Название: La agricultura, siglos XVI al XX
Автор: Esperanza Fujigaki
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9786070254420
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En la región algodonera regada por el Nazas, en 1910 existían cerca de 100 000 ha. sembradas de algodón, pertenecientes, según nuestros datos, a 24 propietarios; había otras 30 000 ha. subdivididas en unidades agrícolas de entre 500 y 1000 ha. en las áreas de Matamoros y San Pedro y pertenecientes en parte a los mismos grandes propietarios.44
Pero en otras zonas de Coahuila siguió predominando el gran latifundio, como el caso de la hacienda de La Babia, de Pérez Treviño, la cual tenía como antecedente principal el antiguo presidio fundado entre 1774 y l775. En el interior de La Babia se desarrollaron actividades agropecuarias, forestales y mineras; y su producción era absorbida por el mercado nacional y el estadunidense.45
En la zona noroeste del estado de Sonora, la lucha por la tierra y la mano de obra llevó a continuos enfrentamientos entre la hacienda y la misión, sobre todo en la Pimería Alta y la Opatería, lucha que inició después de la expulsión de los jesuítas y perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX.46 Es hasta el porfiriato cuando en Sonora se produce el desarrollo pleno de la hacienda como empresa y empiezan a proliferar los molinos harineros y otras pequeñas industrias de transformación. En la región se encontraban desde extensos latifundios hasta medianas y pequeñas propiedades, muchas surgieron de la apropiación de tierras de las comunidades. "Los comuneros sufren desalojamientos violentos en varias partes del Estado —culminándose en el valle del Yaqui— y en la subregión serrana la etnia ópata deja de existir." En la zona pima se desarrolla el peonaje por deudas; en la ópata la aparcería y productivas haciendas; así como compañías agrícolas, en la zona del yaqui, que empleaban mano de obra indígena.
Otro ejemplo de grandes latifundios en el norte eran las propiedades, en el estado de Chihuahua, de Luis Terrazas y sus hijos, su yerno Creel y demás miembros de la familia, quienes llegaron a poseer hasta 15 millones de acres. El ferrocarril les permitía sacar sus ganados y productos a las ciudades de Chihuahua y México y exportarlos a los Estados Unidos. En las haciendas de Luis Terrazas pastaban más de 400 000 reses, 100 000 ovejas y 25 000 caballos. Sus tierras eran de las más fértiles y mejor irrigadas del estado; contaban con excelentes praderas apropiadas tanto para el cultivo de riego como de temporal, y enormes extensiones de bosques maderables.47
Las grandes haciendas fueron muy importantes en el norte, desde la Colonia hasta el porfiriato; pero, al mismo tiempo, empezaron a surgir y a proliferar las pequeñas y medianas propiedades y, durante el siglo XIX, el pequeño ranchero independiente. Durante el porfiriato, el desarrollo de la minería, tanto de metales preciosos como industriales; la llegada de los ferrocarriles estadunidenses a la frontera, la mayor vinculación con el mercado del suroeste y sureste de los Estados Unidos; la creciente inversión extranjera, principalmente estadunidense; el aumento de la población y el crecimiento de las ciudades permitieron el surgimiento de nuevas condiciones económicas y políticas que se manifestaron en todo el norte de México. Por otra parte, la pacificación de la zona fronteriza, después de la derrota de los apaches, y el fin de la guerra del yaqui en la parte sur de Sonora, incorporaron enormes extensiones de tierras productivas a la agricultura y la ganadería comerciales.
Las nuevas condiciones del elevado crecimiento económico, durante el porfiriato, también impulsaron el avance de las grandes propiedades en el sureste del país; la hacienda henequenera se expandió y se desarrollaron las plantaciones cafetaleras, caucheras y las monterías. Hasta los años cuarenta del siglo XIX, la explotación y exportación del palo de tinte fue muy importante en Campeche. En la zona fronteriza entre Yucatán y Campeche tuvieron alta relevancia en las haciendas azucareras. En Yucatán las haciendas ganaderas se transformaron en henequeneras y la fibra se convirtió en un valioso producto de exportación que dio un giro a la organización y a las relaciones laborales en las haciendas.48
Vista en perspectiva, es importante señalar la larga duración de esta estructura agraria (véase cuadro 1.1 del anexo estadístico) gestada a partir de la Conquista española; lo que, por otra parte, no significa su inmutabilidad, aunque los mayores cambios no se produjeron sino hasta las reformas agrarias de los siglos XIX y XX. Hemos apuntado algunos elementos que explican su origen y permanencia; pasaremos ahora a revisar varios de los factores que impulsaron cambios en esta estructura en etapas de profundas transformaciones sociales, políticas y económicas.
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2 Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español, 1519-1810, Siglo XXI Editores, México, 1967, p. 263. Asimismo, señala que: "el tema de la transformación de la tierra durante la Colonia es técnico y complejo". Véase también George McCutchen McBride, "Los sistemas de propiedad rural de México", en Problemas Agrícolas e Industriales de México, vol. III, núm. 3, México, julio-septiembre de 1951.[regresar]
3 Charles Gibson, op. cit., p. 278.[regresar]
4 Sobre la evolución de la propiedad colectiva, véase George McCutchen McBride, op. cit., cap. IV. Sobre las rebeliones indígenas véase Bibliografía, al final del texto.[regresar]
5 Silvio Zavala, "De encomiendas y propiedad territorial en algunas regiones de la América Española", (1940), en Estudios indianos, Colegio Nacional, México, 1984, p. 198.[regresar]
6 Silvio Zavala, "Orígenes coloniales del peonaje en México", (1944), en Estudios indianos, Colegio Nacional, México, 1984, p. 319.[regresar]
7 Véase Charles Gibson, op. cit.; Mónica Blanco y María Eugenia Romero Sotelo, Tres siglos de economía novohispana, 1521-1821, DGAPA, UNAM, Editorial Jus, México, 2000.[regresar]
8 Charles Gibson, op. cit., p. 330.[regresar]
9 Woodrow Borah, El siglo de la depresión en Nueva España, (1975), Era, México, 1982, p. 13. Véase Charles Gibson, op. cit.[regresar]
10 Enrique Florescano e Isabel Gil Sánchez, "Formación y estructura económica de la hacienda en Nueva España", en Historia de América Latina, vol. 3, Editorial Crítica Cambridge University Press, Barcelona, 1991, pp. 97 y 98. Véase también Woodrow Borah, op. cit., pp. 67 y 68.[regresar]
11 George McCutchen McBride, op. cit.[regresar]
12 Enrique СКАЧАТЬ