Название: Jesús, Nacido En El Año 6 «antes De Cristo» Y Crucificado En El Año 30 (Una Aproximación Histórica)
Автор: Guido Pagliarino
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Историческая литература
isbn: 9788835407362
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Además, los jefes judíos sienten seguramente que les ataca un enorme odio personal por Jesús, que no es algo secundario en su decisión de procesarlo. Según los Evangelios, a duras penas evitan arrestarlo muchas veces, pensando que la multitud estaba con él: hasta que Judas no lo traiciona, con «nocturnidad», lo que significa en pecado, pero también en secreto, no encuentran la ocasión oportuna.
Advirtamos que esa gente antigua no conocía la separación moderna entre política y religión: se trataba de la misma cosa y los romanos pretendían una lealtad total político-religiosa hacia el imperio.
El proceso ante el sanedrín
Jesús, considerado por tanto por el sanedrín como una amenaza tanto política como religiosa, es detestado personalmente, se encuentra prisionero y acusado en el primero de los procesos que sufre, el que se realiza delante del centro del poder judío: el sanedrín.
Según el evangelista Mateo, en la noche del arresto, Jesús es conducido inmediatamente al palacio de Caifás, que es una parte o tal vez es contiguo al de Anás. Allí encuentra ya reunidos a los escribas y ancianos que componen el sanedrín. Si entre ellos se sienta Anás, pueden ser históricas las preguntas que estos dirigen a Cristo y que encontramos en Juan, aunque estas no se realicen en su casa, sino en algo parecido. Para Marcos, se reúnen solo después de la llegada de Jesús: tal vez sus enemigos no estaban demasiado seguros de que se produjera la operación de arresto.
Un par de días antes había habido un tumulto en la ciudad. Marcos escribe: «Había en la cárcel (en la cárcel romana, N. del A.) uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante un tumulto».33 Lucas usa sedición, una palabra más grave: «Lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por homicidio».34 Barrabás era uno de los líderes, como se deduce de la definición «prisionero famoso» en Mateo 27, 16 y del hecho de que es arrestado durante esos desórdenes.35 Podemos pensar que Caifás y los suyos habrían aprovechado los tumultos, que hubieran acordado inmediatamente después con el apóstol traidor Judas Iscariote cómo arrestar más fácilmente a Jesús, con el fin concreto de condenarlo y, como el sanedrín no podía dictar sentencia, presentarlo rápidamente a Poncio Pilaros como el líder de una rebelión religioso-política, de la cual el tumulto había sido el inicio, para así conseguir la condena a la cruz y con una clamorosa motivación romana. Además, se puede suponer que querían conseguir una ventaja secundaria al mostrarse como fieles defensores del orden romano, porque así se corroboraba su poder, que irradia de Roma. Por tanto, el proceso del sanedrín era algo urgente y por esto los ancianos y los escribas se reúnen a una hora insólita y durante la semana de la Pascua hebrea, en la que, normalmente, no se celebran procesos.
Han buscado testigos contra él, sin duda falsos, según Mateo, mientras que para Marcos se trata sencillamente de una búsqueda de testigos: Mateo quiere subrayar de inmediato la doblez del sanedrín, pero cayendo en una especie de contradicción, al buscar y hacer hablar a testigos falsos, primero se los prepara bien, mientras que estos no consiguen crear nada jurídicamente válido contra Jesús. Según las prácticas judiciales hebreas, los testigos deben ser escuchados independientemente uno de otro, sin que se oigan entre ellos y sus testimonios deben coincidir para ser considerados dignos de confianza. El significado de lo que refiere Marcos: «Muchos de hecho testificaban en falso contra él y por eso sus testimonios no concordaban» se puede leer exactamente al contrario: que no siendo concordantes sus testimonios, debían considerarse falsos. Tal vez los sacerdotes y los fariseos no tuvieran tan mala fe como para crear anticipadamente un proceso falso. Se podría considerar que, para ellos, las motivaciones de la condena lo sean realmente y que su problema sea realmente conseguir demostrarlas según la ley, de la cual se consideran custodios.
Para Lucas, el proceso se realiza en los locales del sanedrín y sus miembros se reúnen solo para las tareas diarias.
Las diferencias a este respecto entre los evangelistas no son sustanciales. El palacio de Anás y Caifás linda con el templo, así como con la sede del sanedrín. Como veremos mejor más adelante, los Evangelios no son actas de los acontecimientos, sino noticias contadas por escrito algunas décadas después y transmitidas antes oralmente, por lo que son inevitables algunas discordancias secundarias. Que el proceso haya tenido lugar en la sede del sanedrín o en la casa de Caifás no tiene ninguna importancia real, lo que importa en todo es que los miembros del sanedrín estaban presentes.
Entretanto, Jesús se encontraba en prisión, objeto de burlas y de golpes por parte de los hombres que lo custodiaban.36 Lo habían vendado y le habían dicho: «Adivina quién te ha pegado» y le habían lanzado muchos insultos.
Lucas no habla de testigos.
En Mateo se presentan «finalmente» dos testigos que afirman, se puede suponer que, según las reglas, uno independientemente del otro: «Este hombre dijo: “Yo puedo destruir el Templo de Dios y reconstruirlo en tres días”».37 En este caso, la acusación puede ser de nigromancia, castigada con la muerte como se deduce de Levítico 20, 27. El evangelista no dice que caen en contradicción. Pero sí lo dice Marcos:38 algunos se levantan para hablar: «“Nosotros lo hemos oído decir: ‘Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días volveré a construir otro que no será hecho por la mano del hombre’” Pero tampoco en esto concordaban sus declaraciones». Para los testigos de Mateo, Jesús afirma que puede hacerlo, para los de Marco, que promete hacerlo. No concordando tampoco estos testimonios, Caifás pide explicaciones a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué testimonian estos contra ti?» Se puede pensar que pretenda decir: «¿Solo has dicho que puedes hacerlo o han prometido hacerlo?» Jesús no responde nada,39 no explica al sanedrín que se había referido simbólicamente, o bien a la resurrección de su cuerpo, o bien a la Iglesia que habría sustituido a su cuerpo. La acusación del sanedrín se basa en la profecía que Jesús había hecho de la futura destrucción del templo por parte de Roma en el año 70, que los testigos debían haber oído por otros y tergiversado. En Marcos, Cristo solo había dicho a uno de sus discípulos, pero públicamente: «¿Ves esa gran construcción? De todo esto no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido»40 y, de forma similar en Mateo41 y en Lucas42; en Juan, después de haber expulsado a los mercaderes del templo, los judíos presentes le piden una señal que atestigüe su derecho a hacer estas cosas. Jesús responde: «Destruid este templo y en tres días lo volveré a levantar».43 En este caso, hay un doble significado: en el primer sentido, es un desafío concreto a los judíos y, en el segundo, el sentido teológico de la resurrección de su cuerpo. Jesús esencialmente solo ha profetizado la destrucción del templo, ciertamente no por él, pero sabemos que las noticias pueden ser solo de oídas y además que, manipulándolas, se modifican y generan más versiones similares, pero no idénticas.
Veamos la conclusión de este proceso.
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32
Al principio, había sido bastante abusivo con los tributos. Eso produjo descontento al pueblo. Temiendo una rebelión, Herodes el Grande había entonces disminuido los impuestos en un tercio. A continuación, para granjearse el favor de sus súbditos, había reconstruido, magnífico, el templo de Jerusalén, afirmando que los impuestos servían para ese fin. Además, con el fin de resarcirse, al menos en parte, había saqueado la riquísima tumba de David.
33
Mc 15, 7.
34
Lc 23, 19.
35
Es curioso saber que, basándose en algunos textos antiguos, su nombre completo es Joshua Bar'abbã, que es en español Jesús (o Josué), hijo del padre (o, mejor dicho, del papá). Se puede suponer que se llamaba hijos del padre, de un padre, a los hijos ilegítimos. La omisión del nombre de Jesús, por otro lado muy común entre los hebreos, por parte de sucesivos copistas puede haber tenido el fin de no escandalizar provocando una combinación insolente y una ironía involuntaria, dado que el Hijo del Padre por excelencia es Jesucristo. A propósito de la famosísima liberación de Barrabás por parte del gobernador a solicitud del pueblo, de la cual solo habla el Evangelio, y suponiendo que fuera histórica y no solo simbólica, teniendo en cuenta la política y la personalidad de Pilatos, se puede suponer, aunque no haya documentos, que cuando libera a este peligroso líder zelota, lo hace sabiendo ya cómo volver a capturarlo o incluso que, para no crear posteriores desórdenes, el gobernador lo hace seguir y matar secretamente por sicarios.
36
Lc 22, 63-65.
37
Mt 26, 61.
38
Mc 14, 57-59.
39
Mc 14, 60 y ss. y Mt 26, 62 y ss.
40
Mc 13, 2.
41
Mt 24, 2.
42
Lc 21, 6.
43
Jn 2, 19.