Название: Pilates para la tercera edad
Автор: Manuel Pedregal Canga
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
Серия: Tercera Edad
isbn: 9788499109480
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Funcionalidad articular y estructural
¿Nos lo acabamos de inventar? ¿Es solo una ocurrencia de un profesional desinformado? ¿Es correcto diferenciar tipos de funcionalidades? ¿Es necesaria esta diferenciación? Todas estas preguntas y algunas más están relacionadas directamente en cualquier programa de ejercicio aplicado. Veámoslo:
– Funcionalidad articular. En nuestra opinión, el movimiento de cualquier articulación debe estar disponible tanto en modo pasivo (sin activación muscular agonista-sinergista) como en modo activo (la activación muscular es imprescindible para producir dicho movimiento). Este movimiento en una sola articulación afecta al conjunto de la función de la estructura, al igual que un eslabón afecta a la cadena y esta a su vez a la bicicleta. Todos los componentes (o eslabones) son móviles (deben serlo en condiciones normales), pero podemos encontrar distintos niveles de movimiento, incluso distintos niveles de resistencia para este mismo movimiento. La función, que será mover la bicicleta, se preserva: esta podrá desplazarse aunque uno o varios eslabones de la cadena presenten déficits en su movimiento individual. Los elementos del sistema se «compensan» unos a otros: el eslabón anterior y el posterior deben contribuir a esta restricción mediante un extra en movimiento y facilidad para conseguirlo. En resumen, entendemos la funcionalidad articular como el movimiento necesario en una articulación a fin de poder integrarse en el movimiento de la estructura, sin precisar compensaciones para una determinada función. Puesto que es factible que nuestro sistema esquelético-muscular ofrezca compensaciones, en este caso la función gobierna a la estructura: dicho con otras palabras, la estructura presenta restricciones en articulaciones concretas, pero la función es preservada mediante la compensación que pueden ofrecer otras articulaciones dentro de la cadena de movimiento que se produce en cada gesto.
La funcionalidad articular es imprescindible en patrones de movimiento deportivos: la preservación o incremento del rendimiento, o la eficiencia en cualquier gesto deportivo, tendrá un excelente aliado en la funcionalidad articular. Engrasar cada eslabón por separado de la cadena de la bicicleta aumentará la suavidad y disminuirá el desgaste del conjunto de la cadena: nuestra bicicleta irá suave y será muy eficiente en cada pedalada que efectuemos.
– Funcionalidad estructural. El conjunto de la estructura participa en la organización de todos los gestos «funcionales». Cualquier tarea cotidiana es parte de la funcionalidad de la estructura en individuos comunes que tienen una exigencia de movimiento «normal». Las compensaciones forman parte de cualquier estrategia para moverse o realizar una tarea, pues el fin de toda organización destinada a tales acciones será completar una función sin tener en cuenta cuántos eslabones (articulaciones) dentro de esta cadena de movimiento pueden estar presentando un funcionamiento alterado. Nos concentramos en que la bicicleta se pueda mover, sin hacer distancias extremadamente largas con ella, claro. Es más, muy a menudo ni siquiera notamos que no funciona del todo bien, de modo que la estructura –la cadena– puede mantener la función aun en condiciones menos favorables.
Incluso cuando nos concentramos en mejorar la función incluimos la posibilidad de aumentar las opciones de nuevas compensaciones para favorecerla. Cómo hemos llegado aquí y por qué tiene que ver con que, cuando el nivel de daño o desgaste es elevado, creemos que la función prima y debemos preservarla o mejorarla sin aumentar el movimiento donde ya tenemos hipermovilidad. Debemos ser conscientes de que concentrarse en movilizar una rigidez en una estructura músculo-esquelética de una persona mayor producirá poco resultado; no siempre daremos con una restricción miofascial susceptible de ser activada. No obstante, tenemos posibilidades de encontrar otros factores no mejorables solo con el estiramiento. El final del proceso se debe concentrar en mejorar la función en márgenes asumibles por las condiciones actuales de nuestro sistema: pequeños cambios en muchas articulaciones serán mejor tolerados que intentar cambios muy notables en articulaciones aisladas.
A nuestro entender, la funcionalidad estructural prima sobre la funcionalidad articular cuando trabajamos con una estructura músculo-esquelética de una persona mayor. Un ejercicio coordinando tareas poco habituales con otras más cotidianas abre nuevos caminos para conectar el entrenamiento con problemas comunes en nuestros mayores.
Entonces, ¿renunciamos a mejorar el funcionamiento «aislado» de determinadas articulaciones que presentan un margen de movimiento manifiestamente reducido? La respuesta no es sencilla, pero pensamos que una visión más global del funcionamiento de dicha estructura concreta nos dará resultados más satisfactorios, un razonamiento que –fuera de este contexto– suele generar opiniones contrarias. Solo añadiremos lo siguiente: cuando una persona mayor presenta una marcha no dolorosa, pero con una notable restricción en el movimiento de la cadera, elegimos mejorar el funcionamiento del conjunto, es decir: la cadera y su integración con la columna lumbar y torácica, además del movimiento en las rodillas, por ejemplo. En consecuencia, somos partidarios de ejercicios que suponen una tarea que implica a la cadena completa desplegada para efectuar dicho movimiento. Es decir, corregimos el gesto en su conjunto, apostando por el equilibrio y la calidad global. De esta manera, conseguimos verticalizarnos durante la marcha; equilibramos el movimiento interactuando con el funcionamiento del conjunto.
Para operar en este espacio sin que te abrume la sensación de que estás trabajando en un terreno fuera de tu lugar, primero debemos aceptar que una actividad física con este tipo de población mayor precisa o bien un extra notable de información sobre las pautas más importantes, o bien la asistencia de un profesional sanitario que aclare determinadas dudas que pueden surgir durante el proceso. Por otra parte, en un ataque de arrogancia, no conozco un solo terapeuta que haya dedicado veinte años de su carrera profesional a desarrollar y aplicar en diferentes franjas de edad tablas de ejercicios específicos y relacionados con objetivos concretos. Mi impresión es que los terapeutas ocupan su tiempo en resolver problemas más urgentes: es decir, en procurar soluciones a contratiempos que conllevan responder de manera rápida y eficaz. Alguien que necesita ejercicio físico para resolver un problema no está demandando una intervención apremiante e inmediata, labor que corresponde a un profesional de la actividad física. En casos de problemas de movimiento que suponen incapacidad, el primer abordaje debe ser tarea de un fisioterapeuta o similar. Nuestro lugar en este cuadro será, simplemente, proponer una tabla de ejercicios graduales que adaptaremos lo máximo posible al nivel y capacidad de nuestro paciente.
Dependencia-fragilidad-autoestima
Es una realidad: no podemos ignorar que la salud de nuestros mayores está actualmente amenazada por alguno de los antagonistas del título de este apartado. Singularmente –o combinados– cada uno puede mermar la calidad de vida y el bienestar de cualquier persona en general, aunque parece ser que se extienden más en personas de la tercera edad. Un descenso de la actividad social, laboral y familiar, sumado a un posible deterioro de la salud, acercan las emociones de este colectivo a umbrales de decaimiento próximos a la patología.
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