El libro negro del comunismo. Andrzej Paczkowski
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Название: El libro negro del comunismo

Автор: Andrzej Paczkowski

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788417241964

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СКАЧАТЬ de concentración, el exterminio mediante gases asfixiantes y la deportación de aldeas enteras de las que se sospechaba que ayudaban y daban cobijo a los «bandidos»18.

      La orden del día número 171, de fecha 11 de junio de 1921, de Antonov-Ovseenko y Tujachevski, aclara los métodos con los que fue «pacificada» la provincia de Tambov. Esta orden estipulaba fundamentalmente:

      Fusilar en el mismo lugar, sin juicio, a todo ciudadano que se niegue a dar su nombre.

      Las comisiones políticas de distrito o las comisiones políticas de zona tienen el poder de pronunciar contra las aldeas en que están ocultas armas un veredicto para arrestar rehenes y fusilarlos en el caso de que no se entreguen las armas.

      En el caso en que se encuentren armas ocultas, fusilar en el lugar, sin juicio, al hijo mayor de la familia.

      La familia que haya ocultado a un bandido en su casa debe ser arrestada y deportada fuera de la provincia, sus bienes confiscados y el hijo mayor de esta familia fusilado sin juicio.

      Considerar como bandidos a las familias que oculten miembros de las familias de los bandidos y fusilar en el mismo lugar, sin juicio, al hijo mayor de esta familia.

      En el caso de que tenga lugar la huida de la familia de un bandido, repartir sus bienes entre los campesinos fieles al poder soviético y quemar o demoler las casas abandonadas.

      Aplicar la presente orden del día rigurosamente y sin piedad19.

      Al día siguiente de la promulgación del orden del día número 171, el general Tujachevski ordenó atacar con gases asfixiantes a los rebeldes. «Los residuos de las bandas deshechas y de los bandidos aislados continúan reuniéndose en los bosques. (…) Los bosques en que se ocultan los bandidos deben ser limpiados mediante el gas asfixiante. Todo debe de estar calculado para que la nube de gas penetre en el bosque y extermine a todo aquel que se oculte en el mismo. El inspector de artillería debe proporcionar inmediatamente las cantidades necesarias de gases asfixiantes así como especialistas competentes en este género de operaciones.» El 19 de julio, ante la oposición de numerosos dirigentes bolcheviques a esta forma extrema de «erradicación», la orden número 171 fue anulada20.

      En este mes de julio de 1921, las autoridades militares y la Cheka habían abierto ya siete campos de concentración en los que, según datos todavía parciales, estaban encerradas al menos cincuenta mil personas, en su mayoría mujeres, ancianos y niños, «rehenes» y miembros de familias de campesinos desertores. La situación de estos campos era terrible: el tifus y el cólera eran endémicos, y los detenidos, medio desnudos, carecían de todo. Durante el verano de 1921 hizo su aparición el hambre. La mortalidad alcanzó, en el otoño, del 15 al 20 por 100 al mes. El 1 de septiembre de 1921 no quedaban más que algunas bandas que reunían en total apenas a más de un millar de hombres en armas, frente a los cuarenta mil que había en el apogeo del movimiento campesino en febrero de 1921. A partir de noviembre de 1921, aunque los campos habían sido «pacificados» hacía mucho tiempo, varios miles de detenidos entre los más capaces fueron deportados hacia los campos de concentración del norte de Rusia, a Arcángel y Jolmogori21.

      Tal y como testifican los informes semanales de la Cheka dirigidos a los dirigentes bolcheviques, la «pacificación» de los campos continuó en numerosas regiones —Ucrania, Siberia occidental, provincias del Volga, Cáucaso— al menos hasta la segunda mitad del año 1922. Las costumbres adquiridas en el transcurso de los años precedentes seguían persistiendo y, aunque oficialmente las requisas habían sido abolidas en marzo de 1921, el cobro del impuesto en especie que reemplazaba a las requisas a menudo se llevaba a cabo con una extrema brutalidad. Las cuotas, muy elevadas en relación con la situación catastrófica de la agricultura en 1921, mantenían una tensión permanente en los campos donde muchos campesinos habían guardado armas.

      Describiendo sus impresiones de viaje a las provincias de Tula, de Orel y de Voronezh en mayo de 1921, el comisario del pueblo para la Agricultura, Nikolai Ossinski, informaba de que los funcionarios locales estaban convencidos de que las requisas serían reestablecidas en otoño. Las autoridades locales «no podían considerar a los campesinos de otra manera que como saboteadores natos»22.

       Informe del presidente de la comisión plenipotenciaria de cinco miembros acerca de las medidas represivas contra los bandidos de la provincia de Tambov, 10 de julio de 1921

      Las operaciones de limpieza de la volost (cantón) Judriukovskaya se iniciaron el 27 de junio en la aldea Ossinovki, que había albergado en el pasado a grupos de bandidos. La actitud de los campesinos respecto a nuestros destacamentos represivos estaba caracterizada por cierta desconfianza. Los campesinos no denunciaban a los bandidos de los bosques y respondían que no sabían nada de las preguntas que se les formulaban.

      Capturamos cuarenta rehenes, decretamos el estado de sitio en la aldea y concedimos dos horas a los aldeanos para que entregaran a los bandidos y las armas ocultas. Reunidos en asamblea, los aldeanos dudaban sobre la conducta que había que seguir, pero no se decidían a colaborar de manera activa en la caza de los bandidos. Al expirar el plazo, ejecutamos a 21 rehenes ante la asamblea de la aldea. La ejecución pública, mediante un fusilamiento individual, con todas las formalidades de rigor, en presencia de todos los miembros de la comisión plenipotenciaria, de los comunistas, etc., provocó un efecto considerable sobre los campesinos…

      Por lo que se refiere a la aldea Kareyevka, que por su situación geográfica, constituía un emplazamiento privilegiado de los grupos de bandidos… la comisión decidió borrarla del mapa. Toda la población fue deportada, sus bienes confiscados, a excepción de las familias de los soldados que servían en el Ejército Rojo, que fueron trasladadas a la villa de Kurdiuki y realojadas en las casas confiscadas a las familias de los bandidos. Tras recuperar algunos objetos de valor —marcos de las ventanas, objetos de cristal y de madera, etc.— se prendió fuego a las casas de la aldea.

      El 3 de julio emprendimos las operaciones en la villa de Bogoslovka. Rara vez nos hemos encontrado con unos campesinos tan reticentes y organizados. Cuando se discutía con estos campesinos, del más joven al más viejo, todos respondían unánimemente, adoptando un aire sorprendido: «¿Bandidos en nuestras casas? iNo piensen en ello! Quizá los hemos visto pasar alguna vez por los alrededores, pero a saber si eran bandidos. Nosotros, como se puede ver perfectamente, no hacemos daño a nadie, no sabemos nada».

      Hemos adoptado las mismas medidas que en Ossinovka: hemos capturado 58 rehenes. El 4 de julio hemos fusilado públicamente a un primer grupo de 21 personas, luego, a las 3 de la tarde, hemos logrado que 60 familias de bandidos, es decir, unas 200 personas aproximadamente, no tuvieran la posibilidad de causar molestias. A fin de cuentas, hemos logrado nuestros objetivos y los campesinos se han visto obligados a encontrar a los bandidos y las armas ocultas…

      La limpieza de las aldeas y villas mencionadas arriba concluyó el 6 de julio. La operación se vio coronada por el éxito y tiene consecuencias que sobrepasan los dos volost (cantones) limítrofes. Se continúa la rendición de los elementos bandidos.

      El presidente de la comisión plenipotenciaria de cinco miembros, Uskonin.

      Krestianskoe vosstanie v Tambovskoi gubernii v 1919-1921, op. cit., pág. 218.

      Para acelerar el cobro del impuesto en Siberia, región que debía proporcionar el grueso de las entradas en productos agrícolas, en el momento en que el hambre devastaba todas las regiones del Volga, en diciembre de 1921 se envió como plenipotenciario extraordinario a Feliks Dzerzhinski. Este estableció «tribunales revolucionarios volantes» encargados de peinar las aldeas y de condenar sobre el terreno a penas de prisión o campo de concentración a los campesinos que no pagaban el impuesto23. Cuántos abusos no cometerían СКАЧАТЬ