Название: ¿Hubo socialismo en la URSS?
Автор: Jaime Canales Garrido
Издательство: Bookwire
Жанр: Изобразительное искусство, фотография
isbn: 9789874039224
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Precisamente esta cuestión es una de las que suscita dudas e incomprensión de sus alcances por parte de mucha gente, incluso en el propio seno de las filas de la izquierda.
De allí que nos veamos obligados a hacer una nueva digresión.
Orlando Millas, como muchos otros marxistas, usa -como ya vimos- el término socialismo de tal manera que, con dificultad, se puede deducir a qué fase de desarrollo de la sociedad comunista se refiere, particularmente cuando apunta hacia el momento -que, en rigor, no es un momento, sino más bien un lapso- de la extinción del Estado.
De verdad, es imposible determinar si el concepto de socialismo para él - y a lo que Marx llamó la “primera fase del comunismo”-, es lo mismo de lo que Lenin habla decenas o centenas de veces y lo que casi la totalidad de los marxistas entiende, o al comunismo, como formación económica y social total, esto es, a la sociedad comunista, que abarca tanto la primera fase -socialista- como la segunda, la comunista.
Lo dicho, porque, con frecuencia, Orlando Millas señala que para Marx “…la conquista del socialismo implicaría, lisa y llanamente, la supresión del Estado, al entrar a regir, en vez de relaciones de mando, nuevas formas de articulación de los hombres basadas en el intercambio de valores productivos y culturales en términos cooperativos” 21.
Y que no se piense que es esta una cuestión baladí, porque es de suma importancia teórica tener un punto de vista correcto sobre los períodos, fases o etapas que la clase obrera o proletariado y sus aliados tuvieron y tendrán que recorrer para edificar la sociedad socialista y, en un período de tiempo cuya duración es imposible determinar, arribar a la sociedad comunista.
Además, porque, como ha mostrado la experiencia de la destrucción de la Unión Soviética, desde un punto de vista rigurosamente teórico, es de suyo trascendental determinar la esencia de cada una de dichas fases o etapas.
No es raro leer u oír interpretaciones, tanto provenientes de la derecha -incluidos aquí los socialdemócratas- como de la izquierda a ultranza, de la permanencia y fin de la dictadura del proletariado o período de transición: los primeros, la limitan al momento en que la edificación de las bases de la sociedad socialista ha culminado; los segundos, la desean llevar hasta la sociedad comunista. Y todo ello enclaustrado en una paradoja, pues, tanto los unos como los otros, no llegan a comprender a cabalidad las tareas del Estado en la etapa de la dictadura del proletariado.
Por la fórmula empleada, todo pareciera indicar que Millas tiene in mente la segunda fase de la sociedad comunista; en otras palabras, cuando las clases hayan sido eliminadas totalmente, cuando ya no haya ninguna clase a la que reprimir, cuando hayan desaparecido las diferencias entre trabajo manual e intelectual, el Estado -que representará efectivamente a toda la sociedad- será superfluo, por eso, justamente, se extinguirá.
Empero, constatamos que Orlando Millas olvidó un “pequeño” detalle: nada en la historia es inmediato; todo lo que ocurre en las sociedades son procesos, a veces en extremo prolongados.
El propio Marx, refiriéndose a los cambios que debería experimentar el proletariado triunfante, señaló: “Ustedes, puede ser, tendrán que pasar por 15, 20, 50 años de guerras civiles y batallas internacionales, no sólo para cambiar las relaciones existentes, sino también para cambiarse a si mismos y llegar a ser capaces de ejercer la dominación política”22. Lenin, menos optimista, y con la experiencia de los casi cinco años de gobierno que tuvo, no se refirió a plazos concretos.
Como se sabe, en la fase de la edificación del socialismo existieron varias fases intermedias de transición, pudiendo suponerse que entre la sociedad socialista y la comunista podrá haber uno o varios tránsitos. No puede ser de otra manera.
En relación con la aserción anterior, fue Lenin el que, al estudiar la revolución y su producto -la dictadura del proletariado- llegó a la firme conclusión de que “… el problema más arduo es el de la realización del tránsito de lo viejo, del capitalismo habitual y conocido por todos, a lo nuevo, al socialismo todavía naciente y que no cuenta con una base firme. Este tránsito requerirá, en el mejor de los casos, un período de muchos años. Dentro de este período, nuestra política comprende una serie de otros tránsitos de menor monta. Y toda la dificultad de la tarea que tenemos por delante, toda la dificultad y todo el arte de la política consiste en tomar en cuenta los cometidos peculiares de cada uno de esos tránsitos”23.
Esa aseveración de Lenin refleja plenamente el pensamiento de Marx, quien, al referirse a la cuestión del Estado o “poder público” en la sociedad comunista, expresó lo siguiente: “Una vez que en el curso del desarrollo hayan desaparecido las diferencias de clase y se haya concentrado toda la producción en manos de los individuos asociados, el poder público perderá su carácter político”24.
Por su lado, Lenin agregó una tesis importantísima al postulado marxista: “Para que el Estado se extinga por completo hace falta el comunismo completo… Por eso tenemos derecho a hablar sólo de la extinción ineluctable del Estado, subrayando el carácter prolongado de este proceso, su dependencia de la rapidez con que se desarrolle la fase superior del comunismo y dejando pendiente por entero la cuestión de los plazos o de las formas concretas de la extinción, pues carecemos de datos para poder resolver estos problemas”25.
A nuestro juicio, cuando Marx caracterizó la esencia de la primera fase del comunismo y planteó su enunciado sobre el período de transición del capitalismo al comunismo -o del capitalismo al socialismo, para sus seguidores- lo hizo teniendo como objeto de sus apreciaciones a los países capitalistas desarrollados.
Por ello, si se pretende llevar a cabo un análisis serio y fundamentado de la Revolución de Octubre y la realidad nacida de ella, esto es, de la Unión Soviética, con todas sus virtudes, falencias, errores y deficiencias, no se debe ignorar este trascendental factor. Porque solamente abordando de esta manera dicha realidad, se podrá comprender claramente el fenómeno del período de transición del capitalismo al socialismo, cuyo Estado -según el propio Marx- “no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado”.
Claro está que con el término del período de transición y de la dictadura del proletariado, no se transita en seguida a la fase superior del comunismo.
Todavía más, después de terminado el período de edificación de la sociedad socialista, que ha preparado las premisas para posibilitar el futuro paso a la fase superior del comunismo, cuando se haya llevado a efecto la revolución técnica en el campo, la propiedad cooperativa se haya transformado en un patrimonio socializado y hayan sido liquidadas las diferencias entre la clase obrera y el campesinado por medio del fortalecimiento de la base material y técnica del socialismo, será necesario continuar perfeccionando el socialismo desarrollado, y así desenvolver las fuerzas productivas de modo de hacer posible en la práctica el principio de la sociedad comunista: “De cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades”.
Ahora bien, cuando Marx y Engels hablan de la extinción del Estado lo hacen sobre el supuesto de que la revolución socialista habrá triunfado en muchos países o, al menos, en la mayoría de ellos: “Por consecuencia, la revolución comunista no será una revolución puramente nacional, sino que se producirá simultáneamente en todos los países civilizados, es decir, al menos en Inglaterra, en América, en Francia y en Alemania”26.
Excepcionalmente, bastante más tarde, Marx, al analizar la situación concreta de la Rusia campesina, en una carta dirigida, en marzo de 1881, a Vera Zasúlich y en los cuatro borradores de dicha carta publicados posteriormente admitió la posibilidad de que la revolución social triunfase en un solo país: en Rusia27. Esta carta será objeto de especial atención más adelante.
Pero, Orlando Millas sabía muy bien СКАЧАТЬ