Apologética en diez respuestas. Antonio Cruz Suárez
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Название: Apologética en diez respuestas

Автор: Antonio Cruz Suárez

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788417620318

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СКАЧАТЬ los seres vivos existen sistemas parecidos, que vulgarmente podrían denominarse del tipo “huevo y gallina” (¿qué fue primero?), ya que ambas cosas se necesitan desde el principio. Muchos sistemas bioquímicos de los organismos están también integrados porque requieren de partes interrelacionadas que debieron formarse al mismo tiempo para poder funcionar bien (irreductiblemente complejos). Semejante interdependencia implica diseño inteligente en vez de evolución gradual.

      2.5.3. Los códigos bioquímicos:

      Igual que se traducen las palabras de un idioma a otro diferente, también en los sistemas bioquímicos existen códigos que permiten traducir la información. Ejemplos de ello son el código genético, el código de las histonas o el código neuronal. Los códigos solo los puede diseñar la inteligencia. Toda esta información codificada de la célula no ha podido producirse por casualidad sino que apunta a un diseñador inteligente.

      2.5.4. La convergencia molecular:

      Es sorprendente constatar que varias moléculas y sistemas biológicos de diferentes organismos son idénticos. Esto no es lo que cabría esperar desde el darwinismo gradualista. Si se supone que estos sistemas tienen orígenes diferentes, ¿cómo explicar dicha convergencia molecular? Teniendo en cuenta la elevada complejidad que muestran tales sistemas, resulta injustificado concluir que fueron los procesos naturales ciegos quienes llegaron a resultados idénticos, partiendo de orígenes completamente diferentes. Una explicación más lógica es pensar que esta convergencia molecular pone de manifiesto la acción de un único Creador que empleó el mismo modelo para realizar su obra.

      Es evidente que existe una analogía real entre los diseños humanos y los que se observan en las células. Esto es lo que explico en mi libro: A Dios por el ADN (Clie, 2017). Y esto me hace pensar que existe cierta resonancia entre la mente humana y la mente que creó el universo. A esto se refiere también el texto bíblico cuando afirma que los seres humanos estamos diseñados a imagen y semejanza de Dios. Y, si esto es así, la implicación resulta fundamental: las personas estamos hechas para vivir en comunión con nuestro Creador. Sin embargo, aquí se detiene la ciencia ya que su método la hace incapaz de escudriñar la identidad del Diseñador. Para seguir por este camino, hay que darle la mano a la revelación de la Biblia y a la teología.

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      1. Vila, S. 1959, A Dios por el átomo, Clie, Terrassa, pp. 33-34.

      2. Ibid., p. 35.

      3. Chargaff, E., 1963, Essays on Nucleic Acids, Amsterdan, Elsevier, p. 21.

      4. Monod, J., 1977, El azar y la necesidad, Barral, Barcelona, p. 160.

      5. Dobzhansky, T., 1965, “Discussion of G. Schramm’s Paper”, The Origins of prebiological Systems and of Their Molecular Matrices, ed. S. W. Fox, New York: Academic Press, p. 310.

      ¿Descendemos de los simios antiguos

      o de Adán y Eva?

      Los simios carecen de cola (chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes, etc.) mientras que los monos, en cambio, poseen dicho apéndice más o menos pronunciado (papiones, monos araña, aulladores, etc.). La mayoría de las personas conoce desde su infancia la teoría evolucionista. No solo se explica como un hecho confirmado por la ciencia en escuelas, institutos (high school) y universidades sino que también se enseña en muchos seminarios cristianos. Lo que no conoce, la mayor parte de la gente, es la cantidad de problemas científicos importantes que presenta este modelo evolutivo, ni el hecho de que muchos investigadores lo acepten también por fe, a pesar de las muchas evidencias que lo contradicen.

      Pocas personas son conscientes de que hay hechos científicos que respaldan la realidad de un primer Adán y una primera Eva literales. Los últimos descubrimientos de la ciencia, especialmente de la genética, libres de prejuicios e interpretaciones darwinistas, apoyan como veremos la perspectiva bíblica de varias maneras. Hace aproximadamente una década, muchos pastores y teólogos cristianos, sobre todo en los Estados Unidos, empezaron a rechazar la historicidad de Adán y Eva, en base a evidencias genéticas que parecían convincentes entonces, pero que hoy resultan indefendibles.

      Actualmente se dispone de varios argumentos genéticos que refutan la idea de los orígenes humanos y de los simios a partir de antepasados comunes, a la vez que sustentan la visión bíblica tradicional. ¿Qué deducciones fundamentales pueden hacerse a partir de las investigaciones genéticas realizadas durante los últimos diez años y publicadas en las propias revistas científicas evolucionistas?

      A pesar de las muchas semejanzas que puedan existir entre simios y humanos, nuestra singularidad se explica mejor por medio de un diseñador común que mediante un ancestro común. El Homo sapiens es una especie singular y única. Quizá la mejor evidencia de ello sea el progreso científico y cultural que hemos alcanzado. El ser humano no solo ha sido capaz de secuenciar su propio genoma sino también de pisar la Luna, diseñar complejas ciudades, crear enormes bibliotecas, elaborar poesía o música y, sobre todo, realizar proezas éticas, como amar sin esperar nada a cambio o relacionarse espiritualmente con Dios.

      El evolucionismo no ha sido capaz de explicar cómo las mutaciones casuales del ADN hubieran podido crear la conciencia humana, la inteligencia, la responsabilidad moral o la propia espiritualidad ya que tales rasgos trascienden la mera biología.

      3.1.1. La idea de que somos un 98% idéntico a los chimpancés ya no se puede sostener

      Tal cantidad ha descendido significativamente pero esto no se ha comunicado convenientemente al gran público. Los genetistas Jeffrey Tomkins de la Universidad de Idaho y Jerry Bergman, de la Universidad Estatal Wayne (Detroit, Michigan) vieron que la reducción al 70% de parecido genético propia del cromosoma masculino podía ampliarse también a los 23 cromosomas restantes.1 Utilizando una herramienta de búsqueda especial, conocida en genómica como BLASTIN, analizaron el porcentaje de alineación de secuencias de ADN entre chimpancés y humanos, viendo que en todos los cromosomas el porcentaje promedio de similitud era inferior al 70%. Lo cual significaba que la diferencia porcentual aumentaba considerablemente, pasando de un 2% a aproximadamente un 30%. Es decir, unas 15 veces mayor de lo que se decía anteriormente

      Pero, ¿por qué es tan importante este cambio del 98% al 70% en el parecido de nuestros genomas? En primer lugar, porque demuestra que no somos tan similares como se pretende. Es lógico que tengamos muchos genes en común con los simios porque nuestros cuerpos son muy parecidos y realizan similares funciones fisiológicas. Pero también tenemos muchas diferencias. Una diferencia genómica de casi el 30% entre estos simios y nosotros representa aproximadamente unos 1.000 millones de bases nitrogenadas o letras de ADN distintas. Esto es muchísima información nueva, necesaria y suficiente para sustentar nuestra singularidad humana. Y, además, semejante información no puede haber surgido por casualidad en el poco tiempo que supuestamente mediaría entre nuestro antecesor simiesco y la aparición del Homo sapiens. De manera que este descrédito del 98% de parecido genético, al que asistimos hoy, derrumba la explicación evolucionista de los orígenes humanos y, a la vez, respalda un origen independiente y reciente de nuestra especie. Tal como indica la narración bíblica del Génesis.

      3.1.2. Aunque las diferencias entre los genomas fueran muy pequeñas (del 1%), lo cierto es que no sucede lo mismo con las proteínas resultantes de dichos genomas

      Esto es algo que nunca suele СКАЧАТЬ