Jesús, Nacido En El Año 6 «antes De Cristo» Y Crucificado En El Año 30 (Una Aproximación Histórica). Guido Pagliarino
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СКАЧАТЬ los llama cristianos. Bueno, al menos para evitar equívocos, que se defina como cristiano solo quien crea que Jesús es también Dios. No creemos confusiones con los calificativos.

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  Segunda edición en italiano, La teologia del XII secolo; Milán, Biblioteca di cultura medievale, Jaca Book, 1999.

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  Puede ser interesante saber que los Hechos de los Apóstoles parecen constituir la segunda parte de una sola obra, de la cual la primera se transmitió como el Evangelio de San Lucas. Según Luciano Canfora, esta idea no se ve afectada por el hecho de que tengamos un proemio dedicado a un tal Teófilo (tal vez, añado, un personaje simbólico para indicar a cualquier amante de Dios, es decir, cualquier creyente): el proemio al principio de los Hechos de los Apóstoles, afirma este estudioso, es «según la práctica de la historiografía helenística (Polibio, Diodoro, etc.), un enlace entre el libro precedente y el siguiente», mientras que «el proemio que leemos al principio del Evangelio de San Lucas (es decir, el primero de los dos libros) se refiere a ambos libros», cfr. Luciano Canfora, Storia della Letteratura greca, pp. 657 y ss.

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  Exactamente de Jn. 18, 31-33 y 37-38.

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  La letra P con la que se designan indica precisamente que se trata de un documento sobre papiro y el número da el orden de descubrimiento.

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  Fuentes: C. P. Thiede y Matthew D’Ancona, Testimone oculare di Gesú; AA.VV., Il Cristianesimo questo sconosciuto; Michel Quesnel, La storia dei Vangeli; y, para la noticia del códice relativo a Virgilio, Sebastiano Saglimbeni, «Sulle Bucoliche virgiliane e i luoghi della natura», en la revista Le Muse, 1, 2002, A.G.A.R Editrice.

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   Más exactamente, para el cristianismo católico, tras el Concilio Vaticano II, ya que hay protestantes que lo niegan, e incluso algunos católicos, entre los integristas, que no ven favorablemente este concilio.

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1 Cor 15, 39-49: al ser parte del Nuevo Testamento, para los creyentes es Palabra de Dios.

15

  Hablo más a fondo de esto en La vita eterna – Saggio sull’immortalità tra Dio e l’uomo, Prospettiva Editrice, 2003, escrito en 1998 y ya publicado por mí mismo, por primera vez en e-book MS Reader nel 2001, bajo el título L’eterno corpo umano.

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  1 Jn 3,2.

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    En conjunto, los libros sagrados hebreos constituyen el Tanak, del que la Torá es la Ley (los cinco libros del Pentateuco cristiano); los Nevi'im, los Profetas; los Ketuvim, los escritos. En la época de Jesús, son aceptados sin excepciones los libros de la Torá, mientras que los demás libros son admitidos o no, en todo o en parte, según la corriente religiosa. El canon hebreo solo se fijará hacia el 85-90 d. de C. por la academia de Iamnia (o Jabné), entonces dirigida por el rabino fariseo Gamaliel II (nieto del gran Gamaliel I, maestro de Saulo-Pablo antes de su conversión). La academia había logrado la dirección de judaísmo después de la destrucción de Jerusalén y el templo en el año 70 por parte de Roma y el fin del sacerdocio saduceo.

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  Jn 18, 12-24.

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  Lc 13, 10 -17.

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  Se trata de San Juan Bautista, pariente de Jesús y su precursor, no del apóstol homónimo.

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  Es decir, la «buena nueva» de la salvación eterna.

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  Mc 1, 16-20.

23

  Mc 1, 25-27

24

  Mt 15, 10-20.

25

  Mc 7, 14-23.

26

  Se puede suponer que precisamente por ese motivo San Marcos lo presenta cuando se enoja en una situación que no parece irritante a primera vista: cuando en el capítulo 1, versículos 40-45, encuentra al leproso y lo cura, encontramos: «Jesús, conmovido» (pero, en algunos manuscritos más antiguos y, por tanto, cabe suponer que más fieles a la predicación apostólica, está escrito «Jesús se irritó») «extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Sea, queda sano”» (Mc 1, 41). Después, en el versículo 43 leemos: «advirtiéndole severamente» (en otros manuscritos dice «hablándole con mucha dureza» o «se enfadó») «Lo despidió y le dijo: “No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio”» El Jesús de Marcos es aquel que solo con querer puede, por gracia divina inmediata, pero se presenta en cada ocasión, como hemos dicho, con su humanidad concreta y al ver a esa persona que sufre, espontánea e inmediatamente la ayuda, pero, a la vez, se da cuenta de que está actuando contra las normas de la pureza y de que se está arriesgando: haber quebrantado la ley podría obstaculizar gravemente su misión. Por eso se preocupa. Incluso con dureza, como si estuviera además enfadado, hace que el leproso le obedezca al ordenarle que calle y haga que lo vean los sacerdotes como prescribe la ley y también para que el sanado, por supuesto, pueda volver a moverse de nuevo libremente, pero asimismo con el objetivo de no dar pretextos a sus adversarios. Inútilmente, porque seguirán pronto nuevos enfrentamientos con los jefes de Israel, como se refiere en el capítulo 2 del mismo Evangelio.

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  Mc 2, 5.

28

  Mc 2, 15-16.

29

  Mc 2, 17.

30

  Mc 2, 18-22.

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  Son aceptados por los cristianos católicos, pero rechazados, no solo por hebreos, sino también por los cristianos protestantes.

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  Al principio, había sido bastante abusivo con los tributos. Eso produjo descontento al pueblo. Temiendo una rebelión, Herodes el Grande había entonces disminuido los impuestos en un tercio. A continuación, para granjearse el favor de sus súbditos, había reconstruido, magnífico, el templo de Jerusalén, afirmando que los impuestos servían para ese fin. Además, con el fin de resarcirse, al menos en parte, había saqueado la riquísima tumba de David.

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  Mc 15, 7.

34

  Lc 23, 19.

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  Es curioso saber que, basándose en algunos textos antiguos, su nombre completo es Joshua Bar'abbã, que es en español Jesús (o Josué), hijo del padre (o, mejor dicho, del papá). Se puede suponer que se llamaba hijos del padre, de un padre, a los hijos ilegítimos. La omisión del nombre de Jesús, por otro lado muy común entre los hebreos, por parte de sucesivos copistas puede haber tenido el fin de no escandalizar provocando una combinación insolente y una ironía involuntaria, dado que el Hijo del Padre por excelencia es Jesucristo. A propósito de la famosísima liberación de Barrabás por parte del gobernador a solicitud del pueblo, de la cual solo habla el Evangelio, y suponiendo que fuera histórica y no solo simbólica, teniendo en cuenta la política y la personalidad de Pilatos, se puede suponer, aunque no haya documentos, que cuando libera a este peligroso líder zelota, lo hace sabiendo ya cómo volver a capturarlo o incluso que, para no crear posteriores desórdenes, el gobernador lo hace seguir y matar secretamente por sicarios.

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  Lc 22, 63-65.

37

  Mt 26, 61.

38

  Mc 14, 57-59.

39

  Mc 14, 60 y ss. y Mt 26, 62 y ss.

40

  Mc 13, 2.

41

  Mt 24, 2.

42

  Lc 21, 6.

43

  Jn 2, 19.

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