Deseo en la toscana - Sin piedad - Un magnate despiadado. Susanne James
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Название: Deseo en la toscana - Sin piedad - Un magnate despiadado

Автор: Susanne James

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия: Omnibus Bianca

isbn: 9788413486130

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СКАЧАТЬ para el concierto! Parece que todo está listo… ¡pero más vale que crucemos los dedos! Aunque tengo la sensación de que todo va a ir de maravilla.

      Fabian apartó la mirada de la lista de llamadas que aún tenía que hacer y detectó una mancha blanca en la comisura de los labios de Laura. Se puso en pie, se acercó a ella y examinó de cerca la mancha.

      –Parece que tienes una mancha de crema en la boca –dijo y, antes de que Laura pudiera hacer algo al respecto, alzó una mano y le frotó la mancha con los dedos.

      Laura abrió los ojos de par en par.

      –María me ha dado un trozo de tarta con crema hace un rato. Debería haberme mirado en el espejo después de comerlo. ¡Llevo veinte minutos hablando con el señor Minetti, de la empresa de catering!

      –Apenas se nota –dijo Fabian, y sonrió al ver que Laura se ruborizaba. Pero enseguida se puso serio al recordar que tenía otros temas más importantes que tratar con ella–. Vamos a tomarnos un rato libre –dijo a la vez que la agarraba por el codo y la conducía hacia su escritorio. Señaló con la cabeza el asiento que había ante éste–. Siéntate, por favor.

      –¿Te he dicho ya que esta tarde van a venir algunos de los cantantes a ensayar? –preguntó Laura, nerviosa.

      –Sí. De hecho, me lo has dicho ya dos veces.

      –Oh… –Laura frunció los labios y suspiró–. María está organizando un refrigerio para después del ensayo, y a los cantantes les gustaría que te reunieras con ellos. ¿Te había dicho eso también?

      –Creo que estoy al tanto de todo lo que va a suceder esta tarde, así que no tienes por qué preocuparte.

      –Bien… quiero decir, bene.

      –¿Por qué no tratas de relajarte? Hoy pareces especialmente nerviosa.

      –¡No estoy nerviosa! Sólo excitada… por el concierto de mañana, claro.

      Fabian apoyó los codos en la mesa con un suspiro, unió las manos y observó a Laura durante un rato antes de hablar. Si esperaba al momento adecuado, podía pasarse la vida esperando, de manera que más valía que dijera lo que tenía que decir.

      –Hay otro asunto del que quería hablar contigo. Pero antes quería preguntarte si te gusta Villa Rosa y estar aquí, en la Toscana.

      –Me encanta. ¿Cómo no iba a gustarme un sitio como éste? ¡Es como estar en el paraíso!

      Fabian asintió ante la genuina e ingenua sonrisa de Laura. De algún modo, la afirmación de ésta chocaba con sus sentimientos respecto al lugar en que había crecido, el lugar que su padre había convertido en una de las casas más envidiables de Italia y por el que se había sentido tan posesivo. Tanto, que incluso lamentó tener que pasársela a su hijo… pero Laura no estaba al tanto de eso.

      –En ese caso, supongo que no te resulta imposible imaginarte viviendo aquí.

      –¿Me estás ofreciendo un puesto de trabajo permanente contigo?

      La idea despertó sentimientos contradictorios en Laura, aunque el más intenso fue el de euforia. Estaba deseando iniciar un nuevo capítulo de su vida, y aquélla podía ser la oportunidad que estaba esperando. Pero la creciente conciencia de la innegable atracción que empezaba a sentir por Fabian le hizo dudar…

      –No. No es eso lo que te estoy ofreciendo.

      –Lo siento… no debería haber asumido que…

      –No hace falta que te disculpes. Voy a ir directo al grano. Quiero hacerte una proposición y me gustaría que la meditaras seriamente –Fabian se pasó una mano por el pelo, distrayendo momentáneamente a Laura con el gesto–. Anoche me preguntaste si quería tener hijos. La respuesta es sí… por supuesto. Necesito un heredero, como cualquier otro hombre en mi posición –suspiró como si llevara todas las preocupaciones del mundo sobre sus hombros–. Tal vez éste sea un momento adecuado para decirte que yo también estuve casado cuando era muy joven. Después de casarme descubrí que mi mujer no se limitaba a ofrecer sus favores a su marido. Su comportamiento me avergonzó, y comprendí que había permitido que el deseo que sentía por ella me impidiera ver otras características menos deseables de su personalidad. Una mujer como ella no resultaba adecuada para ser madre, y no tuve más remedio que divorciarme. Desde entonces he estado demasiado ocupado con mi trabajo como para iniciar otra relación seria. Pero, evidentemente, para conseguir el heredero que quiero necesito una esposa. Lo que te estoy proponiendo es un acuerdo estrictamente profesional para conseguir ambas metas. A cambio llevarás una vida cómoda y próspera como la señora de Villa Rosa y la madre de mi hijo. Si no quieres, no tendrás que volver a trabajar nunca, aunque, por supuesto, respetaré cualquier decisión que quieras tomar a ese respecto. No tienes que contestarme de inmediato. Lógicamente, querrás tomarte el tiempo necesario para pensarlo. Sé que hace muy poco tiempo que nos conocemos, pero en estos pocos días me has impresionado mucho. He averiguado que tienes talento y eres muy trabajadora, y que tu acicate principal no son el dinero ni la fama. Tienes una actitud muy tranquila y relajada, y caes bien a todos los miembros del servicio, especialmente a María. Si añadimos a eso tu evidente amor por los niños y que, como me aseguró Carmela, se puede confiar totalmente en ti, creo que puedo afirmar que haríamos una buena pareja y que nuestro matrimonio podría ser todo un éxito.

      Laura se sentía tan anonadada como si un ciclón acabara de arrasar el despacho. Después de aquello, ni el despacho ni ella volverían a ser los mismos. Sin embargo, Fabian parecía totalmente calmado… la antítesis total del torbellino que ella sentía en su interior.

      –Apenas puedo creer lo que me estás diciendo… ¿Hablas en serio?

      Fabian frunció el ceño.

      –Nunca bromearía sobre ese tema. Sé que mi proposición supone una sorpresa para ti, pero te aseguró que nunca haría algo así sin haberlo pensado detenidamente.

      –Pero… ¿por qué me has elegido a mí?

      –Acabo de decirte por qué.

      –Lo único que he escuchado ha sido una lista de mis supuestos atributos, como si fuera alguna clase de objeto doméstico útil que estuvieras pensando en adquirir. ¡No me has explicado por qué quieres llegar a un acuerdo tan raro!

      –Puede que a ti te parezca raro, pero desde mi punto de vista es totalmente práctico. Te he dicho que quiero una familia, como querría cualquier otro en mi posición, pero lo que no quiero ni necesito son complicaciones emocionales. No me queda ninguna ilusión respecto al amor. Y creo que cuando uno se casa debe hacerlo con las ideas claras y la cabeza fría. Permitir que unas emociones pasajeras dicten el futuro de tu vida sólo suele servir para acabar divorciado. Por eso te he propuesto lo que te he propuesto.

      Laura se estremeció.

      –¿Emociones pasajeras? ¿No crees que dos personas puedan enamorarse y que ese amor pueda durar toda la vida?

      –Ésa es una falsa esperanza perpetuada por los soñadores. No pretendo afligirte, Laura, pero piensa en tu propia situación.

      –Que las cosas acabaran como acabaron con Mark no quiere decir que no tuviera esperanzas de que nuestro matrimonio soportara el paso del tiempo.

      –¡Eso es exactamente a lo que me refiero! ¿Seguías enamorada de él al final, a pesar de cómo te СКАЧАТЬ