Название: La construcción del Yo corporal
Автор: Miguel Sassano
Издательство: Bookwire
Жанр: Медицина
Серия: Psicomotricidad, cuerpo y movimiento
isbn: 9788418095290
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•J.L. Muniáin (1997): “La psicomotricidad es una disciplina educativa/reeducativa/terapéutica, concebida como diálogo, que considera al ser humano como una unidad psicosomática y que actúa sobre su totalidad por medio del cuerpo y del movimiento, en el ámbito de una relación cálida y descentrada, mediante métodos activos de mediación principalmente corporal, con el fin de contribuir a su desarrollo integral”.
•C. Camps e I. Viscarro (1997): “Una práctica educativa, preventiva o de ayuda, que a partir de la vivencia del cuerpo, el movimiento y la acción y su posterior representación, actúa sobre la globalidad del niño o niña, para que aprenda a conocerse a sí mismo y a relacionarse con los otros, con los objetos, con el espacio y con el tiempo, lo que le facilitará el acceso a los aprendizajes escolares”.
•Vitor da Fonseca (1998) en Manual de Observación Psicomotriz: “La Psicomotricidad es concebida como la integración superior de la motricidad, producto de una relación inteligente entre el niño y el medio, e instrumento privilegiado a través de la cual la consciencia se forma y se materializa”.
•Nuria Franch (2001) en La Intervención Psicomotriz en Educación: “La Intervención Psicomotriz es el conjunto de acciones intencionadas e intencionales que realizamos a partir y a través del movimiento para promover el desarrollo armónico de la persona, la integración de las diferentes funciones y el acceso y sostén de la comunicación base de la socialización”.
Por último, es útil para nosotros terminar con nuestra propia idea, en el hoy, que está en constante y permanente evolución y tal vez mañana o pasado sea otra o tenga algunos cambios en virtud, precisamente, de esa evolución.
•Pablo L. Bottini (2000): “Es la expresión postural, motriz y gestual del proceso de integración de la persona a lo largo de su desarrollo. Dicha expresión, en tanto expresión corporal, es condicionada por el contexto en que se manifiesta, a quien a su vez condiciona”.
•Pablo Bottini, Miguel Sassano et al. (1999): “La Psicomotricidad constituye un campo de conocimiento y una práctica que se ocupa del estudio y de la investigación del ‘desarrollo normal’ de los movimientos vinculados con el uso del cuerpo; del estudio y de la investigación de las ‘desviaciones’ que se observan cuando está afectado el desarrollo normal de los movimientos vinculados con el uso del cuerpo o el desempeño de las funciones adquiridas; del desarrollo, aplicación e investigación de técnicas y procedimientos destinados a promover el desarrollo psicomotor normal con un objetivo educativo-preventivo y al desarrollo, aplicación e investigación de técnicas y procedimientos terapéuticos destinados a mejorar las desviaciones ocasionadas por problemas del desarrollo o afecciones posteriores”.
Estas descripciones derivan sin duda de diversos campos: de la pedagogía, de la psicopedagogía, de la psicología, de la educación, de la reeducación, de la terapia, pero todas ellas tienen algo en común.
Como se podrá apreciar en este análisis, lo específico de la Psico-motricidad está en el Hacer, como una de esas producciones corporales, pero también como síntesis de conocimientos, emociones y afectos. Es decir, de saber.
Es a través de la acción que nos relacionamos con el medio y satisfacemos nuestras necesidades. Ese movimiento humano es producto del interjuego entre la actividad tónica y la actividad cinética, entre la expresión de sí y la adaptación al mundo externo, en un medio físico, espacial y temporal determinado.
Pero cobra significado en el medio social, origina representaciones en un medio simbólico, se internaliza y dispone para el movimiento, se relaciona con lo cognitivo y lo afectivo.
Es el saber hacer, querer hacer y desear hacer.
Situamos nuestra mirada en ese Hacer Significativo, en ese interjuego, donde el movimiento es una manifestación del psiquismo, cargada de significado, orientado, con sentido y dirección. Es el gesto. Gesto que da significado, gesto que comunica con los otros, gesto que se asienta en las primeras relaciones emocionales y que no se detiene en el tiempo, que se resignifica en el devenir de la vida. Movimiento como emoción exteriorizada.
Si bien insistimos en el lugar del cuerpo como espacio donde se articulan todas las producciones, el acento de la Psicomotricidad se da en el hacer transformador del sujeto. Hacer transformador, en tanto que es a partir de las producciones corporales dadas en un aquí y ahora, en relación con los sujetos y objetos que allí se encuentran, que el sujeto psicomotor modifica sustancialmente el vínculo que establece con esos otros, a la vez que se modifica él mismo, en permanente aprendizaje.
Es a partir de esta mirada tan particular del hombre, del cuerpo y de sus producciones que nuestra práctica toma tres orientaciones.
Modalidades de la práctica psicomotriz
Reeducación psicomotriz
La primera modalidad, la que origina la práctica psicomotriz es la reeducación psicomotriz. Fundamentada en los desarrollos teóricos que aportan una mirada sobre la evolución y maduración del niño, específicamente los de Wallon y Piaget, orienta su práctica a compensar el déficit del orden de lo psicomotor que el niño presenta.
Según Benilde Vázquez (1989), se puede definir la reeducación psicomotriz como “un método de reeducación que permite el tratamiento de los trastornos o deficiencias de la conducta a través del movimiento”.
La reeducación psicomotriz tiene sus orígenes en la psicopatología y en la psiquiatría. Aunque, como dijéramos, se debe a E. Dupré la primera utilización del término psicomotriz, ya antes, en 1846, Seguín publica su obra sobre El tratamiento moral, higiénico y educación de los idiotas y otros niños retrasados, en la que se trata de “coordinar al niño, como de la mano, de la educación del sistema muscular a la del sistema nervioso y de los sentidos, de la de los sentidos a las nociones, de las nociones a las ideas, de las ideas a la moralidad” (F. Marquebrencq, 1846). Pronto en distintos países europeos (Inglaterra, Alemania, Bélgica) y en Estados Unidos empiezan a desarrollarse técnicas corporales en la reeducación de niños retrasados. El tratamiento tenía como fin principal la “toma de conciencia del movimiento”, cuya ausencia era la causa de la parálisis, según señalan P. Sivadon y F. Gautheret.
Continúa diciendo Vázquez, que se empieza ya a valorar el movimiento como algo importante en el desarrollo psíquico del sujeto: “Cuanto más se estudian los desórdenes motores en los psicópatas, más se llega a la convicción de las estrechas relaciones que hay entre las anomalías psíquicas y las anomalías motrices, relaciones que son la expresión de una solidaridad original y profunda entre los movimientos y el pensamiento” (Dupré, 1925).
H. Wallon muestra el papel fundamental de las funciones tónica y motriz en el desarrollo de la personalidad, así como la importancia de los elementos psíquicos, fundamentalmente los afectivos y relacionales, en la producción del movimiento; para él, nuestra forma de relacionarnos con el mundo e incluso nuestra СКАЧАТЬ