Argumentación y pragma-dialéctica. Jesús Zamora Bonilla
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Название: Argumentación y pragma-dialéctica

Автор: Jesús Zamora Bonilla

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия:

isbn: 9786077423348

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СКАЧАТЬ teoría de la argumentación, son el talón de Aquiles de prácticamente cualquier propuesta teórica que se haga (cf. Bermejo-Luque, 2014). Sobre el tema de las falacias y los intentos de teorizar acerca de ellas contamos ahora con un estudio histórico de gran elegancia y profundidad en Vega Reñón (2013).

      Notas preliminares

      Nota a la traducción

      El inglés de van Eemeren es excepcionalmente claro, sencillo y directo. Es claro que no tiene ninguna pretensión literaria, lo cual es en más de un sentido digno de agradecimiento. El autor recurre con cierta frecuencia a repeticiones de tal o cual aspecto, a menudo elemental, de su teoría de la argumentación. Esto ofenderá el sentido estilístico de algunos y pondrá a prueba la paciencia de otros. Por mi parte, considero que van Eemeren tiene siempre dos razones para hacerlo que son ambas muy respetables. Una, y probablemente la principal, es que prefiere repetir de más a correr el riesgo de perder a su lector. Por ello, a quien considere que ya entiende suficientemente el punto de que se trata y no necesita que se le reitere yo le invito a que sobrevuele el pasaje sin detenerse en detalles conocidos. La segunda razón, de particular importancia en artículos publicados en revistas diferentes, es la de mantener la coherencia del texto. En cada artículo se trata naturalmente de algún aspecto diferente de la teoría, pero al autor le importaba que se viera con claridad su vínculo con otros más elementales y lógicamente anteriores.

      Dada la complejidad de la teoría, van Eemeren ocasionalmente utiliza oraciones largas y con una estructura sintáctica compleja, en las que el número de sintagmas y cláusulas incrustadas supera al usual. Sin embargo, nunca lo hace cuando no es necesario y muy rara vez resultan tales oraciones obscuras. En todos los casos que lo parecieron, le propuse interpretaciones alternativas al autor, a quien agradezco su amabilidad y su paciencia aparentemente sin límites. El texto en español contiene en ese sentido ciertas mejoras respecto del original, todas ellas aprobadas por van Eemeren. En algunos casos, sobre todo pensando en los principiantes, se optó por añadir notas a la traducción, aclarando tal o cual término o principio, pero nunca sin obtener el consentimiento del autor. Todas las notas del traductor están contenidas entre corchetes; y cuando son largas van acompañadas de la leyenda “nota del traductor”, para que no quede duda.

      Por otra parte, el vocabulario que van Eemeren utiliza es chico y se percibe siempre un esfuerzo por no alejarse demasiado del habla cotidiana. El uso de sinónimos es parco, como debe ser en toda obra con pretensión científica. Teniendo en cuento lo intrincado de la teoría, puede decirse que los términos técnicos son relativamente pocos y siempre se aclaran suficientemente, al menos para los propósitos expresos de la exposición. Sin duda, habrá casos en que un filósofo hubiese querido que se abundase y discutiese más por lo menudo; pero si se considera que en materia de conceptos nunca un filósofo ha logrado contentar por mucho tiempo a sus pares y colegas, el hecho de que haya términos cuya definición o aclaración en pragma-dialéctica (por ejemplo, el término “proposición”) no satisface requerimientos de este gremio no debería sorprendernos ni alarmarnos ni quitarnos el sueño.

      Con todo, conviene hacer algunas aclaraciones sobre ciertos términos a cuya traducción se pudieran plantear objeciones. Es bien sabido que nadie está completamente de acuerdo con ninguna traducción, y las discusiones sobre este tema son interminables y con frecuencia conducentes a mal humor. Sin embargo, quisiera justificar al menos los casos que tienen que ver con los dos términos más básicos de una teoría de la argumentación. Se entiende que cuando alguien argumenta lo hace a favor de algo. Eso a favor de lo que se argumenta lo llama van Eemeren, con una palabra inglesa de todos los días, standpoint. Aunque se puede argüir que palabras españolas como “posición” o “tesis” (que es en griego lo que “posición” en español) son las que deberían traducir aquella inglesa, me he resistido a ello por tres razones.

      Las dos primeras son puramente convencionales. Una es que van Eemeren hubiera perfectamente podido emplear palabras como position o thesis, de que se dispone tanto en inglés como en español. Si decidió no hacerlo, toca al traductor respetar esa decisión. La otra es que en último término la palabra inglesa standpoint se traduce directa y naturalmente como “punto de vista”.

      Mi tercera razón es más substantiva. La palabra griega “tesis” (al igual que la palabra “posición” que la latiniza) están demasiado cercanas a la idea de aserto o afirmación, y van Eemeren insiste en que disputamos a veces sobre juicios de valor o propuestas prácticas (por ejemplo, consejos o exhortaciones), las cuales no son afirmaciones, o al menos se puede argumentar y de hecho se ha argumentado que no lo son. Si alguien dice: “Creo que deberíamos discutirlo antes de tomar una decisión”, esto dista mucho de ser un ejemplo prototípico de lo que ordinariamente llamamos una tesis en español. Además, y dependiendo del tipo de discusión, lo que está en disputa puede ser algo muy firme y claro (una tesis en sentido estricto) o algo mucho más vago e impreciso; lo cual es harto frecuente en muchas discusiones informales, si no incluso en la mayoría de ellas, y no es tan rara en las formales como sus participantes quisieran creer. Parte del problema al que se enfrenta la pragma-dialéctica, y en todo rigor cualquier intento de producir una teoría general de la argumentación, es que las personas que discuten con frecuencia no tienen del todo claro lo que quieren decir, cuál es el alcance de sus afirmaciones o cuál pregunta —si es que alguna— están tratando de responder. En ese sentido pienso que la frase “punto de vista” (al igual que standpoint en inglés) tiene la vaguedad requerida por los hechos observables.

      Esto se ve reforzado si consideramos que en pragma-dialéctica, la argumentación arranca no del hecho de que alguien, el proponente, declare un punto de vista, sino de que haya al menos otra persona que no lo comparta, sea por tener ella un punto de vista propio diferente e incompatible, sea por no tener ninguno, incluyendo el del proponente. A este hecho lo llama van Eemeren, utilizando otra vez una expresión de todos los días, difference of opinion (ocasionalmente disagreement). Esta frase sólo puede traducirse como “diferencia de opinión”; y he aquí que, siendo opinion y standpoint en gran medida intercambiables en el habla ordinaria, resulta aun más problemático traducir opinion por “posición”, ya no se diga por “tesis”. En cambio, “opinión” y “punto de vista” parecen usarse de manera muy similar.

      Es sabido, por otro lado, que van Eemeren clasifica las diferencias de opinión de acuerdo con dos criterios. Si la diferencia versa sobre una sola opinión, entonces van Eemeren dice que es single, y si versa sobre más de una opinión, entonces la llama multiple. Esta distinción se ha traducido hasta ahora mediante los adjetivos “única” y “múltiple”; y en este libro también se traduce así. En cambio, si la diferencia es tal que tanto el proponente como el oponente sostienen opiniones encontradas, cada uno la suya, entonces van Eemeren dice que es mixed; y la llama non-mixed cuando el oponente no tiene una opinión propia sobre el asunto, sino que simplemente declara que no comparte la que el proponente ha expresado. Aquí se ha establecido en las traducciones al español la oposición entre “mixta” y “no mixta” (o “no-mixta”); y por esa razón la sigo, si bien es probable que “bilateral” (o incluso “multilateral” para discusiones con más de dos interlocutores) en oposición a “unilateral” podrían ser términos que expresan mejor la idea que se tiene en mente.

      Ahora bien: si standpoint indica aquello a favor de lo cual alguien argumenta, tenemos que para la argumentación misma hay una serie de palabras y frases que conviene comentar, así sea brevemente. En primer lugar tenemos las palabras argument y argumentation, las cuales deben traducirse, respectivamente, como “argumento” y “argumentación”. En general, hay una presunción de que la segunda designa el acto de argumentar, mientras que la primera el producto de ese acto. Creo que van Eemeren es bastante consistente en su uso; pero, si el lector pensase que en algún punto no lo fuera, no СКАЧАТЬ