La comunidad sublevada. José Bengoa
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Название: La comunidad sublevada

Автор: José Bengoa

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

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isbn: 9789563249156

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СКАЧАТЬ crítica de la historia se ha transformado en despiadada. Es un análisis lleno de ironías y para quienes fueron actores del pasado de una ingratitud absoluta: “No fueron 30 pesos sino 30 años”, se ha afirmado. Posiblemente las mismas personas que expresan su crítica radical a los 30 últimos años fueron sus beneficiadas y beneficiados, y quizá en algún momento se alegraron por lo que ocurría. Da lo mismo. Lo que importa es el resultado y este hace tabla rasa con el pasado. Las consecuencias de medidas que se tomaron hace 30 años al iniciarse la transición a la democracia así llamada cobran su cuenta a través de las nuevas generaciones que se ven y perciben como estafadas, abusadas. Ese es el hecho que importa.

      La falta de centralidad del concepto de trabajo productivo conduce a una noción de abuso atribuible al conjunto de la sociedad y, sobre todo, al Estado como expresión sintética de ella. Es la sociedad que se yergue sobre el individuo atribulado.

      El abuso, vale repetirlo nuevamente, provoca un fuerte sentimiento de impotencia, de autodestrucción, de sentimiento de ser discriminado, no atendido, no aceptado, en fin, no reconocido. Frente a esa invisibilización solo queda la furia, las piedras, la acción antipolicial y los fuegos sin sentido. No hay objetivos estratégicos y tácticos, no hay consideraciones en que se limite la violencia a un formato de negociaciones; es respuesta espontánea y colectiva a la acción desesperante de la cultura del abuso.

      A esto se agrega, quizá por la existencia de las nuevas tecnologías, los teléfonos celulares, el Facebook, Instagram, etc., de que no hay liderazgos que representen a la totalidad del movimiento; son redes y colectivos que se entrelazan y coordinan. No hay delegación del poder como es evidente dadas las características del fenómeno que estamos describiendo.

      Es por ello que podemos establecer una distinción entre los movimientos sociales y políticos que surgen del mundo de la producción (alienación del trabajo y plusvalía), de aquellos que surgen de este conjunto de sensaciones de abuso.

      La sublevación de los otros

      En medio de esta Pandemia y en el marco de esta “revuelta” estamos asistiendo a un aumento significativo de la delincuencia. Las pantallas de la televisión están llenas de “portonazos”,58 asaltos a mano armada, disparos con armas largas, acusaciones de narcotráfico; en fin, se ha disparado en la sociedad chilena el delito duro59 y la prensa ha hecho que este fenómeno aparezca en forma destacada y escandalosa.60¿Cómo explicar la concomitancia de estos procesos?

      A riesgo de ser acusado de ingenuidad cómplice podemos hacer una breve alusión a este fenómeno de la mayor importancia en la vida cotidiana de las personas. Ya el lector se habrá dado cuenta de que nuestra hipótesis de la relación entre abuso y sublevación camina por dos senderos: uno es el de la política y los movimientos sociales de cambio, el lado que hemos llamado positivo, y el otro va por un lado contrario, que como espejo hace lo mismo pero sin el sentido de cambio, sino solamente de lucro personal, de prestigio personal, y en el que las solidaridades se transforman en organizaciones mafiosas. Si en un caso los sublevados se unen a partidos políticos, organizaciones sociales por ejemplo, en el otro se unen a bandas armadas. Destruir la sociedad e incluso destruir la propiedad en uno y otro caso son propuestas paralelas, con propósitos diferenciados radicalmente. Hay quienes, desde muchas posturas político-teóricas, no considerarían tan descabellados esos paralelos. De hecho, no es tan extraño que en las cárceles se hayan producido cambios de uno a otro sentido. Malcolm X, por citar un caso emblemático, era un preso común que conoció al líder de los musulmanes negros de Estados Unidos que estaba encarcelado por ser objetor de conciencia y no ir a la guerra de Corea. Se cambió de bando, se podría decir, y salió como uno de los mayores líderes de la negritud en ese país.

      En las cárceles de La Araucanía los gendarmes de las cárceles o Gendarmería tienen claridad en estos asuntos y separan a la población penal acusada de delitos comunes, de aquellos que denominan “comuneros”, que aunque acusados de delitos que podrían ser considerados comunes, por ejemplo incendio de camiones, bosques o cosas de esa naturaleza, son considerado como “políticos”. La discusión de los gobiernos acerca de si hay o no presos políticos mapuches la resuelven en forma práctica los gendarmes que están encargados de cuidarlos. Incluso los días de visita de los familiares son diferenciados, ya que perciben que se trata de personas de entornos sociales muy diferentes.

      Algo semejante ocurre en las cárceles en que se encuentran los jóvenes acusados de delitos en el contexto de las protestas y revueltas de este período. Los gendarmes señalan que es necesario separarlos por el peligro de “contaminación” de la población penal ordinaria. La conducta carcelaria comprende que los presos políticos pueden fácilmente relacionarse con los comunes y darle contenido quizá a su acción delictual. Que es un delgado hilo el que separa ambos sectores.61 Complejo asunto sin duda.

      Más complejo aún es observar que las solidaridades populares son cruzadas. Hemos seguido por las redes varios funerales de personas consideradas héroes, habiendo sido catalogadas por la policía y el Ministerio del Interior como delincuentes o directamente narcotraficantes. Lo que llama la atención es la masividad de esos funerales, los que van acompañados de disparos (incluso de ametralladoras) de fuegos artificiales, de música muchas veces. Se los entierra como héroes tanto a quienes han muerto en enfrentamientos, como aquellos que como varios casos han muerto de la peste actual. Hay sin duda categorías ético-morales y códigos de conducta muy serios y estrictos. A los que han cometido femicidios y sobre todo a los que han violado niñas o niños pequeños no se les perdona. Un caso brutal ocurrió hace poco en que un delincuente acusado de violar a varias mujeres de modo bastante brutal pasó a la cárcel. El primer día que fue sacado al patio lo mataron de una cuchillada. Nadie supo nada, al igual que el famoso Fuenteovejuna lo hizo.

      La revolución de las expectativas crecientes

      Cuánto querrá el dios del cielo

      que la tortilla se vuelva

      En los años sesenta numerosos intelectuales hablaron de la “revolución de las expectativas crecientes”. Mi profesor de antropología social, Ismael Silva Fuenzalida, había estudiado en Estados Unidos donde la denominada “Curva de Davies” era muy famosa y la aplicó para varios casos latinoamericanos. Sus trabajos son sin duda interesantes a la luz de lo que ocurre hoy día. Hemos hecho algunos estudios empíricos, no todos los que quisiéramos, en diferentes partes del país con estas ideas en los últimos años. Se trata de comprender lo que los jóvenes de diversas situaciones aspiran.

      No podemos generalizar, pero en un espectro de mucha diferencia comprobamos un cambio profundo en el horizonte de expectativas de los jóvenes. En jóvenes de poblaciones de Santiago se ha producido un cambio en la percepción puramente de “falta de oportunidades”. Las culturas juveniles suburbanas de hasta hace 10 años eran cerradas. No se vislumbraba alternativa y el horizonte era exclusivamente de “patear piedras”. En los últimos años, los estudios muestran una mayor ambigüedad. Se continúa con claves propias de un subsistema cerrado y en torno del cual hay que fortalecerse, pero al mismo tiempo se percibe con algún grado de contradicción que, con un golpe de suerte, se podría transitar a una situación educacional promisoria. En los últimos 10 años se ha perforado la sociedad de castas existente en Chile, en especial la sociedad de castas urbanas. El “Lalo” de los Panteras Negras de Huamachuco, con sus canciones duras y cerradas, no interpreta en forma completa ni compleja las situaciones contradictorias que se han abierto fruto de la “revolución de las expectativas crecientes”.

      En los pequeños pueblos, con diversas tesis62 se ha estudiado el cambio en las expectativas de los jóvenes. No son expectativas desatadas e ingenuas, pero sí contienen una alta intención de salir de la situación en que han vivido sus padres. Todas y todos los jóvenes consideran obviamente СКАЧАТЬ