La historia de una buena mujer. Silvia Somaré
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Название: La historia de una buena mujer

Автор: Silvia Somaré

Издательство: Bookwire

Жанр: Философия

Серия: Los del camino

isbn: 9789877620634

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СКАЧАТЬ a su paso. Con la típica construcción fundacional española, contaba con la Plaza Central, el Cabildo, la Catedral, y un abanico de Iglesias que con sus campanas evidenciaban la fe del pueblo. Campanas de los dominicos, los franciscanos, los mercedarios, los jesuitas, órdenes religiosas masculinas de vida apostólica. Pero también tañen las de las carmelitas y dominicas, monjas de clausura que nacieron con la ciudad. Mediterránea, lejos del mar, buscando otros horizontes para su desarrollo. Aldea tironeada por la lucha política y amenazada por los malones y los salteadores.

      Como adelanté en el capítulo llamado La Historia, la distinción de las clases sociales estaba dada por el apellido, la instrucción, el rango militar, los cargos gubernamentales de los varones. En una época en donde recién se sancionaba la constitución y no había código civil, penal ni comercial, las leyes eran proporcionadas por la moral, la religión, las costumbres y los paradigmas sociales. La Iglesia tenía gran autoridad y sus registros de bautismos, defunciones y casamientos hacían las veces de registro civil. La población femenina se constituía en dos grandes grupos: las llamadas mujeres formadas por las mulatas, las esclavas, las prostitutas y las Señoras quienes, casadas o solteras, constituían un sector considerado superior asociado al apellido, el rol del marido, el abolengo, la fortuna.

      A nivel político, Córdoba fue bastión de las ideas federales antirrosistas poniendo reparo, ya desde la revolución de mayo, a las ideas de Buenos Aires. En el contexto religioso se aprendía el catecismo del padre Astete que en sus páginas presentaba a un Dios castigador y a un hombre malo por naturaleza. También fueron métodos de formación la Historia Sagrada y la labor relevante de los jesuitas con la educación, los Ejercicios Espirituales, las misiones y la dirección espiritual. Por la influencia que ejercían, fueron expulsados por Rosas entre 1848 y 1860. Su obra en este lapso se sostuvo por la tarea de los franciscanos, sacerdotes del clero y laicos. La situación política como en el resto del país, fue endeble y pendular hasta bien entrado el siglo. Las luchas entre caudillos y las ideas unitarias y federales dominaban la escena con una economía casera y dependiente del Puerto de Buenos Aires, que generaba diferencias sociales con pocos ricos y muchos pobres.

      Probablemente como respuesta de Dios a estos signos de los tiempos surgieron varios consagrados que hoy son venerados como ejemplo de entrega a Dios y al prójimo: José Gabriel Brochero, León Torres. Mamerto Esquiú, José María Bustamante, Reginaldo Toro, Tránsito Cabanillas y Catalina de María Rodríguez entre tantos.

      Esta es la mal llamada Docta del siglo XIX, en donde convergieron políticos y religiosos que la historia y la fe destacan con una naturaleza pródiga en belleza y fecundidad. Este es el escenario donde se desarrolla mayormente nuestra historia. Y algún cordobés seguramente dirá: “Humildemente, esto es Córdoba”.

      “Había una vez una vaca en la Quebrada de Humahuaca,

      porque era muy vieja, muy vieja, estaba sorda de una oreja,

      y a pesar de que ya era abuela un día quiso ir a la escuela”.

      (María Elena Walsh)

      El epígrafe del presente capítulo está tomado de la canción La vaca estudiosa, de la genial María Elena Walsh. Ella, con fina ironía, cuenta la historia de una vaca anciana que decide ir a la escuela y que, con dedicación, supera a sus compañeros humanos. La vaca representa al reino animal y, consecuentemente, con menor capacidad de razonamiento que sus camaradas. Pero la superficialidad de estos y del resto, hace que la situación se invierta y los que se tenían por sabios, terminen siendo “borricos”, símbolo no solo del analfabetismo sino, más bien, de una mente cerrada, pusilánime, apocada. Tristemente, la baguala de María Elena, termina con que la única sabia del lugar fue la vaca.

      Allí dice de Catalina:

      No tuvo otra instrucción que la rudimentaria que se daba en su época… leer, escribir, el Catecismo de la Doctrina Cristiana y el manejo de la aguja, tal era el programa de aquel tiempo y ella lo llenaba muy bien… Tampoco carecía la mujer de entonces de conocimientos sobre acontecimientos bíblicos… el padre o la madre de familia contaban a sus hijos y domésticos, reunidos en torno suyo, los ejemplos de nuestros padres en la fe; les hablaban de Dios. En la ciencia religiosa abundaba no dejaba qué desear su instrucción, podía ser maestra con el catecismo en una mano y el libro de los Ejercicios Espirituales en la otra… en suma, de instrucción tenía la necesaria y en la ciencia religiosa abundaba y podía ser maestra.

      La hermana Ana con una sola palabra, “rudimentario”, nos describe el estilo educativo de la mujer de entonces. Todo el programa consistía en saber leer y escribir y hacer operaciones básicas con los números. Formación que la tenían acceso las de ciudad y clase social destacada. El lugar era el propio hogar, no estaba en los planes una educación formal y sostenida como sí la formación en las tareas domésticas y la instrucción en la fe. En todos los casos, la familia era el canal por el que pasaban los saberes.

      Al leer los escritos de Catalina, se nota una gran cultura y riqueza de vocabulario en correspondencia con el protagonismo social, político y cultural de su familia. Palabras que contrastan con la deficiencia en la ortografía y gramática evidenciando la formación rudimentaria que hizo de ella una mujer que apenas sabía leer y escribir.

      La vaca humahuaqueña nos transmite la constante posibilidad de aprender y el peligro, también siempre presente, de creer saberlo todo desdeñando el desafío de superar lo que se sabe y discriminar a los que quieren saber

      Catalina, la analfabeta cordobesa, deja huellas y estructuras para que la formación de las mentes y particularmente del corazón, sean instrumentos de humanización y desarrollo de las personas, sin importar edades ni situaciones. СКАЧАТЬ