Manual de técnicas de montaña e interpretación de la naturaleza (Bicolor). Fernando Lampre Vitaller
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СКАЧАТЬ y la mochila anatómica con diversas formas y materiales, según la actividad para la que esté diseñada.

      Los materiales utilizados para confeccionarlas son poliamidas o fibras de poliéster que pueden ser tratadas con revestimientos impermeables. Una de las fibras sintéticas más utilizadas por su resistencia es la cordura.

      Figura 2.8 Polainas.

      Figura 2.9 Mochila anatómica.

      Al elegir nuestra mochila es muy importante que tenga el tamaño adecuado a nuestra talla. Antes de comprarla hemos de comprobar lo siguiente:

      •Primero, el ajuste a nuestros hombros; los tirantes se deben apoyar sobre las clavículas sin impedir la movilidad de los hombros.

      •Segundo, respecto a la longitud de la mochila, su base debe estar sobre nuestra zona lumbar. Existen modelos para mujeres que tienen el cuerpo de la mochila adaptado a una espalda más corta favoreciendo el reparto de la carga sobre la cintura.

      •Tercero, que posea un cinturón que permita trasladar parte del peso de la carga a la cadera.

      Otros detalles a tener en cuenta son: la calidad del almohadillado del cinturón y los tirantes; la presencia de una correa pectoral que impedirá los balanceos de la mochila; que tenga tensores de aproximación de carga en los tirantes de la espalda; que disponga de los accesorios que necesitemos para nuestra actividad, por ejemplo, correas laterales portaesquís, portapiolets, bolsillos, etc.

      El diseño de la parte posterior de la mochila es el que le va a dar su principal característica. El más simple es un acolchado que se ajusta a la espalda, con un diseño ergonómico que evita que la carga se nos clave en ésta. Se utiliza en las mochilas de tamaño pequeño o mochilas de ataque, de entre 30 y 35 litros de capacidad. Son adecuadas para las excursiones de un día.

      Las mochilas de tamaño medio, entre 35 y 55 litros, tienen un respaldo reforzado por una estructura interna, que le confiere más solidez, recubierto de un acolchado simple o de un respaldo regulable.

      Las mochilas de gran tamaño, más de 55 litros de capacidad, están constituidas por una armazón interna semirrígida y una espalda almohadillada regulable. El peso de éstas es mayor, pero permite llevar cargas pesadas más cómodamente. Este tipo de mochilas son las adecuadas para travesías de dos o más días.

       Características de una mochila

      •Cuerpo de la mochila: ha de ser adecuado a la talla y no debe apoyarse sobre los glúteos, ni sobre los hombros

      •Espalda de la mochila: siempre debe estar acolchada, con respaldo regulable o estructura rígida, según su tamaño

      •Los tirantes y el cinturón deben estar almohadillados y bien dimensionados

      •Es útil la correa pectoral y los tensores de aproximación de la carga

      •Debe disponer de los accesorios necesarios para nuestra actividad

       ¿Cómo llenar una mochila?

      Aunque cada uno puede tener su forma personal de llenar la mochila, hay una serie de normas para hacer de nuestra mochila un objeto más compacto y cómodo de transportar.

      •En primer lugar hemos de dejar a mano aquellos objetos que podamos utilizar con más frecuencia, como el mapa, brújula, chubasquero, guantes, etc. Para ello podemos utilizar el bolsillo superior o, si lleva, alguno de los laterales.

      •Los objetos más pesados hay que colocarlos lo más cerca posible de la espalda y en la zona alta, cerca de nuestro centro de gravedad.

      •El saco de dormir y la ropa de recambio los colocaremos en la parte baja de la mochila.

      No hay que colocar ningún objeto colgando de la mochila. El piolet se sujetará en las correas dispuestas para ello, y la colchoneta aislante la podemos colocar en las correas de cierre de la parte superior.

      Figura 2.10 Partes de un piolet.

      Otros instrumentos que podemos necesitar en nuestras excursiones son los bastones, que resultarán útiles para desplazarnos por cualquier tipo de terreno, pero especialmente en los descensos, y los crampones y el piolet en terrenos con nieve y hielo.

      De forma espontánea algunas personas que se desplazan por la naturaleza cogen alguna rama del suelo y la utilizan a modo de bastón. También podemos ver que los pastores llevan alguna vara o utilizan bastones, entre otras cosas, para facilitar su marcha.

      La utilización de uno o dos bastones nos permite apoyarnos y tomar impulso en las subidas, pero su gran utilidad es en las bajadas, sobre todo si llevamos una carga pesada. También son útiles para vadear ríos o en terrenos nevados.

      Los bastones que usamos para excursionismo suelen ser plegables, de forma que podemos guardarlos en nuestra mochila cuando no los necesitemos. Su punta es más resistente que la de los bastones de esquí, y llevan una arandela o roseta más pequeña.

      Hay muchos excursionistas a quienes no les gusta utilizar bastones, prefiriendo llevar libres sus manos. El inconveniente de la utilización continuada de los bastones es que puede producir una alteración de nuestra dinámica de desplazamiento, al desplazarnos utilizando varios puntos de apoyo.

      Los bastones suelen llevar una dragonera o correa para sujetarlos a nuestra muñeca. Su utilización habrá que limitarla a aquellas zonas en las que no hay posibilidad de caída, por las posibles lesiones de muñeca que puede ocasionar. Es preferible que perdamos el material a que tengamos una lesión.

      En una excursión durante el verano, llevar un piolet en nuestra mochila no nos va a aportar ninguna ventaja. Si lo que pretendemos es utilizarlo como apoyo es preferible que llevemos un bastón o que utilicemos una rama que encontremos sobre el suelo.

      Cuando nuestra excursión se realice por la alta montaña y exista la posibilidad de que haya nieve o hielo, deberemos llevarlo como medida de seguridad.

      En la actualidad existe una gran cantidad de modelos de piolets. Esta gama varía desde los específicos para escalada en hielo hasta los clásicos de travesía, pasando por los ultraligeros utilizados en el esquí de montaña.

      Para nuestras excursiones y pensando en su posible utilidad como material complementario, ante la presencia de nieve o hielo, nos interesa el piolet clásico de travesía.

      Su tamaño debe ser lo suficientemente largo como para poder utilizarlo como bastón; en general, su longitud oscila entre los 50 y 70 cm. Los piolets más técnicos son algo más pequeños, variando la morfología del piolet clásico tanto en la pala y en la hoja como en el mango.

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