Название: Jesús, Nacido En El Año 6 «antes De Cristo» Y Crucificado En El Año 30 (Una Aproximación Histórica)
Автор: Guido Pagliarino
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Историческая литература
isbn: 9788835407362
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Según el Evangelio de San Juan,18 en cuanto Jesús fue arrestado, es conducido ante Anás, suegro del sumo sacerdote Caifás y Anás lo interroga. En los otros evangelios no hay mención del interrogatorio ante este. Este episodio descrito por Juan tiene naturaleza teológica, pero no se puede excluir que tenga cierta naturaleza histórica.
El encuentro con Anás no es un proceso judicial. Este había sido sumo sacerdote entre el año 6 y el 15 y tenía todavía una grandísima influencia moral, pero ya no era el jefe del templo ni del tribunal del sanedrín. Después de él y antes de su descendiente Caifás, habían sido sumos sacerdotes todos sus hijos: un asunto de familia. Anás queda como una especie de gran anciano, una eminencia gris, pero ya no era un personaje oficial con poder político y jurídico personales y era todavía un consejero escuchado, como todos los antiguos sumos sacerdotes y miembros del sanedrín. Quien ha sido sumo sacerdote continúa teniendo el título, como hoy en Italia a los expresidentes de la república se les sigue llamando «presidente». Por eso en los evangelios encontramos muchas veces la expresión «los sumos sacerdotes», en lugar de «el sumo sacerdote y sus predecesores». En Anás hay voluntad de saber con quién se está enfrentando. En el interrogatorio, el tema central es «ser discípulo» según la «doctrina» (didachê) de Jesús, según su «enseñanza» (didáskein). Se puede suponer que Anás quiera saber también si existe una doctrina más profunda, secreta, no manifestada al pueblo, pero Jesús le responde de hecho: «He hablado al mundo en público, he enseñado (didáskõ) en la sinagoga y en el templo donde se reúnen todos los judíos y no he dicho nada en secreto». Ese «hablar» de Jesús en el original griego es «laleîn», que, en lenguaje público es una palabra que indica revelación divina a través de profetas o de ángeles o de visiones, en absoluto es la Palabra-Verbo de Dios. Jesús ha enseñado en el lugar central del judaísmo, el templo. Allí y en la sinagoga ha hablado «abiertamente»: por tanto, no es una doctrina religiosa para adeptos que, tal vez, si solo se hubiera tratado de esto, no habría preocupado mucho a los sacerdotes, como no les preocupaba excesivamente la fanática, pero aislada, secta esenia, sino que se trata de un estilo de vida para todo Israel, y luego para el mundo entero, con sus más que posibles implicaciones de orden político. La bofetada que recibe Jesús del sirviente de Anás, siempre según el Evangelio de San Juan, es el símbolo de rechazo indignado de la revelación de Cristo, que, para Anás, es impía. Pero Anás también ha visto un peligro político y, por eso, manda a Jesús inmediatamente al poder jurídico-político-religioso del sanedrín para que sea procesado. A diferencia de los demás evangelistas, Juan omite este proceso. ¿Por qué no habla de él? Es verdad que lo conoce y ha entendido su significado. El hecho es que, como ya hemos aludido, Juan considera el coloquio con Anás y luego en el tribunal romano de acuerdo con la teología y con ironía, en vez de históricamente: el que para él es condenado realmente es el pueblo hebreo que no acepta el cristianismo y, para este evangelista, juzgar significa condenarse a sí mismo diciendo «no» a la Revelación que trae Cristo. Jesús es el juez delante del cual el pueblo (o, mejor dicho, los presentes que eligen rechazar a Jesús) se autocondena. La misma muerte en la cruz de Cristo es para Juan el juicio divino sobre el mundo, palabra que, para él, con algunas excepciones, coincide con el pecado. No le interesa que Jesús haya sido históricamente condenado, pues teológicamente es exactamente lo contrario y así se ve en el único proceso que describe, el que se produce delante de Pilatos.
Entretanto, veamos algo del proceso delante del sanedrín, acudiendo a los evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas (llamados sinópticos, porque tienen varias partes casi coincidentes).
¿Por qué Cristo es acusado y condenado por el sanedrín?
Sobre todo, por su distinta mentalidad.
Jesús cura también en sábado, cuando está prohibido desarrollar ni siquiera la más mínima actividad física, y, además, muchas veces, en la sinagoga. Metafóricamente, Cristo quita el demonio de la enfermedad: para los hebreos, toda enfermedad, no solo la locura y la epilepsia, la causa un demonio. Según Lucas,19 cuando Jesús cura a una mujer encorvada, que no conseguía СКАЧАТЬ
17
En conjunto, los libros sagrados hebreos constituyen el
18
Jn 18, 12-24.
19
Lc 13, 10 -17.