Название: Manual ACSM para el entrenador personal (Color)
Автор: American College of Sports Medicine
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Entrenamiento Deportivo
isbn: 9788499109336
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Músculos
Los principales músculos que actúan en el tobillo y el pie se localizan en la pierna y se suelen agrupar en función de su localización compartimental: anterior, lateral, posterior superficial y posterior profunda (38).
Anteriores y laterales Los músculos anteriores, tibial anterior, tercer peroneo, extensor largo de los dedos y extensor largo del dedo gordo son dorsiflexores del tobillo (fig. 3.43). El tibial anterior también interviene en la inversión del pie, mientras que el tercer peroneo hace lo propio en la eversión. El extensor largo del dedo gordo actúa en la extensión de dicho dedo, mientras que el extensor largo de los dedos produce la extensión de los dedos comprendidos entre el segundo y el quinto. Los músculos laterales, peroneo largo y corto generan eversión del pie y participan también en la flexión plantar (18) (fig. 3.44).
FIGURA 3.42. Movimientos del tobillo y el pie. A. Dorsiflexión-flexión plantar. B. Posición normal, inversión y eversión.
Posteriores superficiales y profundos Los músculos posteriores superficiales, el gastrocnemio, el sóleo y el plantar, son flexores plantares del tobillo (fig. 3.45). El gastrocnemio, músculo de dos cabezas y biarticular, es un potente flexor plantar del tobillo, así como flexor de la rodilla. Tiene fibras de contracción relativamente más rápida que las del sóleo. Por lo tanto, se utiliza en mayor medida en las actividades dinámicas que requieren un alto nivel de fuerza, en tanto que el sóleo es más activo durante las contracciones posturales y estáticas (4). Dado que el gastrocnemio cruza la rodilla y el tobillo, la posición de la primera durante el ejercicio de resistencia para la flexión plantar afecta a la actividad de ese músculo. Con una flexión de rodilla de 90°, el gastrocnemio experimenta una insuficiencia pasiva, por lo que es menos activo que cuando la rodilla está recta (0° de flexión). En otras palabras, durante el ejercicio de elevación de la pantorrilla, se deben mantener las rodillas rectas para resaltar la función del gastrocnemio y dobladas para resaltar la del sóleo. Los músculos posteriores profundos son el flexor largo de los dedos, el flexor largo del dedo gordo, el tibial posterior y el poplíteo. Todos ellos, excepto este último, son flexores plantares e inversores. Por otra parte, el tibial posterior interviene en la inversión del pie. Los flexores largos de los dedos y del dedo gordo inducen flexión de sus respectivos dedos.
Lesiones
Como consecuencia de la carga a la que se ven sometidos el tobillo y el pie durante la marcha, la carrera, el salto o el levantamiento de objetos, las lesiones traumáticas o por sobreuso son frecuentes en estas estructuras (3). La pierna y el pie se ven afectados por diversos tipos de tensiones y calambres musculares agudos, y también son habituales en ellos los esguinces de ligamentos. Los esguinces de tobillo son más frecuentes en la parte lateral que en la medial, porque en ella se registran menor estabilidad ósea y menos fuerza de los ligamentos. El mecanismo de lesión de los esguinces de tobillo laterales es la inversión excesiva (exceso de rotación del tobillo), como sucede, por ejemplo, en la caída desequilibrada tras realizar un salto en baloncesto. El ligamento peroneoastragalino anterior es el que, con mayor frecuencia, se ve afectado por esguinces en las lesiones por inversión (3).
Como consecuencia de la carga a la que se ven sometidos el tobillo y el pie durante la marcha, la carrera, el salto o el levantamiento de peso, las lesiones traumáticas o por sobreuso son frecuentes en estas estructuras (3).
La rotura del tendón de Aquiles es tal vez la lesión potencialmente más grave que puede afectar a la pierna (3). En torno al 75% de los casos de rotura del tendón de Aquiles se registran en deportistas del sexo masculino de entre 30 y 40 años de edad. El mecanismo característico en este contexto es la flexión plantar forzada con la rodilla en extensión. Estas lesiones casi siempre requieren reparación quirúrgica y rehabilitación a largo plazo. La rotura del tendón de Aquiles es, a menudo, la causa del final de una carrera deportiva, en especial cuando afecta a deportistas que se hallan en las últimas etapas de su actividad profesional (3).
La fascitis plantar es un trastorno inflamatorio crónico que habitualmente produce dolor en la inserción en el calcáneo de la fascia plantar (3). Suele deberse a tracción crónica en la fascia plantar, tendinitis del tendón de Aquiles, hiperpronación (pies planos) u otros factores que sobrecargan la fascia (p. ej., obesidad). El tratamiento de la fascitis plantar comprende ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de los músculos de la pantorrilla posterior, ortesis para corregir la hiperpronación, y diversas modalidades de fisioterapia y farmacoterapia para reducir la inflamación. En ocasiones es necesario recurrir a la cirugía para liberar la fascia plantar. A menudo esta patología se asocia a espolones en el calcáneo (3).
FIGURA 3.43. Músculos de la pierna; vista anterior. A. Músculos superficiales. B. Músculos profundos. C. Referencias superficiales. Tomado de Premkumar K. The Massage Connection Anatomy and Physiology. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2004, con autorización.
FIGURA 3.44. Músculos de la pierna; vista lateral. A. Músculos. B. Referencias superficiales. Tomado de Premkumar K. The Massage Connection Anatomy and Physiology. Baltimore, MD: Lippincott Williams & Wilkins; 2004, con autorización.
Otros trastornos crónicos del pie y el tobillo son juanetes, neuromas, tendinitis del tendón de Aquiles y bursitis del calcáneo. Tales alteraciones se relacionan, muchas veces, con problemas estructurales del pie y el tobillo, como hiperpronación e hipersupinación (arco elevado o pie cavo). La hiperpronación o la hipersupinación unilaterales son, en ocasiones, causa de inestabilidad y dificultades propioceptivas en el tobillo, y de desequilibrios posturales y problemas mecánicos en estructuras articulares proximales en la cadena cinética.
COLUMNA VERTEBRAL
La columna vertebral es una intrincada estructura multiarticular que desempeña una función esencial en la mecánica funcional. La columna constituye el vínculo entre las extremidades superiores e inferiores, protege la médula espinal y regula el movimiento del tronco en los tres planos (3). Además, la jaula torácica de la región vertebral dorsal protege los órganos internos que se hallan en el tórax. Debido a su complejidad estructural, la columna vertebral está expuesta a lesiones que pueden afectar gravemente a las funciones físicas.
Estructura
Huesos La columna vertebral está constituida por un conjunto de huesos de forma irregular llamados vértebras, apilados unos sobre otros (fig. 3.46). Se diferencian 24 vértebras: siete cervicales (del cuello), 12 dorsales (de la parte media de la espalda) y 5 lumbares (de la parte baja de la espalda) (36). La vértebra cervical superior (C1) se articula con el hueso occipital del cráneo, en tanto que la vértebra lumbar inferior (L5) se articula con el sacro. El tamaño de las vértebras va aumentando de la región cervical a la lumbar, ya que, a medida que se desciende en el cuerpo, es mayor la carga que deben soportar. Cada vértebra contiene elementos anteriores y posteriores. СКАЧАТЬ