Название: El ayuno como estilo de vida
Автор: Dr. Jason Fung
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
isbn: 9788418000997
isbn:
Cuando hablé con Luna y pensé en profundidad sobre el tipo de niña que era, me di cuenta de que una de sus características más notables era su deseo de encajar, y su voluntad de hacer cualquier cosa para lograrlo. Esa necesidad de ser aceptada la había llevado a tomarse en serio las burlas del acosador. Se obsesionó con sus comentarios, decidió que todo lo que él decía sobre ella debía de ser cierto y, en lugar de defenderse, perdió el poder frente a él. Razonó que si pudiera darle al acosador lo que él quería, el sufrimiento terminaría. Pero esto no sería así, por supuesto. El objetivo de un acosador es causar angustia para adquirir más poder.
Mientras Luna y yo hablábamos acerca de sus motivaciones y reacciones ante el acosador, me di cuenta de que yo también necesitaba aprender esa lección. El hambre era mi acosador, y solo mis acciones y reacciones podían darle poder. Mi creencia de que mi hambre solo se detendría si le daba la comida que quería era ridícula; si lo ignorara, desaparecería, como la mayoría de los acosadores.
Déjame decirte que el hambre es temporal. No siempre se esfumará si le das suficiente comida. Una vez que hube cambiado mi forma de comer y pasé a «ver» al Hambre Acosadora cuatro o cinco veces al día solamente, comencé a percibirla, sin más, en lugar de temerla. No hay por qué ceder ante ella; basta con reconocer el hambre constante que proviene de los hábitos no saludables asentados y comprender que, con el ayuno, estamos trabajando para cambiarlos.
En la actualidad, cuando ayuno, visualizo que mi cuerpo elige quemar la grasa almacenada para producir energía. Incluso pongo una tirita en una parte grasa de mi cuerpo (un muslo, por ejemplo) y me recuerdo que, cuando ayuno, no me estoy privando de algo que necesito. Aunque tenga apetito, no estoy pasando hambre. ¡Solo me estoy dando un atracón con la grasa almacenada en mi muslo derecho, que he reservado para ese día! Puedes hacer lo mismo. Si tienes un exceso de grasa en el cuerpo, ¡ya tienes la energía que necesitas para hacer tu vida un día, tres días, una semana o más tiempo! No necesitas comer; es el Hambre Acosadora la que intenta engañarte para que pienses que sí necesitas llevarte algo a la boca.
Siete cosas que he aprendido
sobre el Hambre Acosadora
1 EL HAMBRE ES UN HÁBITO. El hambre suele aparecer, más o menos, a las horas en que solemos comer. Cuando reducimos la frecuencia de las ingestas, el hambre no tarda en desaparecer.
2 EL HAMBRE ES FLEXIBLE. Cuando empezamos a tomar mejores decisiones sobre aquello que nos metemos en la boca, el hambre disminuye con el tiempo.
3 EL HAMBRE DESAPARECERÁ. Si no comes cuando aparece el hambre, esta acabará por irse.
4 EL HAMBRE NO ES INANICIÓN. Puedes recurrir, y recurrirás, a los abundantes suministros de grasa extra que hay en tu cuerpo para sustentarte mientras ayunas.
5 EL HAMBRE TIENE DIFERENTES CAUSAS. Puede ser un mensaje del cerebro, del resto del cuerpo o de ambos.
6 EL HAMBRE NO SIEMPRE NECESITA SER ALIMENTADA. No hay por qué darle comida al Hambre Acosadora. Si la experimentamos, podemos darle agua u otros líquidos, o ignorarla por completo.
7 EL HAMBRE NO TIENE POR QUÉ SER UNA PALABRA QUE SE ESCRIBA CON MAYÚSCULA. Con unas prácticas mentales fuertes y unos nuevos hábitos, podemos transformar el Hambre Acosadora en hambre, sin más.
JASON FUNG
Probablemente, lo que más preocupa a la mayoría de las personas antes de emprender un régimen de ayuno intermitente es si tendrán hambre. La respuesta es que sí, pero esa hambre no será algo tan tremendo como la mayoría de esas personas creen. El hambre no es un problema si la gestionamos y tratamos de manera diferente a como hemos hecho en el pasado, y si pensamos en ella en otros términos. Tampoco hay que temerla. Entenderla puede ser determinante para superarla.
Hormonas y hambre
¿Por qué comemos? Porque tenemos hambre. ¿Qué es lo que hace que dejemos de sentir hambre? Ciertas hormonas que nos hacen sentir llenos. Se conocen como hormonas de la saciedad, y son muy potentes. El estómago también contiene los denominados receptores de estiramiento. Si el estómago se estira más allá de su capacidad, indicará saciedad y le transmitirá al cerebro que nos haga dejar de comer.
La gente suele imaginar que comemos por el solo hecho de que tenemos comida delante, como si fuésemos máquinas que tragan sin pensar. Esto está lejos de ser verdad. Imagina que acabas de tomar un bistec enorme, de más de medio kilo. Estaba tan delicioso que, aunque pensaste que no podrías terminarlo, lo hiciste. Ahora estás completamente lleno, y la sola idea de comer más te produce náuseas. Si alguien trajera otro bistec y te lo ofreciera gratis, ¿podrías comerlo? Difícilmente.
Nuestro cuerpo libera las hormonas de la saciedad para decirnos cuándo dejar de ingerir alimentos. Y una vez que entran en acción, es extremadamente difícil comer más. Es por eso por lo que hay restaurantes que ofrecen una comida gratis si el cliente puede comer un filete de más de mil cien gramos de una sentada. Créeme si te digo que no están regalando muchas comidas.
Las principales hormonas de la saciedad son el péptido YY, que responde principalmente a las proteínas, y la colecistoquinina, que responde a la grasa alimentaria sobre todo. Otra hormona asociada con el hambre es la grelina, que se denomina, apropiadamente, la hormona del hambre. Me ocuparé de ella dentro de un momento.
La razón por la que la mayoría de las personas tienen hambre todo el tiempo es que han sido condicionadas a creer que lo único que importa en lo que respecta a la pérdida de peso es consumir menos calorías de las que se gastan. Los gobiernos de todo el mundo occidental han promovido una dieta rica en carbohidratos, que son precisamente las sustancias que nos llevan a tener hambre. Piensa en ello. Imagina que te sientas a tomar un desayuno basado en carbohidratos y bajo en calorías consistente en dos rebanadas de pan blanco con mermelada. ¿Cómo afecta esta comida a la saciedad? Es cierto que no implicará una gran ingesta calórica, pero ¿mantendrá el hambre a raya? No. No contiene proteínas, que activarían la liberación del péptido YY. No contiene grasas, que desencadenarían la liberación de colecistoquinina. Y no es una comida abundante, por lo que tampoco se activarán los receptores de estiramiento estomacales. Los almidones que contiene esta comida (los almidones son cadenas de glucosa que, esencialmente, se incorporan al torrente sanguíneo) hacen subir el nivel de insulina. Nos quedamos con hambre porque no le hemos indicado al cuerpo que no tenga hambre. Y a las diez y media ya estamos buscando una magdalena baja en grasa que, una vez más, nos dejará hambrientos al mediodía. A la hora del almuerzo, 1 buscaremos un tazón grande de pasta y salsa bajas en grasa. En este punto, en lugar de comer tres comidas grandes, estamos en camino de tomar seis o siete comidas más pequeñas. A las dos y media 2 volvemos a tener hambre, por lo que tomamos una barrita de muesli baja en grasas. Para cenar comemos arroz, y después exploramos la nevera en busca de un refrigerio nocturno, ya que tenemos mucha hambre.
Pero si tomas beicon y huevos para desayunar, una comida rica en proteínas y grasas alimentarias, ¿quieres volver a comer a las diez y media? No.
El problema es mayor si estamos comiendo carbohidratos procesados y refinados, como hacen la mayoría de las СКАЧАТЬ