Название: Conocimiento y lenguaje
Автор: AAVV
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Educació. Sèrie Materials
isbn: 9788437086422
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Desde una perspectiva evolutiva, pero no lineal, unidireccional (la historia de la Humanidad en modo alguno puede entenderse como un progreso continuado e ineludible), dentro de la visión que definimos como defensora de la complementación, consideramos imprescindible subrayar que el desarrollo humano se construye efectivamente como un complejo proceso de complementación que supone, no obstante, el rechazo o exclusión de ciertos elementos y la aceptación o inclusión de otros. El lenguaje es considerado como factor o instrumento de mediación en la interacción comunicativa entre el yo y el otro, o entre el yo y su desdoblamiento (esto es, en el pensar o reflexionar). En nuestro trabajo de estudio habitualmente consideramos el lenguaje natural de un modo u otro en función de supuestos parciales. Pero ello puede significar, sin duda, el olvido de la necesaria complementación evolutiva a la que hemos aludido.
Por eso es preciso afirmar y trabajar desde la premisa de que el instrumento del lenguaje ha de conectarse con el conjunto de factores que determinan el modelo específico de comunicación dominante en los diferentes estadios de la historia de los agentes de esa comunicación. Dicho de otro modo: la dominancia del lenguaje iconográfico-simbólico-representacional propio de los pueblos primitivos (antiguos y contemporáneos) es el resultado de un modelo de vida, una situación socioeconómica y cultural que posee un grado de racionalidad y complejidad proporcional y adecuado a la racionalidad y complejidad de esa formación social, según apuntan ciertas tesis antropológicas.
La ampliación de ese medio comunicativo, esto es, del lenguaje iconográfico-simbólico-representacional, y su perfeccionamiento da lugar a que aparezca en otro momento de la historia un nuevo instrumento de interacción comunicativa: la escritura. Además de un instrumento absolutamente más perfecto, este hecho supone el surgimiento de un lenguaje diferente que complementa el anterior y que posee, con respecto al anterior, algunos aspectos de carácter más restrictivo y otros de carácter evidentemente superador.
Por otra parte, la dominancia de la escritura sobre el lenguaje oral y el icónico, no puede ser considerada fruto de su valor objetivamente superior con respecto a los anteriores, sino más bien efecto de un conjunto de factores no exclusivamente lingüísticos que, en cierto modo, tienen que ver con la conformación clasicista de la propia sociedad. Esto es, leer y escribir puede suponer diferenciar socialmente las élites cultas del pueblo analfabeto y ágrafo en un momento determinado de la historia de la Humanidad (y quizás aún en la actualidad).
Otra cuestión diferente, sin duda, es la constatación de la particularidad y especificidad de los lenguajes oral e iconográfico primitivos con respecto al escrito, y el reconocimiento de la trascendencia de unos y otros para el desarrollo de la sociedad, la conservación del legado histórico y, en suma, la conformación de la memoria histórico-cultural de los pueblos y las posibilidades de expresión más plural y compleja que ofrezca un tipo de lenguaje con respecto a otro.
Desde esta perspectiva, no es razonable realizar el análisis y la valoración social del lenguaje de los actuales discursos mediáticos (audiovisuales, informáticos, virtuales y multimediáticos) siguiendo parámetros de perfección e imperfección, superioridad e inferioridad, o bondad y maldad, con respecto al resto de lenguajes anteriormente citados. Su análisis e interpretación debe enmarcarse dentro de unas coordenadas sociohistóricas y comunicativas adecuadas que puedan conducir a una aproximación distanciada que permita comprobar su particularidad proveniente de su conexión con el momento o formación social en la que ha surgido (Wolton, 2000), su conexión con la naturaleza compleja de su conformación y con la función, funciones y efectos que se le atribuye en la sociedad de la información, del espectáculo y del simulacro (Castells, 1997-1998).
En otras palabras, es preciso iniciar un proceso de reflexión de carácter plural, interdisciplinar y complejo mediante la comparación de los lenguajes por su naturaleza y por su función primordial de servir de instrumento de expresión e intercomunicación. Ello ha de servir para, por una parte, superar los prejuicios de superioridad de unos lenguajes sobre otros, y, por otra, para profundizar en el tema de la interacción de los lenguajes que conforman los productos audiovisuales, dado que éstos constituyen, por encima de todo, una construcción compleja. En ella, no obstante, se mantiene la peculiaridad de cada uno de los lenguajes al tiempo que todos ellos se complementan en un nuevo lenguaje (sistema de comunicación y sistema de codificación) de naturaleza y función específica, y diferente de los lenguajes de origen.
A modo de conclusión de este primer epígrafe, introducimos un postulado previo como supuesto básico que soportará el resto de reflexiones: el lenguaje audiovisual y el virtual tienen la particularidad de ser un lenguaje complejo que no sólo interrelaciona diversos lenguajes, sino que ofrece además nuevas posibilidades para establecer las relaciones existentes entre el pensamiento y la expresión del mismo, sea cual sea la función que se les atribuya desde los emisores o productores.
Reconocer la complejidad del lenguaje, de los discursos mediáticos audiovisuales o no, supone, como mínimo, exigir la aceptación de la misma en tres ámbitos del proceso de comunicación: en el de la producción, en el del producto o discurso y en el del análisis e interpretación. Asimismo, esta característica de la complejidad conduce a las implicaciones de la misma en el ámbito específico de la competencia comunicativa y, en este caso, en el de la propia investigación.
La complejidad del proceso de producción nos traslada ineludiblemente al papel determinante de las nuevas tecnologías como soporte a la vez que factor determinante en la conformación de los discursos mediáticos. Y, sin comulgar necesariamente con las tesis del determinismo tecnológico, nos lleva a afirmar el papel que esas tecnologías juegan como ampliación de la capacidad humana para la representación, la comunicación y el conocimiento (Bettetini y Colombo, 1995: 11-41).
Sí, en cambio, hemos de interesarnos por la complejidad de los productos, cuando menos en los términos que señala, por ejemplo, Cebrián (1995: 54) cuando afirma que:
Lo audiovisual engloba, en definitiva, dos sentidos claramente definidos desde la perspectiva lingüística: a) Un sentido amplio, como mera yuxtaposición de los dos términos: audio y vídeo, pero sin establecimiento de relación alguna entre ambos; en este sentido se considera lo auditivo por un lado y lo visual por otro con plena autonomía de funcionamiento de cada uno de ellos y presencia de diversos medios. Lo audiovisual aparece en medios basados exclusivamente en sonidos como el disco, el magnetófono, el teléfono y la radio. Lo visual se presenta en medios basados en representaciones de imágenes: cine mudo, cartel y fotografía fundamentalmente. b) En sentido restringido, se refiere a la interrelación plena de los dos términos mediante la cual se establece una integración de ambos para originar un nuevo producto: lo audiovisual pleno, dentro del cual ya no es posible examinar por separado cada uno de los componentes si no se quiere destruir el sentido que transmiten. La percepción se realiza por la vista y el oído simultáneamente. Las vinculaciones de imágenes y sonidos son tales que cada uno contrae relaciones con el otro por armonía, complementariedad, refuerzo, contraste. De todo ello surgen nuevos sentidos. Lo audiovisual, según esta acepción, no es una suma, sino una unidad expresiva total y autónoma. Los medios más representativos son el cine sonoro, la televisión, el vídeo y todos los derivados de cada uno de ellos, y cuya influencia se aprecia en los sistemas de multimedia y su horizonte próximo en las redes interactivas multimedia. [...] Lo audiovisual se enmarca en el proceso comunicativo. Las perspectivas anteriores analizan el concepto desde puntos de vista parciales. Eliminan el entorno y el contexto en el que se presenta lo audiovisual. Son válidas pero incompletas. Lo audiovisual no es algo aislado y fijo, sino que tiene una dinamicidad y una interconexión con el proceso y sistema comunicativo global. Cada uno de los componentes del acto comunicativo tiene repercusión en lo audiovisual. Hay que examinarlo, pues, en esta trabazón de contextos particulares y en el contexto global.
Así pues, el estudio lingüístico de los productos mediáticos es pertinente y necesario por constituir una manifestación de su objeto específico de indagación, al tiempo que debe formar parte del análisis, comprensión e interpretación СКАЧАТЬ