Argumentación y pragma-dialéctica. Jesús Zamora Bonilla
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Название: Argumentación y pragma-dialéctica

Автор: Jesús Zamora Bonilla

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9786077423348

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СКАЧАТЬ Véase por ejemplo Ramírez Vidal (2014). Conviene aclarar que los dos poemas épicos de Homero no representan, como algunos despistados siguen creyendo, una etapa primitiva de la cultura griega; antes al contrario son el apogeo literario de la alta cultura micénica, cuya destrucción permitió el surgimiento de las varias culturas helénicas, dentro de las cuales destaca, como prima inter pares, la de Atenas.

      3 En la vasta obra de Platón encontramos muchos vislumbres de lo que podríamos llamar los elementos y hasta el método de esta teoría. Por mencionar solamente algunos ejemplos, en muchos de sus diálogos asoman los rudimentos de una teoría de la definición y una teoría de la clasificación; en el Sofista nos deslumbra el primer análisis de la oración en sujeto y predicado; y tanto en la República como en la Carta VII nos topamos con una reflexión sobre el papel de las figuras y su combinación con el discurso verbal en la demostración matemática. Sin embargo, no podemos propiamente decir que haya un desarrollo sistemático en ninguna de las obras platónicas.

      4 La didáctica de las matemáticas, que es una disciplina al menos vieja de un siglo, contiene sin duda elementos y métodos en dirección hacia una teoría de la argumentación en matemáticas; y otro tanto puede decirse de las ideas de Imre Lakatos (1963); pero el lector apreciará lo específico de intentar teorizar sobre la argumentación en matemáticas consultando, por ejemplo, los trabajos reunidos en Aberdein y Dove (2013).

      5 El interés primordial de las diversas artes retóricas se alejaban completamente de la argumentación como tal y ponían el énfasis en cuestiones de estilo o bien en cuestiones heurísticas. El interés era siempre práctico: se trataba de dar con las ideas, temas, palabras, frases, pronunciaciones, silencios, posturas y gestos que la experiencia había mostrado que funcionan o fallan en el discurso público. Se trata de gigantescos y detallados catálogos que fueron y siguen siendo utilísimos para preparar y formar al orador; pero ninguna de ellos contiene una teoría de la argumentación. De hecho, ese interés práctico también ocupa un lugar muy importante en la historia de los matemáticos: desde antes de Pappus hasta después de Pólya (y pasando por Descartes y Leibniz) se detecta en este gremio una obsesión por formular una ars inueniendi con la que sea posible no ya verificar una demostración sino hallarla; y no en balde se ha dicho que la historia de las matemáticas es la historia de la invención de métodos. Todo eso es estupendo, pero tangencial a la argumentación como tal.

      6 Cf. Murphy (1974: 104). Al igual que en el diálogo socrático, el punto de partida de la disputación es una pregunta; pero la forma en que se lleva a cabo la disputación es completamente diferente a la del diálogo. La marcha de una disputación, sus tipos y sus reglas se han descrito muchas veces (p.ej. en Mandonnet, 1918: 266-270; una descripción reciente, sucinta y clara en Weijers, 2007). Aunque vieja e incompleta, la historia del surgimiento y desarrollo del método escolástico de Grabmann (1909, 1911) sigue teniendo autoridad.

      7 Uno de los mejores manuales es el de Laycock y Scales (1904; revisado y ampliado en O’Neill, Laycock & Scales, 1917). Vale la pena mencionar un hecho revelador: mientras que en en la Europa continental la retórica dejó de ocuparse de cuestiones de argumentación prácticamente desde el siglo XVII, esto no ocurrió en los países anglosajones. Así, puede verse que no hay solución de continuidad entre los manuales tradicionales de retórica y composición, por un lado, y los nuevos manuales de argumentación y debate que comienzan a proliferar desde la segunda mitad del siglo XIX, por otro lado (véase por ejemplo Lee, 1880).

      8 El texto original de la disertación en holandés se publicó en 1982 bajo el título “Reglas para discusiones racionales: una contribución al análisis teórico de la argumentación en la solución de disputas” (Regels voor redelijke discussies: een bijdrage tot de theoretische analyse van argumentatie ter oplossing van geschillen, Dordrecht, Foris). La traducción al español, por Cristián Santibáñez, acompañada de una introducción substancial, se publicó hasta 2013 (Santiago de Chile, Universidad Diego Portales). Pero es la versión en inglés, hecha por los autores, la que tuvo impacto internacional.

      9 Algunos lectores podrían pensar que soy injusto con las importantes tradiciones del pensamiento crítico y la lógica informal. Soy el primero que admira esas tradiciones, pero ni con la mejor voluntad veo en ellas nada que se parezca a una teoría, siquiera parcial, de la argumentación. La lógica formal es sin duda una teoría (o incluso dos: una teoría de la demostración y una teoría de los modelos), aunque no de la argumentación; la lógica informal por su parte trata de la argumentación, pero no teóricamente; en cuanto al critical thinking, se trata de una amalgama de elementos diversos, tanto formales como informales. Por su parte, Perelman y Olbrechts-Tyteca lo que lograron (y tiene mucho mérito) fue despertar el interés por los esquemas argumentales, un tema central aunque refractario a la teorización, algo así como el pariente pobre de la forma lógica. Finalmente, Toulmin lo que hizo fue crear un innovador e importante modelo alternativo general para los argumentos ordinarios. En ninguno de ellos, como tampoco en los demás autores que les precedieron y sucedieron nos encontramos todavía con una teoría de la argumentación. Este juicio se pretende puramente descriptivo, no valorativo; muchas cosas que no son teoría pueden tener un gran valor. Todavía podría pensarse que los enfoques formales acerca de la argumentación (Lorenzen, Hamblin, Barth, Hintikka) son ejemplos de teoría de la argumentación; pero cualquiera que se asome a ellos verá que el interés lógico priva sobre el propiamente argumentativo. Para no ser incompleto, cabría mencionar por último el trabajo de Anscombre y Ducrot (1983), del que diría que su teorización es altamente heterodoxa respecto del mainstream de la lingüística e infla el concepto de argumentación al grado de hacerlo prácticamente idéntico con el de comunicación, en una especie de reductio as absurdum, de la que en mi opinión la ha comenzado a rescatar la labor extraordinaria de Marraud (2013).

      10 La pragma-dialéctica estándar cuenta además con un estupendo libro de texto (van Eemeren, Grootendorst & Snoeck Henkemans, 2002; tr. esp. 2006) y pronto habrá un tratamiento similar para la pragma-dialéctica extendida (van Eemeren, comunicación personal). En el cap. 22 de este libro el lector encontrará un breve comentario de los méritos del libro de texto mencionado.

      11 De esta tercera capa en principio debe desprenderse una cuarta, de carácter pedagógico, en la que el punto es enseñar a los estudiantes a argumentar. Sobre esto véase la nota anterior. Los dos últimos capítulos de van Eemeren, Grootendorst y Snoeck Henkemans (2002) buscan capacitar a los lectores para producir y presentar sus propias argumentaciones sobre la base de la capacitación previa en la identificación, análisis y evaluación de argumentos. La presentación oral y escrita de argumentos serían así el tema final del programa pragma-dialéctico, al cual solamente se podrá hacer justicia según surjan resultados sólidos de la investigación empírica y aplicada.

      12 Huelga decir que Platón probablemente habría objetado a ciertos aspectos de la doctrina aristotélica; pero nadie hasta ahora ha propuesto una versión alternativa que haga justicia a las peculiaridades de la visión platónica y satisfaga a los eruditos. Igualmente podemos decir que la disputatio en general, y la disputatio de obligationibus en particular, carecen de uno u otro de los elementos enlistados arriba. En cuanto al debate parlamentario y el escolar derivado de este, podemos decir que los manuales al uso utilizan alguna versión más o menos híbrida e incompleta del modelo tradicional de las falacias; y las propuestas que en СКАЧАТЬ