Trayectorias y Aprendizajes.. Marlén Rátiva Velandia
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Trayectorias y Aprendizajes. - Marlén Rátiva Velandia страница 8

Название: Trayectorias y Aprendizajes.

Автор: Marlén Rátiva Velandia

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

Серия: Académica

isbn: 9789586605045

isbn:

СКАЧАТЬ conocimientos al plano meramente funcional para poder profundizar en los aspectos pedagógicos que tendrían que aplicar en las diferentes escuelas primarias. En este sentido, se consideró que lo primero que tendría que aprender una joven para ser maestra era “la virtud cristiana” y “el buen ejemplo”. Sin embargo, hay que resaltar que esta era una metodología propuesta tanto para los jóvenes hombres como para las mujeres que eran formados en las escuelas normales (González, 2015).

      No obstante, las mujeres debían acatar estas disposiciones, de lo contrario, se les trataba con mayor severidad, todo producto del momento histórico, social y cultural de la época. Poco a poco, el Estado va desligándose de la iglesia y la instrucción para los maestros se orienta hacia un tipo de enseñanza laica; sin embargo, el enfrentamiento con la iglesia católica, que no deseaba perder su hegemonía, incide significativamente en la formación de las maestras en esa época.

      En lo referido al hombre, este necesita una educación viril, ideas de progreso de cierto orden y nociones científicas; mientras que, a la mujer, por considerarse débil y con el cerebro más pequeño, debe dársele una educación más diversa y diferente de los fines a los que se encamina la de los varones.

      Análisis del Registro de Matrículas en la ENSST por Titulación Durante 147 años

      La institución desde su fundación se proyecta el propósito de formar maestros, por ello, la primera promoción de graduados recibió el título de Maestro(a). El primer graduado en recibirlo fue Demetrio Cifuentes en 1873.

      Las titulaciones del egresado normalista son diversas. Desde 1925, en adelante, la titulación recibida fue la de Normalistas Superiores, posteriormente, desde mediados la década de los ochenta se inicia el Ciclo Complementario, y a estos estudiantes después de dos años, se les otorgaba el título de Bachilleres Pedagógicos. Desde inicios del año 2000, la ENSST, cambia el título de formación según los lineamientos establecidos por el MEN, recibiendo el nombre de Programa de Formación Complementaria y a partir de esa fecha el título recibido es el de Normalista Superior.

      Mientras que, en las Escuelas Normales Superiores a nivel mundial se presenta una transformación enfocada hacia lo específico, el salario y el trabajo siguen siendo el mismo. Por lo anterior, se puede determinar que, según las necesidades que había y, teniendo en cuenta las distintas etapas que se vivieron durante 147 años, los egresados recibieron su título (maestro, normalista elemental, superior, bachiller pedagógico, normalista superior), que fue cambiando con el paso del tiempo. Es importante mencionar, que dicha titulación se tuvo en cuenta para realizar la clasificación y desarrollar el análisis de los resultados producto de la revisión de los libros de matrículas consultados.

      Figura 4. Egresados con título SUPERIOR 1872-2019.

      Fuente: elaboración propia

      Inicio: se mantiene en 10% 1873 a 1885

      Pico más alto: 1977. Se mantiene entre el 10% y el 30%: 2001-2017

      En la anterior gráfica se muestra que en la década de 1940 baja el flujo de estudiantes, época en la que hubo una decadencia en las Escuelas Normales a nivel nacional. Según los registros, la primera de las Escuelas Normales, ubicada en la ciudad de Bogotá, sufrió las consecuencias de ese hecho histórico coyuntural, que se presentó debido a huelgas que exigían el pago de salarios y presupuesto para estas instituciones educativas. En Bogotá, esta huelga fue utilizada como excusa para que el gobierno cerrara la Escuela y durante los hechos del 9 de abril de 1948, se acusó a los normalistas de subversivos y responsables de las vicisitudes, porque adujeron que allí se estudiaban ideas de izquierda, que estos estudiantes estaban involucrados o eran instigadores de las revueltas. El Estado, entonces, desarticula la Escuela Normal en Bogotá, lo que significó una gran pérdida para el horizonte educativo de la época, porque así mismo, desaparecieron varias de las Normales en el país.

      Reyes (2012), quien retoma el estudio de Herrera y Low de 1994, manifiesta que “Julius Sieber, quien retornó al país junto con Rafael Azurra, culminaron el proceso de desmonte de la Escuela en Bogotá llevando la sección masculina a la Normal de Varones de Tunja y la femenina al Instituto Pedagógico Nacional” (Reyes, 2012, p.44). Pero debido a la situación política del país, la Normal de Varones, hoy ENSST, empezó así un proceso de reorganización tanto a nivel administrativo como a nivel de la pedagogía implementada.

      Más adelante, y como se observa en la Figura 4., el registro confirma que se incrementó el número de egresados en el año de 1975. Una de las razones es que “las transformaciones educativas sólo empezaron a ocurrir desde la década de los cincuenta, cuando se presentó un rápido y sostenido crecimiento económico y un cambio significativo en la estructura económica y demográfica del país” (Ramírez y Téllez, 2006, p.3). Otra razón, para obtener estos resultados, es que, desde 1950 y hasta mediados de los setenta, los indicadores educativos crecieron a un ritmo nunca antes visto. Sin embargo, la expansión de los indicadores educativos se frenó desde mediados de los sesenta y hasta principios de los ochenta. Entretanto, en la década de los noventa crece nuevamente, y permanece en un buen nivel hasta finales de siglo.

      A pesar de que se evidencian grandes avances durante la segunda mitad del siglo XX, al finalizar los noventa, el sector educativo colombiano continuaba presentando bajos niveles de cobertura, eficiencia y calidad; así, como vaguedad en las competencias y obligaciones en términos administrativos y financieros de los diferentes niveles gubernamentales; pero el hecho de que la sociedad colombiana se estuviera educando, se puede ver claramente en el registro de los egresados durante ese tiempo en la ENSST, ya que se mantiene estable hasta la actualidad (2006, p.25).

      Figura 5. Egresados con título ELEMENTAL 1872-2019.

      Fuente: elaboración propia.

      Pico más alto: 1941

      Pico más bajo: 1873-1885

      En 1870, por medio del Decreto Federal Orgánico de la instrucción pública, se ordenó que la educación primaria pública fuese gratuita, obligatoria y laica (Jaramillo, 1980). De la misma manera, este decreto establece que el sistema educativo debe estar supervisado por el Gobierno Nacional.

      Posteriormente, con la Constitución de 1886 y el Concordato de 1887, el conflicto entre la iglesia y el Estado mermó. Los conservadores dispusieron que la Educación Primaria, aunque debía ser gratuita, no debía ser obligatoria, y que, además, la educación en el país se debería regir por los preceptos de la Iglesia Católica, la cual la orientaría y supervisaría.

      Fue tal el impacto que tuvo la Escuela Normal de Varones en las primeras décadas del siglo XX, especialmente en la década de los cuarenta, que el registro histórico confirma que egresados de esta institución fungieron como maestros en la Escuela Normal Superior en Bogotá: “Inicialmente el cuerpo docente de la Escuela estuvo compuesto por los egresados de la Normal de Varones de Tunja que fueron formados por Sieber, aunque también se vincularon otras personas como intelectuales, políticos, escritores, profesionales liberales y algunos sacerdotes” (Reyes, 2012. p.51). Es evidente que la historia de Colombia registra desde varios estudios e investigaciones, que los maestros capacitados en la Normal Superior de Tunja, lideraron los cambios en la educación colombiana, y el servicio a la población estudiantil transmitiendo los conocimientos adquiridos a sus discípulos, convirtiéndose en agentes transformadores de la sociedad.

      Figura 6. Línea de tiempo: hechos históricos en relación СКАЧАТЬ