Decadencia. Adrian Andrade
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Название: Decadencia

Автор: Adrian Andrade

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Universo Adriático

isbn: 9789942868176

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      —Prefiero seguir adentro.

      —¡Oh matacuras!

      —Concéntrate Keene, necesitamos plantear una especie de brisa o un aparato que afecte los dispositivos electrónicos de los civiles. Dañar la autenticidad de aquel video fue brutal. No podemos permitir otro incidente de estos.

      —Lo que sugieres no está en nuestras manos, eso depende de Leith y Nathan.

      —Bien, se lo pediremos.

      Jed miró a Keene estirar sus piernas en el escritorio sin mostrar iniciativa alguna de acompañarle.

      —¡Qué!

      —No te molestes, yo me encargo.

      Jed caminó hasta detenerse con Leith y Nathan quienes revisaban los mecanismos de disparo de un prototipo de metralleta.

      —¡Hey Jed! ¡Qué te trae en esta esquina!

      —¿De verdad Nathan?

      —¿Andas de rabiosa?

      —Veo que Keene te pegó su mal sentido del humor.

      —Me pegó otra cosa pero tú ya sabes

      —¡Por favor! ¡Ya déjense de estas estupideces! ¡Ya vamos para un mes!

      Leith no pudo contenerse de la risa, le encantaba ver cómo hacían fastidiar a Jed con el mismo humor. Día a día nunca fallaba.

      —¡Ya, ya pues! ¿A qué viniste?

      —Sólo necesito seas franco conmigo y me digas sin rodeos sí corremos un gran peligro en hacer las pruebas aquí.

      —Estamos usando balas de salva —contestó Nathan con la misma firmeza con la que había iniciado este proyecto desde el primer día.

      —No viniste a charlar de los gajes de oficio con Nathan —directo al grano— ¿Qué necesitas?

      —Hola Leith —lo saludó con firmeza—. Keene y yo queríamos ver si podían diseñar una bomba de estática. Ya sabes, un virus de mala interferencia que sólo afecté los aparatos electrónicos de los civiles.

      —Es bastante complejo lo que pides porque afectaría a todo el equipo electrónico que estuviese expuesto; quizás podamos diseñar un software que recurra a bloquearlos manualmente desde el computador en caso de que al escuadrón se les pase otra vez.

      —Estamos trabajando en ello.

      —Errar es de humanos —expresó Leith—. Relájate.

      De inmediato una alarma se encendió en el departamento de Monitoreo y Seguridad cambiando la neutralidad de la Central Norte hacía un modo evasivo.

      —Activa el rastreo local —ordenó Myra.

      —Activándose —confirmó Sharon.

      El programa se descargó exitosamente como solía suceder siendo cuestión de segundos para correrse su programación.

      —Detecto niveles de alta intensidad en el cuadrante zeta.

      —¡Cómo es posible! ¡Ese cuadrante está reforzado!

      —¿Qué sucede? —les asistió Jed en cuanto deslizó la puerta.

      —Ve por el Comandante —pidió Myra con desesperación.

      —¡Qué sucede! —interrumpió la agente Paddock con un rostro serio.

      —Hay una brecha, necesitamos al Comandante.

      —No está disponible ¿ya verificaron la transmisión?

      —Ochenta por ciento autentificada —acertó Myra.

      —¿En cuánto tiempo atravesará el escudo?

      —En quince minutos —pronosticó Sharon— treinta a lo mucho.

      Idelle, en su atuendo negro, se tomó unos segundos en medio de la silenciosa tensión.

      —Envía al Escuadrón Beta —ordenó a Jed quien asintió a su compañero Keene para que hiciera el contacto—. Intercepta las transmisiones y aísla los sistemas —especificó a las muchachas de monitoreo—. El resto, ya sabe qué hacer.

      Idelle se dirigió a su escritorio y comenzó a supervisar el proceso a través de los monitores. Atenta a cada una de las acciones y conversaciones del personal.

      Ezra y Gale se encontraban analizando los niveles de intensidad del cuadrante zeta descubriendo que debido a la cercanía del sol, el sistema pudo haber sufrido un cortocircuito causando momentáneamente una abertura para los forasteros de usarla como su ventana de oportunidad.

      Sin perder el tiempo comenzaron a buscar alternativas para reforzarlo y calcular la siguiente medida de acción.

      Entretanto Keene notificaba a la encargada del Escuadrón Beta mientras Jed reordenaba los planos y realizaba un reporte oficial de la misión con sugerencias y prohibiciones.

      En la otra esquina, Leith autorizaba el uso del Black-Ghost, un helicóptero ligeramente motorizado. En cuanto a su compañero Nathan, éste ingresaba a la computadora del transporte para transmitir las claves de autorización. En la descarga descubrió su baja potencia y solicitó a Keene solicitarles que lo recargaran antes de partir puesto que los niveles de energía eran insuficientes para recurrir al modo de invisibilidad.

      Todo a su alrededor parecía indicarle malas noticias a Idelle y por ese motivo, decidió comenzar a redactar el informe para entregárselo al Comandante en cuanto pisara la Central Norte. Esperaba y fuese lo más pronto posible porque no había minutos de sobra.

      II

      Las imágenes eran confusas por la forma desordenada en que se proyectaban dentro del subconsciente de Elder Musik.

      —¡Estás a salvo! ¡Descuida Elder! ¡Vas a estar bien!

      El rostro de aquél individuo estaba un poco borrosa pero aun así se captaba el perfil.

      —Tú eres… ¿No recuerdas?

      Existió un breve segmento donde pudo ver con claridad el rostro de su salvador.

      —¡Resiste Elder! —insistió— ¡Sólo resiste!

      El equipo detrás de la extracción de Elder optó por sedarlo para contrarrestar el dolor infligido por el impacto. El personal médico esperaba con impaciencia que no cayera en coma por todas las preguntas que tenían en mente hacerle. De manera imprevista, la maquina empezó a registrar una ausencia de actividad cardiaca.

      Rápidamente adquirieron el desfibrilador para resucitarlo antes de que fuese tarde. Tras varios intentos su corazón seguía sin reaccionar. Ante el pitido constante de la muerte, decidieron aumentarle el nivel de intensidad pero aun así no daba resultado.

      El helicóptero iba lleno de tanta desesperación СКАЧАТЬ