Fotografía infantil. Manuel Santos
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Название: Fotografía infantil

Автор: Manuel Santos

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: FotoRuta

isbn: 9788412251302

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СКАЧАТЬ reconocimiento de su experiencia en el manejo de luz artificial, Alba, Pepa y Manuel son embajadores de la marca de flashes Profoto en España.

      Manuel González empezó a fotografiar y revelar en el laboratorio casi antes de que se le cayeran los primeros dientes, pues su padre ya tenía un estudio fotográfico en El Arahal (Sevilla). Prefiere trabajar en su estudio porque considera que tiene un mayor control de la iluminación y los niños se concentran más en la sesión al tener menos distracciones que en exteriores. Su estilo combina una iluminación sencilla con una cuidada atención a los gestos y movimientos de los pequeños. Considera que la toma digital es unicamente el negativo, por lo que después trabaja exhaustivamente su postproducción para conseguir bellas texturas de fondo y un control preciso del color que aporta esa paleta tan especial a sus imágenes. Aunque se siente cómodo con la fotografía infantil en general, le atrae especialmente la fotografía de recién nacidos porque le hace sentir bien tener ese control perfecto sobre un crío tan indefenso de pocos dias de vida, en estas sesiones. Explica que él mueve al crío, cambia los pañales, da el biberón, calma al bebé, etc. Lógicamente con toda esa experiencia logra hacer ver a los papás que su pequeño bebé indefenso se encuentra en manos de un experto lo que se hace notar aún más con padres primerizos.

      Además, a nuestros tres fotógrafos les encanta compartir sus conocimientos y experiencias, como muestran sus numerosas conferencias y talleres especializados en España y Latinoamérica. Mi misión como autor de este libro ha sido estructurar y condensar las técnicas usadas por ellos –en las sesiones fotográficas, la postproducción y la gestión del estudio– seleccionando de entre sus mejores fotografías las más adecuadas para ilustrar cada capítulo.

      Recoger en un retrato fotográfico la personalidad de un niño constituye un gran reto, que deberá afrontar con paciencia y empatía; pero sin duda le ayudará, además, contar con algunos de los trucos que el día a día va aportando. Gracias a la experiencia acumulada por nuestros fotógrafos usted podrá avanzar mucho más rápido en este aprendizaje.

      En primer lugar ha de conocer cómo evoluciona el niño y cuáles son las peculiaridades de cada fase de su desarrollo. Alba Soler resume su experiencia con una divertida e instructiva anécdota: “Al principio cometía muchos errores, por ejemplo: una vez fotografiando a una niña de 3 años se me ocurrió decirle ‘¡Ahora, salta!’ y la madre se quedó mirando con una cara de sorpresa total, porque ¡los niños de 3 años no saltan!, hacen como que toman impulso pero no llegan a saltar. Ahora ya lo tengo mucho más controlado; sé cuándo pueden saltar, cuándo mantienen el equilibrio, cuándo les puedes pedir que se suban a un árbol. Después de estar fotografiando muchos niños de diversas edades, ya conozco perfectamente en qué momento se puede pedir cada cosa”.

      No es lo mismo tomar fotografías a un bebé recién nacido, que ha comido y está dormido, pudiendo prácticamente colocarlo y mantenerlo quieto en cualquier postura, que intentar convencer a una preadolescente de que la imagen que usted va a conseguir de ella es mucho mejor que las fotografías que se toma ella misma con su móvil. En cada edad debería conocer qué tipo de actividades puede documentar con su cámara. Hay etapas en el crecimiento de un niño durante las que interactúa fácilmente con sus padres, otras donde empieza a querer conocer mejor a los demás miembros de su familia, por ejemplo a sus abuelos, y por supuesto en algunas etapas, como la preadolescencia, es mejor que se concentre en capturar su personalidad ya más forjada. En cada capítulo le ofreceremos una pequeña introducción sobre las peculiaridades físicas y sicológicas de diversos períodos de crecimiento del niño. No tiene que poseer los conocimientos de un sicólogo infantil, pero sí le vendrán muy bien algunas nociones que le ayudarán enormemente en su trabajo diario.

      No todos los niños son igual de sociables y se comportan de manera similar en una sesión fotográfica. Con algunos podrá empezar la sesión casi inmediatamente, mientras que con otros necesitará una fase de aclimatamiento. En especial considere que las sesiones en estudio significan para el niño entrar en un entorno desconocido, algunos parecen entrar en fase de auténtico pánico porque creen que los llevan a la consulta del médico o a la cueva oscura del lobo de sus cuentos. Por ello será conveniente que tenga preparados ciertos recursos, no sólo fotográficos, para su sesión. Pepa Valero tiene siempre su nevera bien surtida de chocolatinas, batidos, etc. “Un trozo de chocolate y esperar 5 minutos a que haga efecto, cambia completamente la actitud de un niño enfadado”.

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      En esta imagen, tomada durante una sesión fotográfica de Pepa Valero, puede apreciar cómo la fotógrafa incentiva una atmósfera de juego en los niños. Para campañas específicas suele construir un escenario donde los pequeños están deseando entrar a divertirse e imaginar historias. Ella misma se pone cómoda, se quita los zapatos y, entre foto y foto, ¡salta a la escena a jugar con ellos! Habitualmente usa una iluminación sencilla que permita al niño moverse libremente por la escena para esta imagen situó un flash a la izquierda montado con una ventana rectangular y nido de abeja, según las técnicas explicadas en el capítulo 4, y ajustó la potencia del flash para que las pequeñas luces de Navidad también iluminaran el rostro de la niña.

      Nikon D-800, Sigma 35 mm f/1,4, ISO 800, f/2,8, 1/160 s.

      Cada fotógrafo al especializarse en fotografiar niños busca sus propios recursos. Pepa Valero resalta cómo “mi arma secreta para trabajar con niños es que yo también soy muy niña, un poco trasto y me encanta hacer el tonto. Ellos no me ven como una mamá o una abuelita, que ya tengo edad para ello, sino como un niño más. Tengo una clienta con una niña que cuando le dice la mamá en su casa ”Marta, ven aquí que te tienes que comer esto”, la niña le contesta ‘yo no me llamo Marta, ¡me llamo Pepa Valero!’ (risas). Muchos padres y madres me dicen que sus niños recuerdan mucho la sesión conmigo y es por ese motivo, porque para ellos resulta una experiencia distinta de lo que hacen todos los días. Estamos dos horas juntos bromeando, jugando, haciendo el tonto… entonces a los críos se les queda mucho en la cabeza que han estado con una payasa ¡directamente!”.

      Detecte el carácter y momento en que se encuentra el niño. Pepa Valero insiste en la importancia de “entender las peculiaridades de cada edad, porque así no es difícil encontrar trucos para que colaboren en la sesión. Por ejemplo, con los niños de dos años, que suelen ser muy rebeldes, funciona de maravilla la compañía de un hermano o primo mayor porque lo que haga el mayor lo va a imitar también el pequeñajo. Si no quiere hacerse fotos, empiezo haciendo fotos al primo o al hermano, inmediatamente tengo ya al pequeño que quiere que le haga a él, a menudo me dice: ‘Este no, ¡yo!’ con lo que ya puedo empezar la sesión”.

      “Para niños más grandes, de siete a diez años, lo que suelo tener como recurso es decir palabrotas o tacos con ellos. Intento no decir muchas pero que alguna se escape y reírnos juntos. A las chicas les va mucho sentirse princesas; siempre llevo mis coronas, mis pañuelos, mis faldas… y eso funciona genial. Con los chicos suelo llevar bombas de humo, pues les llaman mucho la atención ver cómo se abre el humo, los colores que forma, etc.”.

      Si el niño es muy nervioso quizás lo mejor es dejarle que explore el estudio o le acompañe explicándoselo, o quizás se sienta más relajado si plantea una sesión en exteriores. Cuando acaba de despertarse después de una siesta en el coche, déjele su tiempo para que abandone su estado de sueño y le conozca. Además hable con el niño, pregúntele por sus temas o canciones favoritas y tenga a mano su tableta u ordenador para reproducir alguno de ellos. Un niño relajado, cómodo y confiado supone un 50% del éxito de su proyecto fotográfico.

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