E-Pack HQN Victoria Dahl 1. Victoria Dahl
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Название: E-Pack HQN Victoria Dahl 1

Автор: Victoria Dahl

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Pack

isbn: 9788413756462

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СКАЧАТЬ oportunidad con Ben.

      Dios Santo, odiaba la culpabilidad. Y odiaba las obligaciones, el compromiso y las discusiones. Se había dado cuenta enseguida de que no estaba hecha para las relaciones serias, y las cosas le habían ido bien hasta que Cameron Kasten había aparecido en su vida. Entonces, de repente, se había visto atrapada en una relación sin saber cómo había llegado allí. A aquel hombre se le daban muy bien los trucos, pero ella había conseguido librarse de él por pura fuerza de voluntad.

      Tal vez pudiera hacer lo mismo en aquella situación, y librarse de la emoción que se había apoderado de ella. Tenía que conseguirlo rápidamente. Una buena idea, si no fuera porque esperaba con todas sus fuerzas que Ben no conociera a Cameron, y así, su aventura con ella continuara durante una temporada más.

      Dios. Estaba totalmente atrapada.

      Terminó de desayunar, se puso las botas, el gorro y el abrigo, y salió de casa de Ben. Se alegró de haber llevado las botas, porque había diez centímetros de nieve que lo cubría todo. Bueno, menos la calle del garaje de Ben, por supuesto. Él había apartado toda la nieve con la pala. En la calle de la anciana señora Lantern tampoco había nieve, y ella no tuvo que preguntarse quién la había quitado.

      Se colgó la bolsa al hombro y echó a andar hacia su casa. Se concentraría en su libro y vería si podía terminar la primera versión aquel mismo día. Tenía que trabajar, y había otra gente importante en su vida. No solo existía Ben Lawson durante las veinticuatro horas del día.

      —Exacto —se dijo—. Eres una mujer independiente. Con formación. Curvilínea. Una conversadora fascinante. Y tienes una situación económica muy cómoda.

      Al pensar en el dinero, sacó el móvil de su bolso y lo encendió. Su editora le había prometido llamarla para darle las cifras de su última novela, y Molly se entusiasmó al ver el icono del mensaje brillando en la pantalla.

      —Ooh. Dinero, dinero, dinero.

      Sin embargo, el mensaje no era de su editora, sino de su madre. Molly lo escuchó, lo borró y la llamó.

      —¡Molly! —gritó su madre—. ¡Estaba muy preocupada por ti!

      —Lo siento, mamá. Estaba con Ben y…

      —Ya lo sé. Me ha llamado esta mañana para decirme que estás bien.

      —¿Cómo?

      —Bueno, es que yo le dejé un mensaje en la comisaría.

      —Mamá, ¿me estás tomando el pelo?

      —Yo no bromearía con respecto a algo así.

      Molly tomó aire y se contuvo para no gritarle a su madre.

      —¿No habíamos aclarado ya que me causaste muchos problemas hablando con Cameron sobre mí?

      —Ben Lawson es un buen hombre. Yo le limpié la nariz muchas veces cuando era pequeño.

      —Sí, bueno, también querías a Cameron como a un hijo, o por lo menos eso es lo que me dijiste cuando rompí con él.

      —No me gustó que invitara a tu padre a ese fin de semana de pesca. Yo tenía planeada una buena cena de aniversario.

      Ah, Cameron había metido la pata con eso. Era difícil de creer que no hubiera memorizado una fecha tan importante como el aniversario de sus padres. Había sido el chico preferido de sus padres durante semanas después de que rompieran, pero se había convertido en persona non grata en cuanto se había llevado a su padre para un viaje de pesca improvisado. Su madre se había enrabietado, y finalmente había aceptado la realidad.

      —¡Ya ni siquiera es tu novio! —exclamó.

      Molly sonrió.

      —He estado pensando —dijo su madre en un tono tenebroso—, que podría ser Cameron quien te está espiando.

      Tú dijiste que…

      —Dime que no le has contado nada a Ben.

      —Molly, él es policía. Si…

      —¡Dímelo!

      Su madre resopló de indignación.

      —Ni siquiera se me había ocurrido hasta hace media hora. No, no le he dicho nada.

      Gracias a Dios. Ella no quería que Ben tuviera una discusión con Cameron, y menos si había alguna posibilidad de que él fuera el acosador.

      Su madre se había quedado en silencio, lanzándole rayos invisibles a través del teléfono. Molly puso los ojos en blanco.

      —Lo siento, mamá. Es que… este asunto de Cameron ha sido una pesadilla. Y no es él. No puede serlo. Así que…

      —Bueno —respondió su madre, y suspiró—. Yo siento haber seguido hablando con Cameron por teléfono…

      —Y recibiendo sus visitas —le dijo Molly.

      Otro suspiro.

      —Está bien. Siento haber sido amigable con él después de que rompierais. No estuvo bien.

      —Bueno. No te preocupes tanto. Ese hombre es una fuerza de la naturaleza. Lo entiendo.

      —Gracias, hija. ¿Por qué no te planteas mudarte con Quinn durante una temporada? No hay motivo para que…

      —No.

      —Entonces, con Ben.

      —Mamá, llevamos viéndonos una semana. No me estarás sugiriendo que empiece a vivir en pecado tan rápidamente.

      —Bueno, por lo que tengo entendido, ya habéis pecado mucho.

      —Sí, nos hemos portado como conejitos desde que llegué al pueblo —dijo ella. En realidad era cierto, lo cual hizo más divertido el jadeo de indignación de su madre.

      —¿Cuánto tiempo hace que no vas a misa, Molly Jennings?

      La sonrisa se le borró de la cara.

      —Te quiero, mamá. No intentes llamarme más al móvil. Lo tengo desconectado casi la mayor parte del tiempo, y te causará preocupación.

      Molly colgó, cruzó la calle y subió la colina de su casa en tiempo récord. Apenas se detuvo cuando vio la nota que había pegada a su puerta. Vete de Tumble Creek o morirás, decía, con una escritura fea.

      Molly se puso furiosa al sentir una punzada de pánico en el estómago. Se enfureció tanto que ignoró la nota, abrió la puerta, entró y cerró de un portazo. Dejó el papel arrugado en la consola; Ben querría verlo y buscar huellas, y ella no podía analizarlo en aquel momento.

      Se dirigió hacia la cocina y tomó el cuchillo más afilado que tenía. Algún cobarde quería destrozarle la vida, y ella ya no lo aguantaba más, así que en vez de llamar a Ben lloriqueando, comprobó que la puerta trasera y la puerta del sótano estuvieran cerradas y recorrió su casa de arriba abajo.

      Cuando СКАЧАТЬ