Pilates para la tercera edad. Manuel Pedregal Canga
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Название: Pilates para la tercera edad

Автор: Manuel Pedregal Canga

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: Tercera Edad

isbn: 9788499109480

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СКАЧАТЬ en lo concerniente al ejercicio relacionado con la salud.

      Considero pues un acierto que las clases que impartimos a alumnos de Ovida sean supervisadas por fisioterapeutas: simplemente, trabajamos bajo la «crítica» y estricta visión de un profesional de la salud, en ocasiones contando incluso con la asistencia del médico rehabilitador, que también asiste como observador a nuestras sesiones. Hay que tener muy claro que avanzar en nuestra labor implica siempre exponerse a la aceptación del sistema. Sin embargo, este aspecto a menudo no se afronta con la suficiente confianza y perdemos así la posibilidad de ocupar nuestro espacio natural, que no es otro que aceptar el reto y la responsabilidad de adaptar el método Pilates a las condiciones más apropiadas de cada persona concreta.

      La propuesta que presentamos en este libro solo se puede entender como modesta aportación de un profesor de Pilates con catorce años de experiencia profesional en esta disciplina terapéutica, más otros quince años de práctica y enseñanza del karate. En los cuatro libros que he publicado hasta la fecha he manifestado reiteradamente mi intención de alejarme de presentar la «receta definitiva». Se trata, simplemente, de mi propuesta. Hay otras y en un futuro no muy lejano seguro que habrá más. En cualquier caso, a todos los que presentamos un trabajo como este nos encanta saber qué piensan nuestros lectores y lectoras. Así pues, si estos ejercicios –y los fundamentos teóricos subyacentes– aplicados a nuestros mayores te parecen mejorables, os animo a que iniciéis el proceso para publicar vuestras ideas o poneros en contacto con nosotros. En serio: estoy deseando leer cualquier iniciativa en este campo. ¡Toda contribución será bienvenida!

      capítulo I

      SALUD FÍSICA Y SALUD MENTAL: SENSACIÓN DE BIENESTAR

      Cambios asociados al envejecimiento

      Pérdida de masa ósea: osteoporosis

      El nivel de mineral en nuestros huesos alcanza su grado máximo una vez pasada la adolescencia, comienza a reducirse en nuestra madurez y disminuye rápidamente durante la vejez. La resistencia de nuestros huesos depende de la cantidad de mineral que contiene nuestro esqueleto. Por este motivo, cuando el nivel de mineral en nuestro sistema óseo es menor de lo esperado, algunos esfuerzos localizados, caídas o traumatismos pueden producir fracturas con más facilidad.

      Contraindicaciones para personas con osteoporosis

      La literatura médica nos indica que el paso de los años es un factor que predispone a la pérdida de masa ósea: con el tiempo, nuestros huesos se van volviendo más frágiles debido, principalmente, a alteraciones relacionadas con la fijación del calcio. Este problema está directamente relacionado con la dificultad que tienen las personas mayores para sintetizar vitamina D, necesaria para fijar el calcio al hueso.

      Es por esta razón por la que se recomienda una exposición moderada a irradiación solar, ya que la luz del sol es necesaria para la síntesis de vitamina D.

      La Densidad de Masa Ósea (DMO) es el indicador habitual para reflejar el estado de salud del hueso. La disminución de la DMO conlleva un aumento de la probabilidad de aparición de fracturas y una disminución de la capacidad de regeneración del tejido óseo lesionado. (Cummings, 1993; Marshall, Holt et al., 1996).

      Ya veremos más adelante que, en la práctica, proponer ejercicios a personas con esta problemática debe incluir ciertos márgenes de seguridad. Aunque no todas las personas con disminución en su masa ósea tienen por qué sufrir una fractura al realizar un movimiento contraindicado, sí creemos que son los candidatos número uno si se dan suficientes contribuyentes durante ese ejercicio. Por consiguiente, lo esencial será prevenir o reducir las posibilidades de que se produzca una fractura a lo largo del entrenamiento.

      También sabemos que la mayor pérdida de masa ósea se concentra en el hueso trabecular y no tanto en el cortical. Por este motivo, las fracturas más habituales se localizan especialmente en zonas con este tipo de tejido: en concreto, la cadera, la columna y la muñeca.

      Nuestra recomendación –con carácter general– es efectuar flexiones anteriores de la columna, rotaciones al final de rango o contra resistencia e inclinaciones laterales al final de rango. Estos movimientos deben ser cuidadosamente modificados a fin de mantener la columna vertebral de estas personas lo más lejos posible de fuerzas que pudieran comprometer segmentos vertebrales aislados.

      De entre los múltiples estudios que relacionan el ejercicio con personas que padecen osteoporosis, hemos elegido dos como ejemplo. Únicamente queremos evidenciar que el efecto del ejercicio en personas con osteoporosis está ampliamente documentado:

      «Los músculos de la espalda más fuertes reducen la incidencia de fracturas vertebrales: un seguimiento prospectivo de diez años de mujeres posmenopáusicas». Dr. M. Sinaki, Department of Physical Medicine and Rehabilitation. Mayo Clinic, 200 First Street SW, Rochester MN 55905, USA.

      «Efecto del ejercicio en la movilidad, el equilibrio y la calidad de vida relacionada con la salud en mujeres osteoporóticas con antecedentes de fracturas vertebrales: un ensayo aleatorizado y controlado». A. Bergland (Faculty of Health Sciences Oslo University College Oslo Norway).

      «Postmenopausal spinal osteoporosis: flexion versus extension exercises». Sinaki, M; Mikkelsen, BA,. 1984 oct; 65(10): 593-596.

      En este estudio se eligieron cuatro grupos de control: personas con osteoporosis que se someten a ejercicios solo de extensión, solo de flexión, flexión y extensión y personas que no hacen ningún tipo de ejercicio. Algunas conclusiones de esta investigación resultan muy relevantes para nuestro campo de trabajo:

      Trabajar en extensión la columna vertebral de una persona con osteoporosis nos parece lo más apropiado, pues la columna torácica de estas personas puede presentar grados de flexión exagerados. Debemos tener en cuenta que pasar de una curva en la columna de flexión a zona neutra ya implica un trabajo muy serio en extensión. Por lo tanto, cuando determinamos el objetivo de trabajar en extensión valoramos si la posición neutra requiere un trabajo de inversión de la flexión que nos fijamos como fin primario. Antes de que una cifosis torácica pueda mostrarnos una extensión debe pasar por su zona neutra. En definitiva, antes de pensar en un ejercicio de extensión tradicional, ten siempre en cuenta contemplar la neutralidad en la columna.

      Este razonamiento se podría aplicar igualmente a la articulación de una cadera que lleva alineada en una ligera flexión desde hace años, lo cual no nos permitirá pasar a extensión a la primera de cambio. Más bien encontraremos que, insistiendo en pedir extensión cuando este movimiento está limitado, veremos la extensión ocurrir en la región lumbar como compensación a dicha restricción.

      La СКАЧАТЬ