Название: Deseo en la toscana - Sin piedad - Un magnate despiadado
Автор: Susanne James
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Omnibus Bianca
isbn: 9788413486130
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–Tienes que parar –dijo a la vez que apoyaba una mano sobre la de él para retirarla de su cuello.
–¿Por qué?
–¡Porque me estás confundiendo hasta tal punto que apenas puedo recordar mi nombre!
Al ponerse en pie, Laura se encontró a escasos centímetros del pecho de Fabian. Estaba sonriendo, y aquello la confundió aún más. Con su camisa blanca ligeramente arrugada, sus vaqueros, su piel bronceada y su pelo dorado como el sol, era la clase de fantasía con la que jamás habría soñado que entraría en contacto.
–¡No, Fabian!
–¿Qué he hecho? –preguntó él con aparente inocencia.
«Me estás llevando por un camino por el que me asusta avanzar», contestó Laura en el silencio de su mente. «Sin embargo, cada vez que me sonríes, la tentación de seguir se vuelve más y más irresistible».
–Sólo estoy aquí para trabajar para ti, y tú me estás tratando de un modo mucho más… personal.
–Te he pedido que te cases conmigo… ¿recuerdas?
–Pero el matrimonio en que estás pensando no es precisamente auténtico.
–¡Será legal y auténtico! –replicó Fabian, que pareció momentáneamente ofendido.
Laura pensó que aquél no era el momento adecuado para discutir el asunto y suspiró.
–Ya sabes a qué me refiero. Pero supongo que no tenemos más opción que esperar hasta después del concierto para hablar de ello. Será mejor que vaya a prepararme para la tarde.
–Antes de eso creo que necesitas un masaje. Tienes los músculos de los hombros y del cuello totalmente agarrotados. Y quiero que esta noche estés lo más relajada posible para que disfrutes de la ocasión, no para que la temas.
Aquellas palabras inquietaron a Laura.
–¿Tú la temes, Fabian? –preguntó con suavidad.
–¿Qué quieres decir?
–No he podido evitar notar que no te sientes especialmente emocionado ante la celebración del concierto… sin embargo, tu afán por ayudar a los niños de la residencia médica es incuestionable.
El comentario de Laura pareció dar en la diana.
–Eres una mujer muy perspicaz –dijo Fabian, cuya mirada se volvió aún más intensa de lo habitual–. No puedo negar que la organización de este concierto implica ciertas dificultades personales para mí. Pero éste no es el momento adecuado para hablar de ello, cuando estamos a punto de recibir a los invitados.
–Lo entiendo.
–Ven conmigo –Fabian tomó a Laura de la mano y la condujo hacia la puerta.
–¿Adónde me llevas?
Fabian no contestó y Laura no tuvo más remedio que dejarse llevar a lo largo de pasillos y vestíbulos en los que no había estado antes, hasta que bajaron unas escaleras de mármol que llevaban a un completo gimnasio con piscina cubierta incluida.
Acababan de entrar cuando un hombre joven salió por una puerta lateral. Vestido con una ceñida camiseta blanca y pantalones cortos, moreno, musculoso y de pelo rizado y negro, no aparentaba más de veinte años.
–Hola, Giuseppe –Fabian palmeó amistosamente el brazo del joven sin soltar la mano de Laura–. Te presento a Laura, que está sustituyendo a Carmela durante unos días–. Ha estado trabajando muy duro con la organización del concierto y necesita un masaje.
–¡No, Fabian! –aterrada, Laura sintió que sus miembros se volvían de gelatina ante la mera idea de que aquel joven Hércules pusiera sus expertas manos sobre su pálida e imperfecta carne, con las cicatrices que la desfiguraban. ¿Qué trataba de hacer Fabian metiéndola en todas aquellas situaciones incómodas? ¿Obligarla a enfrentarse al hecho de que era distinta a todas las demás mujeres que conocía? Eso ya lo sabía.
–Es un poco tímida –dijo Fabian a Giuseppe con una enigmática sonrisa–. Limítate a masajearle el cuello, los hombros y la espalda –se volvió de nuevo hacia Laura–. ¿Sabrás volver sola a tus habitaciones?
–Pero Fabian, yo…
–Estás en buenas manos con Giuseppe. No tienes por qué sentirte ansiosa. Puede que sea joven, pero es un experto en su trabajo. Nos vemos dentro de hora y media en el vestíbulo principal. Quiero que estés conmigo para recibir a los invitados. Hasta luego.
A continuación se inclinó y besó a Laura justo detrás de la oreja. Laura sintió que se acaloraba intensamente, sobre todo porque lo había hecho ante el joven masajista.
–Signorina? –Giuseppe abrió una puerta y sonrió amablemente a la vez que la señalaba–. No se preocupe… ¡voy a hacer que se sienta como una nueva mujer! –prometió, y Laura sintió que se ruborizaba hasta la planta de los pies.
Capítulo 7
LA VOZ del joven tenor hizo que a Sara se le pusiera la carne de gallina. Acompañado por una guitarra española, fue el regalo final después de su duro trabajo de los últimos días, e hizo que todas sus dudas y preocupaciones respecto a la celebración del concierto se esfumaran.
Sentada en la fila principal de la elegante marquesina, con Fabian sentado a su lado vestido con un impecable traje italiano y haciendo que su corazón latiera más rápido cada vez que la miraba, cerró momentáneamente los ojos y se dejó llevar por el hipnótico sonido de la voz del cantante. La música pareció entrar en su corriente sanguínea; la voz del joven cantante, junto con las conmovedoras palabras de la canción, provocaron una añoranza casi insoportable en su interior.
Sus ojos se llenaron de lágrimas tras los párpados cerrados. Había viajado muy lejos para estar donde estaba y, mirando atrás, era casi un milagro que lo hubiera logrado.
Antes de que pudiera recuperar la compostura, una mano cubrió la suya y se la estrechó reconfortantemente. Sorprendida, Laura abrió los ojos y vio que Fabian la estaba mirando con expresión preocupada. Para ser un hombre que consideraba las emociones como un mero mal necesario, sus acciones eran casi incomprensibles para ella. Sonrió débilmente, retiró la mano, aunque en realidad deseaba mantenerla donde estaba, y abrió su bolso para sacar un pañuelo.
El deslumbrante concierto acabó demasiado pronto. Fabian dio por concluida la tarde dando las gracias a los artistas por haber donado su increíble talento, a los invitados por sus «muy generosas y bienvenidas» contribuciones para la residencia infantil y, finalmente, a Laura por su esfuerzo y dedicación para ayudar a organizar el concierto en ausencia de Carmela. Le pidió que se reuniera con él en el escenario y Laura se sorprendió cuando una preciosa niña vestida de blanco se acercó a ella para entregarle un gran ramo de rosas. Mientras aceptaba el inesperado regalo, Fabian se acercó a ella y, en lugar del acostumbrado beso en ambas mejillas, dejó anonadada a Laura y, sin СКАЧАТЬ