Conocimiento y lenguaje. AAVV
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Название: Conocimiento y lenguaje

Автор: AAVV

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Educació. Sèrie Materials

isbn: 9788437086422

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СКАЧАТЬ crítica global del sistema comunicativo y de la industria de la cultura. Esos estudios, por otra parte, pueden considerarse, en cierto modo, las primeras construcciones teóricas y metodológicas que darán lugar posteriormente a las principales líneas de desarrollo de la investigación comunicativa.

      De todas esas teorías, no obstante, sólo dos paradigmas asumen el papel de dominantes; en primer lugar, el Funcionalismo, que defiende un proceso lineal de transmisión eficaz de información dominada por la fuente emisora ante la cual los receptores son meros sujetos pasivos y exige el método experimental como soporte fundamental de las investigaciones; junto a él, la Teoría Crítica de la sociedad y de la comunicación que, con raíces freudianas y marxistas, aporta como legado fundamental la crítica de la irracionalidad de la sociedad industrial, responsable de la conformación de la cultura como pseudocultura tal como explica Muñoz (1995) a través de la que ellos peyorativamente denominan industria cultural y su componente básico, la comunicación de masas.

      Junto a estos paradigmas ha de concederse relevancia específica a la Teoría matemática de la Comunicación de C. Shannon y W. Waever (1949) que adquiere su mayor importancia a partir de la segunda mitad del siglo XX debido, sobre todo, a su adaptación a campos científicos diferentes, entre otros al de la Lingüística estructural-funcional de R. Jakobson (1981: 79-94).

      Según Mattelart (2002: 64-65), el ingeniero y matemático Claude Elwood Shannon formula una teoría matemática de la comunicación que implica una definición de la información estrictamente física, cuantitativa, estadística; se refiere, sobre todo, a «cantidades de información» y hace caso omiso de la información en cuanto proceso que da forma al conocimiento gracias a la estructuración de fragmentos de conocimiento. El problema planteado guarda relación con el cálculo de probabilidades ya que pretende encontrar la codificación más eficaz (velocidad y costo) de un mensaje telegráfico de un emisor para llegar a un destinatario. Por otra parte, este modelo mecánico remite a un concepto behaviorista (estímulo-respuesta) de la sociedad, perfectamente coherente con el de progreso indefinido que se difunde desde el polo central hacia las periferias. El receptor, de alguna manera, está condenado al estatus de clon del emisor. La construcción del sentido no figura en el programa del ingeniero. La noción de información que defiende este paradigma no tardará en transformarse en caja negra, palabra clave, llave maestra y comodín más allá del ámbito de la comunicación y, para ello, contará, además, con todas las facilidades que le ofrecía un contexto científico en el que numerosas disciplinas de las ciencias humanas, deseosas de participar de la legitimidad de las ciencias de la naturaleza, convertirán la teoría de Shannon en paradigma.

      El objetivo de Shannon es diseñar el marco matemático dentro del cual es posible cuantificar el coste de un mensaje, de una comunicación entre los dos polos de este sistema, en presencia de perturbaciones aleatorias, llamadas «ruido», indeseables porque impiden el «isomorfismo», la plena correspondencia entre los dos polos. Si se pretende que el gasto total sea el menor posible, se transmitirá por medio de signos convenidos, los menos onerosos

      Esta fase de la etapa científica de la construcción de la Ciencia de la Comunicación está, pues, definida por el surgimiento de todos los paradigmas a los que hemos aludido anteriormente, pero, según casi todos los estudiosos, lo más relevante de este período es el comienzo de la construcción científica sistemática de los estudios de la comunicación provenientes de las dos tendencias explicativas e interpretativas, Funcionalismo y Teoría Crítica, que significan básicamente dos modelos de entender no sólo la realidad comunicativa, sino también de establecer la demarcación de las ciencias sociales y humanas, dentro de las cuales ha de incluirse la teoría y la ciencia de la comunicación.

      En resumidas cuentas, en su trayectoria posterior, han constituido el punto de referencia para conformar dos formas de estudiar e interpretar la sociedad y la comunicación (Saperas, 1993: 164). La corriente norteamericana que, surgida desde finales de los años veinte, intentará establecer un planteamiento empírico con aspiraciones de cuantificación estadística estricta y desde una óptica global de convertir a las Ciencias de la Comunicación en una rama más de las ciencias experimentales. La Teoría crítica, de procedencia europea, que se interesará esencialmente por determinar los aspectos subyacentes y no explícitos de los procesos de comunicación; es decir, los aspectos ideológicos en donde el sistema de comunicación debe de enmarcarse.

      El tercer momento de la etapa científica de los estudios de la comunicación, el que hemos denominado de normalización, se soporta básicamente en la demarcación científica de esos estudios de acuerdo con los postulados que, desde la epistemología y filosofía de la ciencia, se exige a todo conocimiento científico y en el reconocimiento de esos estudios como campo específico y autónomo del saber tanto por la comunidad científica como por la académica.

      Desde nuestro planteamiento, a partir de 1960, la investigación de los fenómenos comunicativos está consolidada y normalizada pero, al mismo tiempo, factores diversos (los cambios sociales, la evolución de la teoría científica, la implantación y predominio de nuevos medios de comunicación y las perspectivas de acercamiento y valoración de los mismos, en especial la televisión, la incidencia de las infraestructuras tecnológicas, la nuevas formas de acceder a la información, han hecho que surjan, en el campo científico de la comunicación, paradigmas diversos que intentan responder a las exigencias provenientes de las conformaciones complejas que va presentando el objeto de investigación y, desde luego, a los postulados implantados desde la Teoría de la ciencia.

      La normalización a la que estamos aludiendo no significa, en modo alguno, unanimidad o univocidad paradigmática; antes bien, durante este largo período, y como ocurre en el resto de las ciencias sociales y naturales, uno de los rasgos más significativos es la convivencia de modelos explicativos y teorías alternativas, complementarios y, raramente, contrarios. Al fin al cabo, los paradigmas son propuestas de comprensión, análisis e interpretación de una realidad, en este caso la comunicativa, seleccionada como objeto de explicación e investigación que, por lo tanto, deben estar atentos a la evolución de la complejidad de los fenómenos comunicativos y, desde luego, a las novedades ofrecidas por la teoría científica en general que ofrece nuevos marcos y postulados metateóricos que pueden ser trasladados a los campos de conocimientos específicos

      A modo de resumen, a partir de los años setenta surgen, en el ámbito de la comunicación y del resto de las ciencias sociales, paradigmas que adquieren especial relevancia representativa y explicativa debido a la adecuación que presentan con respecto a la situación real del sistema comunicativo (producción, productos, circulación y consumo) y a la adaptación de los modelos científicos en general a la realidad comunicativa en particular.

      Por otra parte, en casi todos los casos parten de la concesión de un estatuto científico autónomo a la comunicación e información, superando, pues, la dependencia y subsidiariedad respecto a disciplinas como la Sociología o Psicología, lo cual no significa en modo alguno dejar de lado las ineludibles interrelaciones con otros factores o subsistemas que conforma el entramado sistémico de la sociedad.

      Estructuralismo, Semiología y Semiótica, Estudios Culturales, etc., son paradigmas que responden a esos rasgos detallados anteriormente y que ofrecen, en contraste con lo que ocurría con el Funcionalismo y la Teoría crítica, la particularidad, por un lado, de tener vigencia mundial y no exclusivamente en uno u otro continente, por más que su aplicación pueda presentar algunas particularidades en las comunidades científicas de cada país; por otra, la de afrontar el fenómeno comunicativo en su totalidad y no sólo de modo más bien fragmentario como ocurría tanto en el Funcionalismo como en la teoría Crítica. Como es lógico, por otra parte, el predominio de estos paradigmas no significa la desaparición de los anteriores que, con revisiones y adaptaciones a los cambios del propio objeto de investigación, la realidad comunicativa, seguirán siendo cultivados por los investigadores de la comunicación.

      En las últimas décadas del siglo XX, la peculiaridad de la normalización de los estudios СКАЧАТЬ