Название: Conocimiento y lenguaje
Автор: AAVV
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Educació. Sèrie Materials
isbn: 9788437086422
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b) la revisión del proceso histórico de la construcción de la Ciencia (o ciencias) de la Comunicación; c) la presentación de los factores conformantes de una aproximación compleja a la comunicación actual; d) las derivaciones de esa visión de la comunicación en el tratamiento de los lenguajes dominantes y, como conclusión,
e) las implicaciones de todo lo anterior en la aproximación lingüística a los fenómenos provenientes de la realidad comunicativa actual y de los lenguajes en ella empleados.
1.2 Variables y constantes en las situaciones comunicativas
1.2.1 Las esferas de la comunicación
Antes de enfrentarnos a la aproximación científica, diacrónica y sincrónica de la comunicación, consideramos importante presentar lo que podemos denominar realidad comunicativa y atribuir cierta relevancia a una serie de cuestiones que, sin duda, constituyen el punto de partida o referente del tratamiento científico de la comunicación. Es decir, desde una perspectiva científica, esa constatación de la realidad comunicativa constituye, sin duda, el referente concreto, la realidad, para llevar a cabo el proceso de reflexión que supone la aproximación científica a la comunicación como objeto de investigación, reflexión y explicación. En otras palabras, la delimitación de la comunicación como objeto científico, como operación inicial del proceso de investigación y de construcción de una disciplina o campo del saber, ha de realizarse extrayendo de la realidad comunicativa concreta lo que se considera más relevante para ser estudiado, de acuerdo con los supuestos y exigencias de una determinada perspectiva científica o paradigma.
El tratamiento de la pluralidad de las manifestaciones comunicativas ha sido realizado de forma diferente por diversos autores en función de su perspectiva de estudio. A modo de ejemplo, introduciremos a continuación algunas muestras presentando básicamente las clasificaciones propuestas por estudiosos representativos.
Bougnoux (1999: 15), por ejemplo, propone esta enumeración: «esferas o círculos de la comunicación: doméstica, educativa (comunicación pedagógica), espacial (urbana), pública (relaciones públicas y marketing) y global (esfera mundial de los intercambios)». Por su parte, McQuail (1999: 35-38) resume su planteamiento en los términos siguientes:
Para calificarse como red de comunicación, en el pleno sentido de la palabra, tiene que haber tanto un medio de entrega e intercambio como un flujo activo de mensajes en el que todos o la mayoría participen activamente. Existen tecnologías capaces de soportar una red alternativa (no de masas) a escala de toda una sociedad (en particular, la red de transportes, la infraestructura de telecomunicaciones y el sistema postal), pero éstas suelen carecer de los elementos sociales y papeles públicos a escala de toda la sociedad que tienen los medios de comunicación de masas. En un nivel inferior a la sociedad, hay varios tipos de redes de comunicación. Uno de ellos reproduce el conjunto de la sociedad a escala de la región, ciudad o población e incluso puede tener su propia estructura mediática paralela. Otro queda representado por la empresa u organización laboral, que quizás no tenga una única ubicación pero que suele estar bien integrada dentro de sus límites organizacionales, entre los cuales se suele producir la mayor parte del flujo de comunicación. Un tercer tipo lo ilustra la «institución», como las del gobierno, de la enseñanza, de la justicia, de la religión o de la seguridad social. Las actividades de una institución social siempre son muy diversas y requieren, asimismo, correlación y mucha comunicación, siguiendo rutas y formas establecidas. Las organizaciones e instituciones sociales se distinguen de las redes a escala de toda una sociedad mediante la especificidad de sus tareas. También están limitadas y relativamente cerradas, si bien la comunicación sí atraviesa sus límites (por ejemplo, cuando una burocracia o una empresa comunica con sus clientes, y viceversa). Por debajo de este nivel se dan aún más tipos, y más variados, de redes de comunicación basados en alguna particularidad compartida de la vida cotidiana: un entorno (un barrio, por ejemplo), un interés (como la música), una necesidad (por ejemplo, el cuidado de niños pequeños) o una actividad (como el deporte). En este nivel, las cuestiones clave conciernen a la adhesión y la identidad, y a la cooperación y la creación de normas. En los niveles intragrupal (por ejemplo, la familia) e interpersonal, se ha prestado normalmente más atención a las formas de conversación y a las pautas de interacción, influencia, afiliación (grados de adhesión) y control normativo. En el nivel intrapersonal, la investigación de la comunicación se concentra en el procesamiento de la información (por ejemplo, la atención, la percepción, la comprensión, la memoria y el aprendizaje) y sus eventuales efectos (sobre el saber y las opiniones y actitudes). Esta pauta aparentemente sencilla se ha complicado con la creciente «globalización» de la vida social, en la que han intervenido los medios de comunicación de masas. Hay, sin embargo, un «nivel» más elevado de comunicación e intercambio que debe ser considerado: el que atraviesa, e incluso ignora, las fronteras nacionales en una gama cada vez mayor de actividades (económicas, deportivas, políticas, lúdicas, etc.). Las organizaciones e instituciones se encuentran menos confinadas dentro de sus fronteras nacionales y los individuos también pueden satisfacer necesidades de comunicación fuera de su propia sociedad o entorno social inmediato. La correspondencia, antes muy destacada entre, por una parte, unas pautas de interacción social personal en un espacio y tiempo compartidos y, por otra, unos sistemas de comunicación se ha debilitado mucho a medida que se ensancharon considerablemente nuestras opciones culturales e informativas.
Es cierto que no es posible hablar de la pluralidad de las manifestaciones comunicativas sin recurrir a los estudios de carácter científico que han realizado los autores que iremos citando a continuación. No obstante, la información que seleccionaremos será empleada desde una perspectiva previa a la aproximación científica propiamente dicha con la finalidad de poner en evidencia la variedad que ofrecen los hechos comunicativos como exigencia de la multiplicidad de situaciones de interacción comunicativa y social (Livolsi, 2000: 25-28, 455-483). Dicha pluralidad de las formas de la comunicación ha sido resaltada por todos los teóricos de la comunicación por razones diversas y desde perspectivas diferentes. A partir de esos testimonios podría ensayarse un elenco ecléctico en el que se incluyeran, al menos como una mera enumeración, todas las modalidades de comunicación desde la intra e interpersonal a la mediada, social, de masas o virtual. Sin embargo, consideramos más riguroso hacer constar algunos testimonios que hemos seleccionado como muestra representativa de ese ámbito de estudio.
Saperas (1998: 111-117), por ejemplo, afirma que:
Un diagnóstico general de esta compleja estructura comunicativa nos permite reconocer cinco niveles básicos de estructuración de los sistemas y procesos de comunicación, y consecuentemente definen cinco niveles de análisis que organizan internamente la teoría de la comunicación: nivel intrapersonal, nivel interpersonal, nivel de las organizaciones, nivel institucional (instituciones comunicativas) y nivel macrosocial (sociedad y opinión pública.
Esa enumeración responde a la necesidad de subrayar que las teorías actuales de la comunicación amplíen el objeto de estudio y, por lo tanto, el campo de investigación como única y adecuada manera de responder a la complejidad de la propia realidad comunicativa. En ese contexto, aboga por la necesidad de que los teóricos de la comunicación contemplen el conjunto de niveles de la comunicación que, aun siendo realidades y situaciones autónomas, guardan entre sí una radical interrelación. Cualquier forma de comunicación se encuentra interrelacionada con otras formas del proceso comunicativo de mayor o menor complejidad y pensar en cada elemento comunicativo de forma segmentada del resto de las comunicaciones es ignorar la compleja realidad actual.
La pretensión, en segundo lugar, de fundamentar su tesis de la interdisciplinaridad a la hora de formular y desarrollar un tratamiento científico de la comunicación conduce a Wolton (1999) a presentar una versión diferente a la de los autores citados hasta el momento con respecto a las manifestaciones que pueden observarse en la comunicación humana y a establecer, basado en los campos científicos que se ocupan de la comunicación, tres polos que indican diferentes delimitaciones y aproximaciones.
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