Название: Universidades, colegios, poderes
Автор: AAVV
Издательство: Bookwire
Жанр: Учебная литература
Серия: CINC SEGLES
isbn: 9788491348160
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Durante esta sucesión cronológica los jesuitas de Salamanca fueron avanzando en lo que respecta a su evolución intelectual. Múltiples visitas de los padres Araoz y Nadal acallaron las temidas denuncias de auxiliis y las reticencias por parte de sectores tradicionalistas del gremio universitario. Lenta pero decididamente, la Compañía solicitaba una situación acomodada a sus deseos dentro de la propia normativa académica, fraguándose la víspera de la epifanía de reyes de 1570, cuando Martín Gutiérrez, en nombre del conjunto de la Orden, solicitó formalmente la admisión gremial.24
En este momento, el claustro creó una comisión para que estudiase el caso, la cual volvió a reunirse cinco días más tarde, dictando una opinión favorable al deseo jesuítico, y un añadido del maestro Diego Cuadrado: la no intención ni pretensión de posesión de cátedra.25 Posiblemente, incitado por las redes de la Compañía, Cuadrado favoreció el cumplimiento de las ordenanzas internas de la Orden y así la aceptación por parte de la curia general.26
En la víspera de la Purificación de 157027 se llamó a claustro al rector de la Compañía. Nuevamente se reitera la solicitud de incorporación gremial del colegio, asumiendo esta lo propuesto por el maestro Cuadrado.28 El doctor Gutiérrez supo jugar con los acontecimientos; por su parte, Cuadrado, buscando que, en el caso de que la Compañía llegase a tener influencia dentro de la Universidad, no se pudiese ejercer el voto estudiantil, lo que facilitaría el camino hacia una nueva propuesta petición a los jesuitas.
Al aceptar el padre rector dicha propuesta, la respuesta del claustro fue la pretendida:
[…] luego, los dichos señores arriba tenidos, votaron el dicho pedimento de que arriba se haze mención, en la fee del dicho poder que tiene el dicho Martín Gutiérrez [rector] de la dicha casa e Compañía, e attendiendo el bien e aprovechamiento que ha fecho e haze e se espera que la dicha congregación a de hazer en esta çiudad e Universidad, dixeron que lo incorporaban e incorporaron, e agregaban e agregaron en esta Universidad al dicho colegio e casa e Compañía del Santísimo Nombre de Jesús desta dicha çiudad de Salamanca e a las personas e colegiales del, antes e avientes e por venir, para que, desde oy en adelante y para siempre jamás, como tal colegio incorporado en ella, pueda gozar e goze de los privilegios deste dicho Esttudio, según y cómo y de la manera que lo ha pedido e demandado el dicho padre Martín Gutiérrez. Y, en lo que toca al botar, que piden ser exceptos, e no pretender cátedras, en lo uno y en lo otro y en lo que toca a este artículo, se lo concede ad nutum Universitatis […].29
Se realizó la matrícula gremial de la Compañía de Jesús en la Universidad de Salamanca.30 Con la rúbrica del secretario, Andrés de Guadalajara, a partir de este momento los jesuitas gozaban ya de los privilegios existentes en la Universidad de Salamanca para el conjunto de sus instituciones vinculadas.
En el caso que nos atañe, dicha matrícula no era realizada por la totalidad de los habitantes del domicilio. A modo de aproximación sirvan los siguientes datos: en el primer año de matrícula, curso 1570-1571, la realizaron un 65,22 % de los habitantes, en 1597-1598 un 36,07 %, en 1625-1626 un 51,72 %, en 1645-1646 un 78,82 % y en 1669-1670 un 92,72 %.31
No hacemos referencia a una evolución constante, puesto que influyen numerosas variantes, como el crecimiento demográfico mencionado anteriormente. Así como las pugnas universitarias, también debe tenerse en cuenta que la matrícula no es realizada el mismo día en el que tenemos las referencias demográficas y, por tanto, pueden haberse dado traslados o recibos, por lo que los datos que acabamos de presentar deben ser tenidos como aproximativos y sujetos a diversas variantes.32
A nivel general, en la matrícula universitaria salmantina, fundamentalmente dentro de las órdenes religiosas, encontramos dos facciones. Por un lado, las reglas tradicionalistas que continuaban con el funcionamiento existente en la primera mitad del siglo XVI y, por otro, las innovadoras que rechazaban a las cátedras y sus provisiones –siguiendo la modélica praxis jesuítica–,33 aunque sustentasen actos académicos y su asistencia a las lecciones en escuelas fuese notable.
Las llamadas órdenes tradicionales son las de los benedictinos, dominicos, agustinos, carmelitas calzados, mercedarios, trinitarios, tercera orden de san Francisco, premonstratenses, mínimos de san Antonio de Paula y los canónigos regulares de santa María de la Vega. Entre los innovadores, además de los jesuitas, encontramos a los franciscanos, bernardos, carmelitas descalzos, jerónimos, recoletos agustinos, mercedarios y trinitarios. Hacemos mención a dos formas diferentes de tener vinculación gremial en el estudio universitario.34
Efectuar dicha matrícula tenía un coste. Según el profesor Rodríguez-San Pedro:
Los derechos de matrícula fueron actualizados en 1595 y fijados en 8 maravedís para dignidades y bachilleres; seis maravedís para estudiantes comunes; cuatro maravedís los gramáticos, y matrícula gratuita los hijos de doctores y maestros de la Universidad. Con los fondos así recaudados se financiaban las fiestas de san Nicolás y santa Catalina. No pagar dichos derechos suponía invalidación de la matrícula […].35
En esta ocasión no se señala la cuantía para los colegios y conventos vinculados a la Universidad. Lamentablemente no hemos encontrado dicho importe para todo el período que estamos estudiando, aunque sí para los cursos 1763-1764,36 1766-176737 y 1767-1768.38 Se trata de una relación en la que se indica, en reales, la aportación necesaria para la vinculación del grupo en la institución universitaria.
El colegio de los jesuitas aparece tachado en los cursos de 1763-1764 y 1766-1767, mientras que en el curso 1767-1768 ya no es necesario anularlo. Entendemos que esta es una de las consecuencias de la pragmática sanción de Carlos III. Al expulsarse la Orden también perdían sus miembros la vinculación gremial.
En las escasas referencias que tenemos, el coste al colegio de la Compañía es de quince reales, igual que en los colegios de Cuenca, Oviedo, El Rey, Alcántara, La Vega, San Vicente, San Jerónimo o la Merced Calzada, entre otros. Por encima de dicho coste encontramos, por ejemplo, el colegio del Arzobispo (con treinta reales) o el convento de San Esteban (veinte reales); y con un menor importe tenemos a San Bartolomé y el Trilingüe (ocho reales), Calatrava y San Basilio (doce reales) o a los Irlandeses y la Merced Descalza (siete reales y medio).
Los libros de matrícula, a los que nos encontramos haciendo referencia, poseen diversos errores, fallos de transcripción e incluso olvido de diferentes datos de diversa tipología. Un caso habitual que hallamos para los jesuitas es que no siempre se señalan los lectores o maestros de estudiantes, de Teología o de Artes. Los colegios regulares contaban con los suyos propios,39 así como con la distinción entre lógicos y teólogos, o incluso con el tiempo cursado por el estudiante en cuestión.
Son numerosos los datos de suma importancia para conocer de una manera más precisa la institución jesuítica en Salamanca y sus relaciones universitarias. A pesar de lo cual, en múltiples ocasiones hemos podido solventar estas deficiencias gracias a la utilización de otras fuentes documentales; aparentemente complementarias pero de gran importancia.
Continuando con los libros de matrícula se debe indicar que en ellos también localizamos una serie de deficiencias que no son producidas por errores del escribano. Como ejemplo, entre los datos reflejados sobre los jesuitas, al igual que en el resto de colegios regulares o seculares, no suele reflejarse la procedencia geográfica o social del matriculado;40 también debe ser añadida la destrucción parcial por arranque, correspondiente al curso 1627-1628.41
Como es evidente, tras lo señalado con anterioridad, el número de miembros aforados no siempre es el mismo. Hasta СКАЧАТЬ