Otra historia de la ópera. Fernando Sáez Aldana
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СКАЧАТЬ agravantes, a saber:

      – Premeditación: planificación del acto homicida por el autor.

      – Nocturnidad u ocultación: el homicida actúa de noche o provisto de un disfraz.

      – Alevosía: cuando la víctima no puede defenderse.

      – Ensañamiento: producción de sufrimiento añadido innecesario a la víctima.

      – Abuso de la confianza existente entre el homicida y su víctima.

      – Recompensa: el homicida actúa por encargo remunerado.

      En estos casos, el homicidio se convierte en asesinato.

      En algunos ordenamientos jurídicos se contempla igualmente la concurrencia de circunstancias atenuantes e incluso eximentes de responsabilidad, como:

      – Arrebato por alteración psíquica debida a enfermedad mental o por efecto de sustancias psicoactivas como las drogas o el alcohol.

      – Miedo insuperable.

      – Estado de necesidad.

      – Cumplimiento de la ley o de una sentencia.

      En el teatro, y por ende en la ópera, el homicidio es un recurso dramático muy frecuente, además de la primera causa de muerte provocada o violenta, como hemos señalado. Atendiendo a las circunstancias aludidas, he aquí algunos ejemplos de óperas en las que se producen diferentes tipos de homicidio:

      Homicidio involuntario

      En La dama de picas de Chaikovski, Herman sólo pretende asustar a la Condesa amenazándola con una pistola —descargada— para que le revele el secreto de las tres cartas que siempre ganan, pero la anciana sufre tal impresión que en el acto segundo muere súbitamente llevándose el secreto a la tumba… pero solo hasta el tercero.

      En Billy Budd de Britten, cuando el malvado Claggart acusa injustamente a Billy de amotinamiento ante el capitán del barco, el pobre marinero, nervioso e incapaz de articular palabra por su tartamudez, le propina un puñetazo al maestro de armas con tan mala suerte que se desnuca al caer al suelo y muere.

      Homicidio doloso

      En Cavalleria rusticana de Mascagni, Alfio desea matar a Turiddu y lo reta a una lucha ilegal cuerpo a cuerpo en la que Turiddu no sólo no está indefenso, sino que pudo haber matado en igualdad de condiciones al marido de su amante.

      Por el contrario, en Macbeth de Verdi la muerte del rey Duncan es un asesinato en toda regla a manos del matrimonio Macbeth con varios agravantes: nocturnidad, abuso de confianza, alevosía, premeditación y ensañamiento.

      Homicidios «justificados»

      Desde un punto de vista bioético, quitar la vida un ser humano a otro es un acto contrario a la moral y por tanto reprobable, pero no siempre punible. La Ley contempla circunstancias eximentes de responsabilidad en algunos homicidios, empezando por los que ella misma impone como castigo legal. El mayor homicida en serie de la historia, Charles-Henri Sanson, murió en su cama después de matar a 2.918 personas. Fue el verdugo de París durante cuarenta años y en la nómina de sus guillotinados figuran el rey Luis XVI, un poeta llamado André Chénier y las dieciséis monjas carmelitas de Compiègne.

      Las ejecuciones de sentencias de muerte

      Si la vida es el don más preciado del ser humano, arrebatársela constituye el mayor de los castigos. La pena de muerte o «capital» es un homicidio legal que todavía es legal en una veintena de países, todos ellos gobernados por regímenes autoritarios con las excepciones de Japón y de algunos Estados Unidos de Norteamérica.

      En el repertorio operístico abundan los casos de ejecución, casi todos motivados por represiones políticas, intolerancia religiosa o superstición, y realizados de diversos modos.

      • Quema en hoguera: el «fuego purificador» era el método preferido para acabar con herejes y brujas. La lista de víctimas operísticas de la Inquisición es larga: Rachel (La judía), Juana de Arco, Renata (El ángel de fuego), Silvana (La llama), El prisionero, Grandier (Los demonios de Loudun)…

      • Decapitación: el modo de ejecutar a un reo «separando la cabeza del cuerpo» fue evolucionando desde la espada y el hacha, que exigían la destreza del verdugo, hasta la infalible guillotina. Entre los personajes decapitados a espada destacan Jokanaán (Salomé) y el príncipe de Persia (Turandot). El hacha fue la preferida en las «óperas Tudor», en las que Ana Bolena, María Estuardo y Roberto Devereux acaban perdiendo la cabeza. La guillotina, un invento de la Revolución Francesa, se llevó por delante a Danton (La muerte de Danton), a Andrea Chénier y Magdalena y a Blanche de la Force y sus quince compañeras monjas (Diálogos de carmelitas).

Illustration

      Escena de Diálogos de carmelitas, de Francis Poulenc.

      • Horca: por motivos bien distintos, Billy Budd y Jim Mahoney (Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny) acaban sus días colgados del cuello en un patíbulo. Como veremos, Dick Johnson (La chica del Oeste) tiene mejor suerte y se libra de la muerte en el último momento.

      • Disparo de arma de fuego: Mario Cavaradossi (Tosca) muere ante un pelotón de fusilamiento y Leon Klinghofer (La muerte de Klinghofer) víctima de un atentado terrorista histórico.

      • Otras formas de ejecución menos frecuentes son el enterramiento vivo de Radamés (al que se suma voluntariamente Aida) o el linchamiento de Cardillac, el orfebre que asesinaba a sus clientes.

      Otros homicidios «justificados» son los que ocurren como consecuencia de un duelo o bajo circunstancias atenuantes o eximentes:

      El duelo

      El combate a muerte entre dos personas que previamente se han retado es una modalidad de homicidio no legal pero aceptado en ciertas épocas y sociedades como medio de dirimir de forma trágicamente absurda cuestiones de honor entre caballeros. Es así como Eugenio Oneguin mata a su mejor amigo Lenski, Alfio al amante de su mujer, Turiddu (Cavalleria rusticana) o el torero Paquiro a Fernando en Goyescas.

      La defensa propia

      Lohengrin no desea la muerte de Telramund y lo demuestra perdonándole la vida cuando lo vence en el juicio de Dios del primer acto. Pero en el tercero el recalcitrante Conde ataca al caballero desconocido en su alcoba nupcial y a éste no le queda más remedio que defenderse, y en la refriega lo mata.

      El estado de necesidad

      En Tosca, la protagonista apuñala a Scarpia cuando el sádico barón se abalanza sobre ella para violarla como cobro no consentido del perdón de Cavaradossi que, además, es falso. En Tiefland, Pedro estrangula a Sebastián cuando éste pretende forzar a su esposa Marta. En Sigfrido, éste mata al enano Mime cuando СКАЧАТЬ