Explotación, colonialismo y lucha por la democracia en América Latina. Pablo González Casanova
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СКАЧАТЬ fundado en relaciones sociales de explotación, concreta su propuesta teórica al conceder el carácter de colonialismo interno a las relaciones de explotación que se producen entre la sociedad blanco-mestiza y los pueblos indios de México:

      En 1965, publicado por Editorial Era —tras ser rechazado por el Fondo de Cultura Económica (FCE)—, ve la luz La democracia en México. Por vez primera en la sociología latinoamericana aparece una obra cuyos fundamentos epistemológicos van unidos, como señalamos en el punto anterior, al uso práctico de las técnicas de investigación social (tanto cualitativas como cuantitativas). En un momento histórico-social latinoamericano donde la izquierda intelectual y el marxismo vulgar tendían a despreciar el uso de dichas técnicas por considerarlas un instrumento en manos y al servicio del poder político burgués, Pablo González Casanova las exime de tal consideración al darles un uso crítico. Como él mismo señala:

      La democracia en México constituye un punto de inflexión en el desarrollo de la sociología latinoamericana y en el devenir del pensamiento propio de la región. De allí su importancia para un mejor conocimiento de la realidad social y política de “nuestra América”.

      El mismo rigor que reclama González Casanova para todo el quehacer sociológico, lo aplica a su praxis teórica. Así ocurre con el concepto de colonialismo interno, a cuya definición, expuesta en La democracia en México, le sigue su concreción en Sociología de la explotación (1969):

      1) Un territorio sin gobierno propio; 2) que se encuentra en una situación de desigualdad respecto de la metrópoli, donde los habitantes sí se gobiernan a sí mismos; 3) que la administración y la responsabilidad de la administración conciernen al Estado que la domina; 4) que sus habitantes no participan en la elección de los más altos cuerpos administrativos, es decir, que sus dirigentes son designados por el país dominante; 5) que los derechos de sus habitantes, su situación económica y sus privilegios sociales son regulados por otro Estado; 6) que esta situación no corresponde a los lazos naturales, sino “artificiales”, producto de una conquista y de una concesión internacional, y 7) que sus habitantes pertenecen a una raza y a una cultura distintas de las dominantes y hablan una lengua también distinta.

      Pero como él mismo apunta:

      Esta definición se concreta al subrayar:

      Y se vuelve a exponer en Sociología de la explotación (1969) cuando muestra el carácter que presenta la estructura de dominio y explotación con rasgos de colonialismo interno:

      Por consiguiente, para González Casanova el colonialismo interno es una categoría que estudia fenómenos de conflicto y explotación, y su evolución está marcada por el desarrollo histórico que sufren los procesos de cambio en la producción y reproducción del orden social. El colonialismo interno se transforma en la década de los noventa en una categoría más inclusiva: colonialismo global.

      Bajo estos valores, postulados desde el compromiso ético-político, la lucha por la democracia se redefine al enfrentar los problemas derivados del colonialismo global. La democracia es ahora un proyecto político afincado en la justicia e igualdad social, debiéndose concretar, y por ende realizar, su utopía.