La derrota de lo épico. Ana Cabana Iglesia
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу La derrota de lo épico - Ana Cabana Iglesia страница 5

СКАЧАТЬ son las formas en que el poder se impone en ámbitos como la apropiación del trabajo, la conducta, las relaciones, etc. No se trata pues, sin más, de un desafío de individuos aislados frente a un nuevo orden impuesto, sino, como señala Josep Fontana (1997), de la contraposición de un proyecto social distinto.

      Al analizar las diferentes formas de resistencia civil o, lo que es lo mismo, los diversos recursos puestos en práctica por parte de la población rural gallega para enfrentarse a la hegemonía impuesta por el régimen franquista en sus primeras dos décadas de vigencia, se nos plantea una serie de desafíos. Uno de ellos está en la definición y precisión de la propia noción de resistencia. El marco conceptual debe responder a una dimensión histórica, pero también a la renovación y a la inestabilidad de muchas de las categorías para asumir su complejidad a la hora de hacer una representación de la realidad social. Tiene que ser capaz de articular y jerarquizar los diversos componentes, definir qué prácticas pueden ser caracterizadas como un comportamiento comprometido o cómo conformar la compleja imagen colectiva derivada de la aplicación de este modelo analítico que no implica una versión de orden cuantitativo. Los nuevos aportes sobre el estudio de la «resistencia», amén de reflejar el debate historiográfico generado alrededor de la propia categoría del objeto, requieren el desarrollo de un análisis de corte interpretativo, concebido como una contribución al replanteamiento de la resistencia durante el periodo franquista en el agro gallego. El «pueblo» difícilmente es una masa monolítica y es, precisamente, la relación entre la política y las masas lo que requiere ser examinado, no presupuesto. La hegemonía del Estado franquista no fue absoluta, los más débiles socialmente no aceptaron con sumisión la ideología de los ganadores de la Guerra Civil ni se sometieron mansamente a la autoridad. La normalidad y cotidianidad de las manifestaciones de indisciplina e indocilidad tornan significativas este tipo de prácticas. La amplitud de la resistencia no debe ser subestimada: la indiferencia ideológica y la apatía son factores que afectan a la capacidad combativa, al potencial productivo y a la tan anhelada «paz social» de los sublevados.

      La comprobación de la rigidez del concepto tradicional de «resistencia» para ir más allá de actuaciones políticas y organizadas, unida o paralela al interés suscitado en las diferentes historiografías europeas por conocer más en profundidad las actitudes de la población que vivió bajo los regímenes fascistas o fascistizados, ha generado una fructífera discusión sobre la cuestión de la resistencia que ha influido también en uno de los espacios de investigación que más interés aglutina actualmente, el de la resistencia a los regímenes fascistas europeos.

      La vigencia de dicho significado y de los estudios a los que da lugar es evidente, pero, a pesar de su innegable pertinencia, esta acepción se muestra insuficiente para dar cuenta del conjunto de actitudes ejemplificadoras de la «no adhesión» a los regímenes políticos fascistas o análogos. La imagen que la aplicación de la categoría de «resistencia» en su sentido más clásico devuelve es la de un grupo poco numeroso y muy concreto de personas inmersas en una lucha clandestina, armada o no; la de agentes secretos; la de cuadros políticos opositores tejiendo actuaciones de sabotaje contra el gobierno opresor y colaborando con el personal en el exilio; la de asesinatos políticos y semejantes. Es, pues, el reflejo de la historia y de la memoria de una minoría, de un pequeño grupo que nunca supera el 1% de la población en los países en los que se estudia, que se enfrentaron organizadamente y/o de forma armada al fascismo, que actuaron, en fin, como verdaderos «héroes» (Lüdtke, 1995).