Название: Bruce Lee
Автор: John Little
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Karate
isbn: 9788499109237
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¡Parecía una cobra cuando hacía eso!”.
Estado físico funcional y fuerza extraordinaria
Dan Inosanto, otro gran amigo de Lee al que eligió para que le ayudara a enseñar su temario de artes marciales a sus estudiantes en Los Ángeles desde 1967 hasta 1970, añadió que a Lee sólo le interesaba la fuerza que pudiera convertirse rápidamente en potencia. “Recuerdo una ocasión en la que Bruce y yo estábamos paseando por la playa en Santa Mónica, cerca de donde está The Dungeon –un gimnasio que perteneció originariamente al famoso morador de Muscle Beach, Vic Tanny–, cuando de repente salió de The Dungeon este grande, enorme culturista”– cuenta Inosanto. “Le dije a Bruce: ‘Tío, mira qué brazos tiene ése’. Nunca olvidaré la reacción de Bruce. Dijo: ‘Sí, es grande, ¿pero será potente? ¿Podrá utilizar sus músculos de forma efectiva?’“. La potencia, según Lee, se demuestra a través de la habilidad del individuo para emplear la fuerza desarrollada en el gimnasio de forma rápida y eficaz para objetivos del mundo real.
Evidentemente, las hazañas de Lee respecto a la potencia forman parte de una leyenda, desde hacer flexiones con un solo dedo o con los pulgares hasta sostener una haltera de 35 kilos tan larga como un brazo frente a él con los codos doblados durante varios segundos, hasta lanzar a personas que pesaban unos 45 kilos más que él a 4,5 m con uno de sus famosos puñetazos de una pulgada (2,5 cm). La potencia que poseía con un cuerpo de entre 57,5 y 61 kilos era extraordinaria; Lee podía hacer que un saco de entrenamiento de 135 kilos golpeara el techo con una simple patada lateral.
La fuerza y su adquisición eran las principales preocupaciones de Lee durante su entrenamiento con pesas. Finalmente, su trabajo con pesas alcanzó los últimos límites de conocimiento intuitivo, lo que algunos especialistas en culturismo denominan entrenamiento “instintivo”. Según los que trabajaron con él en ciertas ocasiones, como el actor y especialista en artes marciales Chuck Norris, Bruce Lee pudo haber sido, de acuerdo con la fuerza relativa (relación entre el peso desplazado y el corporal), el hombre más fuerte del mundo.
El camino de Lee hacia el culturismo
Los estudios de Lee sobre la fisiología humana y la kinesiología le permitieron distinguir rápidamente un ejercicio útil de uno improductivo, lo que significa que él nunca perdió tiempo en sus entrenamientos y que estos iban encaminados a producir resultados específicos. Lee creía que un estudiante de la ciencia del ejercicio debía perseguir únicamente la perfección física, incluidas una gran fuerza, rapidez, destreza, perfecta salud y la belleza de una complexión muscular que distinguiera a un ser humano físicamente perfecto. Lee creía que cada día se presentaría la oportunidad de mejorarse a sí mismo física y mentalmente; podemos elegir entre aprovechar el momento para dar un paso más para maximizar nuestro potencial y progreso o dejarla pasar y, por consiguiente, estancarnos o retroceder.
Lee pronto se dio cuenta de que para completar nuestro potencial físico teníamos que realizar nuestros esfuerzos de forma progresiva y luchar contra el deseo de dejarlo todo y tumbarnos en el sofá a ver la televisión, donde podemos escapar de nuestra “obligación de autoactualizarnos” haciendo lo contrario, es decir, “apagando” nuestras mentes y dejando que nuestros músculos se atrofien. Lee quería aprender de su mente y de su cuerpo tanto como fuera posible. Quería saber de lo que realmente era capaz, en lugar de persistir en lo que ya sabía que podía hacer. Con este fin, consideraba cada sesión de entrenamiento como una experiencia de aprendizaje, una oportunidad para mejorar y alcanzar un nivel más alto. Como resultado, obtuvo un buen ojo para identificar a los deportistas que se rendían pronto porque el entrenamiento les agotaba o porque subestimaban sus verdaderas posibilidades.
Stirling Silliphant, alumno de Lee, cuenta una interesante historia que retrata a la perfección la actitud de Lee frente a la resistencia progresiva en un entrenamiento cardiomuscular, así como su negativa a dejar que una persona –en este caso Silliphant– subestimara su propio potencial físico:
“Bruce me hacía correr 5 km al día, un muy buen ritmo. Corríamos esos kilómetros en 21 o 22 minutos –unos 12 km/h [Nota: cuando corría solo en 1968, su velocidad media era inferior a 16 km/h]. Así que, la mañana que me dijo: ‘Hoy vamos a ir a 19 km/h’, le contesté:‘Bruce, no puedo. Soy mucho más viejo que tú y no puedo correr a 19 km/h’. Y él me dijo: ‘Cuando hayamos corrido 5 km, cambiaremos la marcha; sólo quedarán tres y lo conseguirás’. Yo respondí: ‘Está bien, a por ello’. Así que corrimos 5 km. Íbamos a llegar al sexto y me encontré bien durante tres o cuatro minutos; pero entonces empecé a agotarme. Estaba cansado y tenía el corazón acelerado. No podía seguir, así que le dije: ‘Bruce, si sigo corriendo –y todavía estábamos corriendo– me puede dar un ataque al corazón y moriré’. Y él me contestó: ‘Pues muérete’. Me molestó tanto, que terminé de correr los 8 km. Después de ducharme quise hablar con Bruce sobre el tema. Le comenté: ‘¿Por qué me dijiste eso?’, y respondió: ‘Porque podrías morir igualmente. En serio, si siempre fijas los límites en lo que puedes hacer, físicamente o de cualquier otro modo, seguirás haciendo lo mismo el resto de tu vida. Afectará a tu trabajo, a tu moralidad y a ti en todos los sentidos. No hay límites. No puedes quedarte siempre en la llanura; debes atravesarla. Si te mata, te mata. Un hombre debe superar sus límites siempre‘”.
La postura que defiende que “no hay límites” es la tesis principal de las artes marciales y también la filosofía de Lee del jeet kune do. Incluso puso símbolos chinos alrededor del yin yang del logo de su jeet kune do que decían: “No tomar ningún camino como camino. No tener ningún límite como límite” –en cantonés, Yee Mo Faat Wai Yao Faat/Yee Mo Haan Wai Yao Haan. Una vez Lee escribió una carta al pionero americano del taekwondo, Jhoon Rhee, en la que le avisaba de que “fijarse un objetivo bajo es el peor crimen que un hombre puede cometer”, recalcando su punto de vista en cuanto a las limitaciones impuestas por uno mismo en el ejercicio y en todas las áreas de nuestra vida.
Bruce Lee era perseverante en su búsqueda para expresar el pleno potencial de su cuerpo. Durante su investigación advirtió el hecho psicológico de que un músculo más fuerte es un músculo mayor, descubrimiento que le llevó a explorar los beneficios superiores del culturismo sobre la salud. De todos modos, sería un hecho muy violento llevar a casa los méritos de un enfoque regular y dedicado al levantamiento de pesas.
El punto de inflexión
Según la viuda de Lee, Linda Lee Cadwell, cuando ambos vivían en Oakland, California, un día su marido recibió un pergamino que le daba un ultimátum con letras chinas en negrita: o dejaba de enseñar gung fu (pronunciación japonesa de kung-fu) a los estudiantes que no fueran chinos o tendría que luchar –en el lugar y a la hora señalados– con su mejor hombre. En el barrio chino СКАЧАТЬ