Derecho internacional: investigación, estudio y enseñanza. Enrique Prieto-Rios
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СКАЧАТЬ que han surgido todos los debates metodológicos, me encuentro cada vez más con estudiantes que deben enfrentarse a esas discusiones antes de comprender la diferencia entre ambas disciplinas. Sin lugar a dudas, no es una situación en la que querría estar.

      Me gustaría pensar que esto no siempre fue así. No estoy muy seguro de si Anne y Martti estén de acuerdo, pero me gusta pensar que hubo un momento en el que todo confluía, conectaba el derecho internacional y la historia intelectual, emergía la historia global y se empezaba a hablar de la historia regional. Me gusta pensar en ese momento como un maravilloso carnaval o un jubileo. Pero después fue como una mala cita. Todo el mundo se apresuró a llegar a la fiesta para encontrar que se odiaban los unos a los otros y no pudieron convivir. La metodología fue la complicación mayor aquí.

      Pero también debo decir que al final tampoco es así. Algunos de mis mejores amigos son historiadores. Seguimos interactuando de diferentes maneras con ellos, pero algunas de las discusiones metodológicas han acaparado la atención y es algo que no puedo explicar ni puedo deshacer. En realidad, es casi como otra historia con la manzana; esta vez estamos comiéndonosla, pero al final, no sabemos en realidad cómo hacerlo.

      Después llegamos al momento de la historia del contexto y trato de explicar por qué me orienté hacia ella. Al respecto, Anne ha mostrado cómo los abogados usan la historia, y al respecto puedo decir que, en buena medida, da cuenta de mi propia experiencia: me involucré haciendo algo práctico, tuve que preparar un caso que defendería ante la Corte Internacional de Justicia. Por supuesto, cuando me adentré en el mundo académico, estudié la historia del derecho internacional de otra manera, pero todavía me afecta el tema de cómo funciona el poder.

      Enfoquémonos en la historia del contexto. Anne ha ejemplificado algunas de las principales complicaciones. Creo que mis reservas son un tanto más básicas. Encontré, por ejemplo, que la historia del contexto que leí no era muy reveladora en cuanto al poder o en cuanto a asuntos del Imperio, incluso cuando muchas de las personas estaban estudiando cuestiones relacionadas con el proyecto imperial. Esa complicación puede salir muy mal, y si el objeto de estudio está vivo, puede volverse vergonzoso.

      Martti ha hecho las veces de un historiador del contexto en el que ha tenido determinadas perspectivas, y la complicación está en que él puede decir “lo siento, no creo que esto sea así”. Tal complicación paradójica radica en que la historia del contexto parecer ser más sensible a la verdad, cuando en realidad no es así. Es decir, no está Grocio para decirnos que esta es la lectura equivocada de sus ideas. ¿Pueden ver el problema? Es una pregunta interesante, porque si yo soy anacrónico, me gusta pensar que Grocio también lo es. ¡Solo miren cómo usa a Séneca, miren cómo usa sus fuentes! ¿Es acaso sensible al contexto en la forma en la que lidia con todas esas fuentes? Por supuesto, Grocio era un genio y conocía todos los contextos en los que los textos habían sido producidos y tal vez conocía a todos los autores griegos y latinos.

      Sin lugar a dudas, podemos ver diferentes complicaciones que supone esta cuestión; sin embargo, tal y como lo he dicho, no quiero que este problema metodológico domine la forma en la que entendemos el trabajo interdisciplinario. La mayoría de los historiadores con los que hablo siempre me dicen que están trabajando en cosas completamente diferentes a las mías, pero que igual es interesante conversar conmigo, y para mí también lo es. En mi trabajo seguiré tratando de escapar de la historia, pero es algo difícil; incluso imposible. Tal vez estoy intentando definir mi argumento, pero aun cuando no quiero, tiene un lado histórico en alguna de sus dimensiones y ahora puedo entender por qué. En cualquier caso, seguiré intentando ser ingenuo y recrear ese momento sobre los aspectos metodológicos en mi trabajo; si voy a ser criticado por ello, que así sea. Es mejor intentar decir algo antes que quedarnos atrapados en la ilusión de los problemas metodológicos; eso es un debate que no nos ayuda mucho y lo siento por los estudiantes doctorales que se sienten atraídos por este debate.

      Ahora, sobre la segunda pregunta que tiene que ver el regionalismo y Latinoamérica. De nuevo, no tengo mucho que decir al respecto. Liliana Obregón me ha inspirado, y creo que ella es una pionera en el campo de la historia del derecho internacional, por lo que probablemente respondería mejor que nosotros a esta pregunta.

      Yo soy miembro de la Sociedad Asiática de Derecho Internacional, fundada en el 2007. Así que, desde ahí, debemos cuestionarnos qué es el derecho internacional asiático. Es un tipo de institución de iniciativas que llevan a todo tipo de características del derecho internacional y de sus consecuencias internas. A raíz de ello, nos invitan a escribir capítulos sobre lo que es el derecho internacional asiático Pero ¿qué podría ser eso? Desde el Mediterráneo hasta el Pacífico, el islam, el judaísmo y entre otras cosas en las que se pueden apreciar los problemas.

      Mi mayor interés en este campo es evitar que cualquier iniciativa del derecho internacional asiático se convierta en una exclusivamente regionalista; además, el concepto de la región no debería ser el tema central, sino que debería prestarse atención a muchos otros conceptos en ese contexto. Hay que estudiar lo que a cada uno le parezca interesante: la historia del azúcar, como hizo Michael Fakhri; la historia de un académico en concreto,11 o cualquier otro tema. ¿Cómo es que pensamos en estas diferentes historias que igual están conectadas?

      Puede que eso no sea muy satisfactorio, pero mi interés está en el momento cuando el concepto del Tercer Mundo cobró sentido. No fue en Bandung, porque los Estados latinoamericanos no estuvieron allí, pero es muy interesante leer autores que conectan los problemas de América Latina con los mismos problemas que tienen África y Asia. Me interesan los académicos que intentan conectarse directamente los unos con los otros.

      Jimena Sierra: El otro día, en una cena, el plato principal era ajiaco, y mientras le explicábamos a Martti Koskenniemi cómo se hacía, nos dimos cuenta de que había un elemento poscolonial dentro del plato: la papa criolla. A raíz de ello, estábamos preguntándonos cuándo y dónde se introdujo el pensamiento crítico en América Latina y, en especial, en el derecho internacional. En algún momento nos percatamos de que las preguntas y las preocupaciones críticas llegaron antes a otras facultades diferentes a las de derecho, como fue el caso de las de antropología, geografía e historia.

      En América Latina hay un gran conocimiento sobre las preguntas que estamos haciendo hoy. Estoy pensando, por ejemplo, en Arturo Escobar, Silvia Rivera Cusicanqui y otros autores decoloniales. ¿Cómo los académicos críticos del derecho pueden dialogar con estas otras formas de pensamiento que ya se han hecho las mismas preguntas? En concreto ¿cómo podemos escribir nuevas historias del derecho que sean interdisciplinarias, intergeográficas y que incluyan los contextos sociales, culturales, económicos y ambientales?

      Martti Koskenniemi: Me parece que esta es una reformulación de una cuestión que debatíamos en otra oportunidad: la interdisciplinaridad y qué tipo de pensamientos podemos esperar recibir de otras disciplinas.12 Me parece que en esa ocasión Anne respondió exhaustivamente a lo que podíamos esperar de la historia, por lo que no creo tener nada para añadir. Pero ¿qué hay de las otras disciplinas como la sociología, la filosofía, la ciencia política y las relaciones internacionales? ¿Cómo nos pueden ayudar a hacer trabajo histórico, si es que nos ayudan?

      En algún momento de rabia publiqué un artículo en el que estaba en contra de la interdisciplinariedad y sentí que había que terminar esto relacionándose con otras disciplinas bajo la idea de “si funciona, funciona”. Tony suele usar la metáfora de una mala cita, a veces es una mala cita y a veces la cita no está mal. Incluso una relación amorosa puede durar mientras dura. Entonces es realmente difícil decir algo general sobre cómo las personas deberían usar otras disciplinas al hacer historia.

      Un aspecto que no ha sido tan explorado es que como abogados trabajamos con unas preguntas centrales del derecho al, por ejemplo, asesorar a un gobierno en la preparación de una СКАЧАТЬ