Manual ACSM para el entrenador personal (Color). American College of Sports Medicine
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СКАЧАТЬ bilateralmente. La disposición fascicular de los músculos multífidos indica que actúa, sobre todo, como rotador sagital (extensión sin traslación posterior) (21). La flexión lateral y la rotación axial son posibles tanto para los multífidos como para los erectores de la columna durante la contracción unilateral. El iliocostal puede estar mejor preparado para ejercer rotación axial sobre el segmento de movimiento vertebral lumbar que los músculos longísimo o multífidos (5). Debido a sus propiedades anatómicas y biomecánicas, los músculos lumbares posteriores están particularmente adaptados para mantener la postura y estabilizar la columna y el tronco (5). Los rotadores intrínsecos, rotadores e intertransversos, son fundamentalmente transductores de la longitud y sensores de la posición para el segmento vertebral (30).

      Laterales Los músculos laterales de la columna lumbar comprenden el cuadrado lumbar y el psoas (mayor y menor). El cuadrado lumbar se origina en la cresta ilíaca y se inserta en la 12.a costilla y en la apófisis transversa de las cuatro vértebras lumbares inferiores. El cuadrado lumbar produce inclinación lateral de la columna lumbar con contracción unilateral, y estabiliza el tronco con contracción bilateral. El músculo psoas mayor presenta su origen en las superficies anteriores de las apófisis transversas de todas las vértebras lumbares y su inserción en el trocánter menor del fémur. El psoas mayor flexiona el tronco y la cadera (18).

       Lesiones

      Cervicales La región cervical es la más móvil de la columna vertebral y un número relativamente reducido de músculos cervicales es responsable del soporte de la cabeza. Estos factores hacen que la región cervical sea vulnerable a la inestabilidad y las lesiones (3). Las lesiones más peligrosas para esta área son las fracturas y luxaciones traumáticas que dan lugar a inestabilidad de la columna. La combinación de compresión e hiperflexión axial es un mecanismo frecuente en lesiones cervicales graves como estas (39). Ejemplos de actividades en las que se ve implicado este mecanismo son tirarse a una piscina con poca profundidad o las cargas con la cabeza en el fútbol americano. La peor consecuencia de la luxación o la fractura cervical superior es el daño neuronal inducido en la parte superior de la médula espinal, que puede ser causa de parálisis o muerte (3). Así pues, cualquier lesión traumática en el cuello debe tratarse como urgencia médica (41).

      Los esguinces y las distensiones de los músculos y ligamentos del cuello son consecuencias comunes de movimientos violentos de hiperextensión-hiperflexión, con aceleración-desaceleración repentina, por ejemplo, en una colisión en automóvil. Este fenómeno, habitualmente designado como «latigazo», puede causar roturas en las estructuras anteriores y posteriores de la región cervical, incluidos músculos (p. ej., esternocleidomastoideo, trapecio superior y paraespinales cervicales) y ligamentos (7). Una vez descartadas las posibles fractura, luxación, inestabilidad o hernia de disco, el tratamiento del latigazo suele incluir modalidades pasivas de ejercicios de estiramiento y fortalecimiento del cuello.

      FIGURA 3.53. Músculos profundos de la espalda. A. Derecha, las tres columnas del erector de la columna. Izquierda, el espinoso se muestra reflejando el longísimo y el iliocostal. B. Sección transversal de la espalda que muestra la disposición del erector de la columna, los multífidos y los músculos rotadores. Tomado de Moore KL, Dalley AF II. Clinical Oriented Anatomy. 4th ed. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 1999, con autorización.

      Lumbares El dolor lumbar es una de las principales causas de discapacidad y, por consiguiente, es también uno de los más comunes motivos de consulta médica. Afecta a entre el 60 y el 80% de la población general en algún momento de la vida, y entre el 20 y el 30% de las personas lo sufren de forma continuada (9,10). La asociación de un diagnóstico específico al dolor lumbar resulta difícil e imprecisa, ya que, a menudo, no existe una fuente identificable del dolor o la lesión (27). No debe presumirse que todos los dolores lumbares son de origen musculoesquelético. El dolor de espalda puede deberse a otras muchas alteraciones médicas que no son de naturaleza musculoesquelética (p. ej., aneurisma abdominal, infección renal, cáncer). Tales cuadros deben ser descartados por los correspondientes profesionales de la medicina.

      Entre las causas de dolor lumbar cabe mencionar la hernia de disco, la inflamación de las carillas articulares, las distensiones musculares y los esguinces de ligamentos. Las lesiones de estas estructuras pueden ser traumáticas, causadas por episodios como elevación de peso de manera inadecuada o caída, o degenerativas, debidas a estado físico inadecuado de la columna vertebral, mala postura de la misma, carga mecánica prolongada o mecánica corporal inapropiada durante el trabajo, en casa o en las actividades deportivas (3,7). Una causa habitual de hernia de disco lumbar es la flexión forzada con rotación de la columna lumbar. Un disco lumbar protruido que afecta a las raíces nerviosas lumbares puede dar lugar a problemas sensitivos en las extremidades, como dolor, entumecimiento y debilidad y atrofia musculares. Las disfunciones intestinal y vesical son trastornos graves, en ocasiones consecuencia de una hernia discal, que requieren tratamiento médico inmediato (3).

      El ejercicio de recuperación diseñado para mejorar la integridad estructural del tronco inferior suele aplicarse al tratamiento del dolor lumbar y, en general, su eficacia ha sido contrastada en numerosos estudios (20). En este contexto se usan diversos tipos de ejercicios, incluidos los aeróbicos, los de flexibilidad, los de fuerza y resistencia muscular y los de estabilidad del tronco. El entrenador personal debe conocer con especial detalle las técnicas de ejercicio para la zona lumbar, incorporándolas a los programas cuando sea necesario.

       RESUMEN

      El presente capítulo ofrece una perspectiva general de la anatomía funcional musculoesquelética de las principales estructuras articulares del cuerpo humano. Estos principios desempeñan un papel destacado en casi todos los aspectos de la práctica del entrenador personal, como las pruebas de ejercicio, la prescripción de ejercicio y el análisis de movimientos de los ejercicios. Así pues, el entrenador personal está obligado a dominar estos conceptos, con el fin de que pueda diseñar de forma segura y eficaz los programas de entrenamiento que mejor se adapten al acondicionamiento musculoesquelético.

       BIBLIOGRAFÍA

       1. Agur A, Lee M, Anderson J. Grant’s Atlas of Anatomy. 9th ed. Baltimore:Williams & Wilkins; 1991.

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       3. Anderson M, Hall S. Fundamentals of Sports Injury Management. Baltimore:Williams & Wilkins; 1997.

       4. Baldwin K. Kinesiology for Personal Fitness Trainers. New York: McGraw-Hill; 2003.

       5. Bogduk N,Twomey LT. Clinical Anatomy of the Lumbar Spine. New York: Churchill Livingstone; 1990.

       6. Burkhead W. Rotator Cuff Disorders. Baltimore: Williams & Wilkins; 1996.

       7. Cailliet R. Soft Tissue Pain and Disability. 3rd ed. Philadelphia: FA Davis; 1996.

       8. DeLavier F. Strength Training Anatomy. Champaign (IL): Human Kinetics; 2001.

       9. Deyo R, Tsui-Wu Y. Descriptive epidemiology of low back pain and its related medical care in the United States. Spine. 1987;12:264–8.

      10. Frymoyer J. An overview of the incidences and cost of low back pain. Orthop Clin North Am. 1991;22:263–71.

      11. Garrick J,Webb D. Sports Injuries: Diagnosis and Management. Philadelphia:WB Saunders; 1990.

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