flexión del bíceps). La mayoría de las rutinas de entrenamiento de la resistencia СКАЧАТЬ