Manual ACSM para el entrenador personal (Color). American College of Sports Medicine
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СКАЧАТЬ apendicular (formado por las extremidades superiores e inferiores). Una capa fibrosa externa de tejido conjuntivo une los huesos a los músculos, la fascia profunda y las cápsulas articulares. Inmediatamente por debajo de esta capa externa se sitúa una capa interna muy vascularizada que contiene las células encargadas de la producción de hueso nuevo. Las capas externa e interna que recubren los huesos conforman el periostio. Dicho periostio, en continuidad con los tendones y las estructuras articuladas adyacentes, fija el músculo al hueso. Los tendones se hallan también en continuidad con el epimisio, la capa exterior de tejido conjuntivo que recubre el músculo.

       Estructura y función de las articulaciones en movimiento

      La interacción eficaz de hueso y músculo para producir movimiento depende, en cierta medida, de la función articular. Las articulaciones son las uniones entre los huesos y, junto con los propios huesos y con los ligamentos, conforman el sistema articular. Los ligamentos son tejidos conjuntivos resistentes y fibrosos que conectan un hueso a otro, en tanto que los tendones unen el músculo al hueso. Las articulaciones suelen diferenciarse en fibrosas, que son aquellas en las que los huesos están unidos por tejido fibroso, cartilaginosas (con anclaje de cartílago o fibrocartílago), o sinoviales, en las que una cápsula articular fibrosa y un revestimiento de membrana sinovial interna engloban la cavidad articular. Dicha cavidad está llena de líquido sinovial, que proporciona lubricación constante durante el movimiento humano, con el fin de minimizar los efectos de desgaste de la fricción sobre la cubierta cartilaginosa de los huesos articulados. Habitualmente, las articulaciones están bien irrigadas por numerosas ramas arteriales e inervadas por ramos de los nervios de los músculos adyacentes y la piel que las cubre.

      La propiocepción, definida como la recepción de información procedente de articulaciones, músculos y tendones, hace que el cerebro determine los movimientos y las posturas del cuerpo y de sus componentes. La retroalimentación propioceptiva es una importante sensación articular, igual que el dolor, debido a la alta densidad de fibras sensitivas presente en la cápsula articular. Esta retroalimentación tiene una importancia evidente en la regulación del movimiento humano y en la prevención de lesiones. El grado de movimiento en una articulación se denomina amplitud de movimiento (ADM). Esta puede ser activa (ADMA), si la amplitud se alcanza con movimientos voluntarios, o pasiva (ADMP), si se consigue con medios externos (p. ej., intervención de quien realiza la exploración o un dispositivo). Es característico que las articulaciones vean condicionada su amplitud de movimiento en función de la unión de los huesos (como en la limitación de la extensión del codo por efecto de olécranon del cúbito), de la disposición de los ligamentos y de las limitaciones de los tejidos blandos, como sucede en la flexión de codo o rodilla. El movimiento en una articulación puede influir en el alcance del movimiento en articulaciones adyacentes, ya que diversos músculos y otras estructuras de tejidos blandos atraviesan múltiples articulaciones. Por ejemplo, la flexión de los dedos se reduce en presencia de flexión de la muñeca, puesto que los músculos que flexionan tanto la muñeca como los dedos cruzan varias articulaciones. En el capítulo 3 puede accederse a una información más detallada sobre el sistema esquelético.

      SISTEMA NEUROLÓGICO

      En el análisis previo de la contracción muscular, dicha contracción se ha definido como un proceso desencadenado por el impulso de la estimulación nerviosa de una unidad motora. Ese impulso es emitido a partir de una neurona motora, originada en la médula espinal. La médula espinal es parte del sistema nervioso central (SNC), que interviene en el control de todos los órganos periféricos e internos. Todos los movimientos musculares son controlados por el sistema nervioso. Para comprender el complejo mecanismo de regulación del movimiento humano, es esencial el conocimiento del control neural.

      FIGURA 5.8. Organización básica del sistema nervioso. El encéfalo y la médula espinal forman el SNC. Un grupo de cuerpos de células nerviosas en el SNC forma un núcleo, y un haz de fibras nerviosas que conecta núcleos próximos o distantes en el SNC forma un cordón. El SNP consta de fibras nerviosas y cuerpos celulares situados fuera del SNC. Los nervios periféricos son craneales o raquídeos. Un conjunto de cuerpos de células nerviosas situado fuera del SNC es un ganglio (p. ej., un ganglio craneal o raquídeo). Tomado de Moore KL, Dalley AF II. Clinical Oriented Anatomy. 4th ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 1999, con autorización.

      El sistema nervioso está integrado por el encéfalo, la médula espinal y los nervios periféricos, y se divide en SNC y sistema nervioso periférico (SNP). El SNC lo forman el encéfalo y la médula espinal, en tanto que el SNP engloba todos los demás nervios periféricos del sistema voluntario (fig. 5.8) (33).

       Sistema nervioso central

      El encéfalo, la parte más importante del SNC, está rodeado y protegido por los huesos del cráneo. La médula espinal constituye una extensión del encéfalo que discurre por la columna vertebral, que le sirve como cauce y protección. El SNC es el elemento de control central del cuerpo, en el que los estímulos sensitivos son recibidos, integrados, analizados e interpretados y, por último, enviados como impulsos nerviosos a los músculos y las glándulas para que entren en acción.

       Sistema nervioso periférico

      El SNP está compuesto por los nervios o pares craneales, asociados al encéfalo, y por los nervios raquídeos, asociados a la médula espinal, así como por grupos de cuerpos celulares nerviosos denominados ganglios. En otras palabras, el SNP está integrado por las células nerviosas y por sus fibras, situadas fuera del encéfalo y la médula espinal (33). El SNP permite que el encéfalo y la médula espinal establezcan contacto con el resto del cuerpo. En este sistema hay dos tipos de fibras nerviosas: las aferentes, o sensitivas, y las eferentes, o motoras. Las fibras nerviosas sensitivas son responsables de transportar los impulsos nerviosos desde los receptores sensitivos del cuerpo al SNC. Una vez procesada y analizada la señal recibida en el SNC y una vez definida una acción, las fibras motoras se ponen en funcionamiento para conducir la señal nerviosa del SNC a los efectores, ya sean músculos u otros órganos. El SNP se divide en dos ramas funcionales: el sistema nervioso somático y el sistema nervioso visceral. Ambos están constituidos por una división aferente (que envía retroalimentación al SNC para ajustar las respuestas) y por una división eferente (que envía las señales fuera del cuerpo). El sistema nervioso somático regula fundamentalmente la contracción voluntaria de los músculos esqueléticos, en tanto que el visceral engloba las actividades motoras que controlan órganos internos, como el músculo liso (involuntario), el músculo cardíaco y las glándulas de la piel y las vísceras. Este último también se conoce como sistema nervioso autónomo.

       Sistema nervioso autónomo

      El SNA regula actividades viscerales, como la FC, la digestión, la respiración y la secreción hormonal. Normalmente estas actividades son realizadas de forma subconsciente y se mantienen a lo largo de toda la vida. Sin embargo, también pueden ser alteradas conscientemente hasta cierto límite. Las actividades de este tipo a veces son desarrolladas incluso aunque los órganos sean privados de la inervación del SNA. Este sistema consta de dos vías, la simpática y la parasimpática, que se complementan entre sí. La vía simpática estimula las actividades viscerales en condiciones de tensión (o alarma), lo que da lugar a una aceleración del metabolismo, la FC, la respiración y la liberación de hormonas suprarrenales. El ejercicio es en ocasiones interpretado como un estímulo generador de tensión para el cuerpo, lo que activa la vía simpática para que se generen más energía y fuerza musculares. Cuando el estímulo productor de tensión remite, la vía parasimpática hace que las actividades viscerales vuelvan a su estado normal, por ejemplo, reduciendo la FC y la frecuencia respiratoria, СКАЧАТЬ