Profunda atracción - Nuestra noche de pasión. Catherine Mann
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Название: Profunda atracción - Nuestra noche de pasión

Автор: Catherine Mann

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Ómnibus Deseo

isbn: 9788413751634

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СКАЧАТЬ para explicar sus sentimientos hacia un hombre tan poco adecuado para ella.

      –¿Puedo ayudarle? –respondió al fin la telefonista de la recepción del hotel.

      Sí, quiso gritar Mari. Necesitaba que Issa estuviera a salvo. Y poner distancia con ese hombre tan atractivo que tenía delante.

      –Sí. Han abandonado a un bebé en la puerta de la suite A5, donde se aloja el doctor Boothe.

      No había manera de resolver el misterio de la niña abandonada esa noche, se dijo Rowan. La persona que había dejado a Issa en las manos de un desconocido, amparándose solo en su reputación profesional, debía de andar muy lejos en esos momentos.

      Mientras Mari leía los ingredientes de un bote de leche de fórmula, él paseaba con el bebé, después de haberle sacado los gases. También habían pedido más pañales y ropa limpia.

      Las autoridades no tenían ninguna noticia de que hubiera desaparecido un bebé que encajara con la descripción de Issa. Tampoco las cámaras de seguridad del hotel habían captado más que la espalda de una mujer alejándose del carrito. Mari había llamado a la policía, aunque no se habían mostrado muy alarmados, teniendo en cuenta que no había ninguna vida en peligro. El que la resolución del caso se retrasara solo daba más oportunidades a la prensa de descubrir la información. Rowan necesitaba tener las cosas bajo control. Sus contactos podían ayudarle con eso, pero no podían solucionar todo el problema.

      Antes o después, la policía se presentaría con alguien se los servicios sociales. Al pensar en que ese bebé podía perderse en los abarrotados orfanatos del país, se le encogía el corazón. Por otra parte, aunque que no podía salvar a todo el que se cruzara en su camino, tampoco podía mirar con impasibilidad a esa pequeña.

      Issa eructó de nuevo. Por lo rápido que se había bebido el biberón, Rowan sospechó que tenía más hambre.

      –Issa está lista para tomar un poco más, si puedes prepararlo –dijo él.

      Mari sacudió el siguiente biberón, mezclando la leche en polvo y el agua mineral con gesto estresado.

      –Creo que está ya. Pero igual es mejor que compruebes si lo he hecho bien.

      –Estoy seguro de que eres capaz de mezclar leche en polvo con agua, Mari. Tómatelo como si fuera un experimento de laboratorio –afirmó él con una sonrisa.

      Al momento, Mari se sonrojó. ¿Tendría idea de lo guapa que estaba?, se preguntó Rowan.

      –Si he puesto mal la proporción… –comenzó a decir ella, pasándose la mano por la frente sudorosa.

      –No lo has hecho, confía en mí.

      Con reticencia, ella le tendió el biberón, mirando a la niña.

      –Es que parece tan frágil…

      –Pues a mí me parece sana, bien alimentada y limpia –señaló él. Sin duda, alguien se había ocupado de cuidar bien a Issa antes de abandonarla. ¿Estaría su madre arrepintiéndose ya de su decisión? Eso esperaba–. No hay ninguna señal de que haya sido maltratada.

      –Es adorable –comentó ella con una sonrisa llena de ternura.

      –¿Seguro que no quieres tenerla en brazos mientras hago una llamada?

      Mari meneó la cabeza.

      –¿Vas a llamar a tus contactos?

      Rowan sonrió ante su intento de distraerlo y librarse de que le pasara al bebé. Por otra parte, no pensaba compartir con ella la información de sus nada ortodoxos amigos.

      –Sería más fácil si no tuviera que darle el biberón mientras hablo por teléfono.

      –De acuerdo, si crees que no se va a romper… Pero deja que me siente primero.

      Ver a Mari tan insegura y con aspecto tan vulnerable era nuevo para Rowan. Ella siempre inundaba la sala de conferencias con su seguridad y su sabiduría, aunque él no estuviera siempre de acuerdo con sus conclusiones. Sin embargo, el aspecto de indefensión que tenía en ese momento la hacía todavía más encantadora.

      –Solo debes sujetarle bien la cabeza y mantener el biberón vertical, para que no trague aire –aconsejó él, colocando a Issa en sus brazos.

      Mari miró el biberón con escepticismo antes de metérselo a la niña en la boca.

      –Deberían inventar algo más preciso.

      Al inclinarse, le envolvió el suave aroma floral de ella. Vio cómo el pulso le latía acelerado en el cuello y tuvo ganas de besarla justo ahí para saborear e inhalar su olor.

      Cuando sus miradas se entrelazaron, Rowan creyó percibir algo parecido al deseo en los ojos de ella.

      –Rowan… haz esa llamada ya, por favor –pidió Mari en un susurro.

      Sí. Era buena idea pensar cuanto antes qué iba a hacer con el bebé… y con ella, se dijo Rowan, y salió al balcón. El aire de la noche era cálido y agradable. Desde la barandilla, podía ver a Mari con la niña, aunque estaba seguro de que ella no podría oírlo. Mejor, pues no deseaba que nadie supiera nada de aquellos viejos contactos que tenía desde el instituto.

      Después de que hubiera sufrido un accidente de coche por conducir borracho en la adolescencia, Rowan fue enviado a un reformatorio militar, donde se juntaban chicos rebeldes como él. Allí entabló amistad para toda la vida con un grupo que se hacía llamar la Hermandad Alfa. Años después de licenciarse en la universidad, a todos les sorprendió saber que el jefe de su grupo había alcanzado un puesto destacado en la Interpol. Incluso había reclutado a unos cuantos de sus viejos amigos como agentes colaboradores y tenían contactos importantes.

      Rowan solo tenía que desempeñar alguna misión de vez en cuando y estaba orgulloso de hacerlo. Le gustaba sentir que hacía algo por luchar contra el crimen.

      –Dime, Boothe –respondió una voz al otro lado del teléfono.

      –Coronel, necesito su ayuda.

      –Qué novedad –dijo el coronel, riendo–. ¿Otro de tus pacientes tiene problemas? O…

      –Es un bebé, señor.

      –¿Tienes un bebé? –preguntó el coronel.

      –No es mío –aclaró Rowan. Él nunca había pensado tener niños. Su vida estaba dedicada al trabajo. No sería justo para su hijo tener que competir con las necesidades del Tercer Mundo para recibir su atención. Aun así, posó con añoranza los ojos en Mari, que acunaba a la niña en sus brazos–. Alguien ha abandonado a una niña en mi habitación con una nota en la que me pide que me ocupe de ella.

      –Yo siempre he querido tener una hija –comentó con nostalgia el coronel Salvatore, mostrando su lado más tierno, el que apenas nadie conocía–. ¿Y qué dicen las autoridades?

      –Nadie ha denunciado su desaparición. Las cámaras de vigilancia tampoco nos dan muchas pistas, excepto la de una mujer alejándose del carrito donde fue abandonada. La policía no parece muy preocupada por el caso y todavía no ha hecho acto de presencia. Por eso, necesito que me СКАЧАТЬ