Preocupación desregulada. ¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?. Mariela Gómez
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СКАЧАТЬ se observa una hipersensibilidad del sistema simpático, de manera análoga a una alarma defectuosa cuya sirena suena ante una ráfaga de viento. En estos trastornos pareciera estar afectado o desregulado el mecanismo de ansiedad, activándose toda la seguridad disponible, pero ante una falsa alarma, es decir sin un peligro real sino mas bien, subjetivo.

      Pues bien, ¿qué relación existe entre este mecanismo de alerta y el T.A.G.?. El Trastorno de Ansiedad Generalizada, presenta una hiperactividad del sistema simpático, que se expresa por medio de una marcada tendencia hacia la anticipación negativa y preocupación permanente, siendo ésta descontextualizada y muchas veces irracional.

      En este cuadro, el contenido de la preocupación, no se reduce a una determinada área de la vida, como ocurre en otros trastornos de ansiedad. Por el contrario, fluctúa de un tema a otro (pareja, trabajo, familia, salud, futuro, inseguridad, cuestiones de la vida cotidiana, etc.).

      La persona no logra regular el estado de alerta, todo pareciera preocupar por igual. Suele presentar dificultad para priorizar, para pasar a la acción, permaneciendo en una fase de evaluación de las posibles consecuencias negativas y manifestando limitaciones para resolver o tomar decisiones. O bien, puede suceder que logre enfrentarlo, pero con un costo psicofísico significativo (padeciendo contracturas, migrañas, dolencias físicas, alteraciones del sueño, molestias estomacales, agotamiento, etc.).

      Asimismo, suelen manifestarse pensamientos catastróficos, pesimismo e incapacidad de disfrute y baja o nula conexión con el momento presente, lo cual afecta directamente la calidad de vida.

      Dicho estado de ansiedad, al ser persistente, puede llegar a producir ataques de pánico, a modo de descarga, siendo éstos, la mayoría de las veces, el motivo de consulta.

      De modo opuesto, cuando existe la capacidad de:

       Identificar un problema.

       Evaluar el grado de intervención sobre el mismo.

       Anticipar sus posibles consecuencias.

       Barajar alternativas de resolución.

       y pasar a la acción (sin angustia, ni implicando un costo psicofísico significativo), estaríamos ante una manifestación ADECUADA Y REGULADA de la preocupación.

       RECUERDE:

       El Sistema Nervioso Central (SNC) está al servicio de activar nuestra ansiedad como una respuesta de defensa ante un peligro percibido.

       Genera respuestas de lucha, huida o parálisis con el fin de preservar la supervivencia.

       La ansiedad normal funciona como un mecanismo que habilita a resolver problemas, sin llegar a la desesperación o angustia.

       El organismo puede verse afectado por la hiperactividad del Sistema Nervioso Central (SNC). Esto es lo que llamamos ansiedad desregulada, donde cualquier estímulo banal, a causa de nuestra percepción, tiene posibilidad de transformarse en un peligro potencial.

       El Trastorno de Ansiedad Generalizada o “T.A.G.”, es la manifestación de un funcionamiento desregulado de la preocupación.

       En el TAG la ansiedad es permanente y la preocupación fluida. Oscila de un tópico a otro.

      CAPÍTULO II

      Historia y Epidemiología del TAG

      Evolución de los criterios diagnósticos

       El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) anteriormente era nombrado como Neurosis de Angustia o Neurosis Ansiosa, hasta que en el año 1980, con el surgimiento del DSM III (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.-APA.) fue clasificado en dos diagnósticos diferentes (Trastorno de Pánico y TAG). Haciendo referencia a los siguientes criterios:

      A. Enfermedad Generalizada y persistente de un mes o más de duración, manifestándose con síntomas de por lo menos tres de cuatro categorías:

      1. Tensión motora (dolores musculares, inquietud).

      2. Hiperactividad autonómica (sudoración, mareos, taquicardia).

      3. Expectación aprensiva (ansiedad, preocupación y miedo).

      4. Vigilancia y registro (concentración dificultosa e irritabilidad).

      B. El diagnóstico sólo puede realizarse si el individuo no reúne criterios para otro trastorno mental.

      Este último criterio determina al cuadro descripto como una categoría puramente residual. Aún no se considera al trastorno como portador de características específicas como veremos más adelante.

      

       En el año 1987, en la versión revisada del citado manual (DSM-III-R), se define como:

      A. Ansiedad y preocupación excesiva y/o ilusoria (irracional) en dos o más áreas relacionadas con otro trastorno de eje I (trastornos clínicos), y que se prolonga por más de seis meses.

      De esta manera excluye los estados de ansiedad producidos por otros trastornos como la ansiedad social.

      B. Presencia de al menos seis síntomas de una lista de dieciocho, agrupados en tres clusters de:

      1. Tensión motora.

      2. Hiperactividad autonómica.

      3. Vigilancia y registro.

      C. El centro de la ansiedad y preocupación no se limita a los síntomas de otro trastorno del eje I (por ejemplo, preocupación por tener una crisis de pánico o por sufrir angustia en público).

      En dicha conceptualización, el Trastorno de Ansiedad Generalizada comienza a dejar de ser un diagnóstico residual para perfilarse como un cuadro con características propias y claramente definidas. Hecho que se consumará con la aparición, en el año 1993, de la versión cuarta del manual (DSM-IV) donde los criterios pasan a ser los siguientes:

      A. Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar) que se prolongan más de seis meses.

      B. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.

      C. La ansiedad o preocupación se asocian a tres o más de los seis síntomas siguientes (algunos de los cuales han persistido más de seis meses).

      Nota: En los niños solo se requiere uno de estos síntomas:

      1. Inquietud o impaciencia

      2. Fatigabilidad fácil

      3. Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco

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