La historia de una buena mujer. Silvia Somaré
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Название: La historia de una buena mujer

Автор: Silvia Somaré

Издательство: Bookwire

Жанр: Философия

Серия: Los del camino

isbn: 9789877620634

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СКАЧАТЬ a sus cartas. En el presente abordaje por capítulos de la vida de esta mujer, seguramente encontraremos muchos motivos para alabar, también para agradecer y admirarnos. Es alguien que está cerca de nosotros en el tiempo, en el espacio y en su humana condición. Refleja lo que sentimos y alimenta la indispensable “memoria de elefante” que nunca debe fallarnos.

      1- Rodríguez, Catalina de María, Memorias. Datos para la historia de la Congregación de las Esclavas del Corazón de Jesús, El Atelier, Córdoba, 2000.

      2- Río, Manuel E., La Madre Catalina de María y la Fundación de las Esclavas del Corazón de Jesús, Dir. Gral. de Publicaciones, U.N.C., 1968, 18.

      3- Río, Manuel E., La Madre Catalina de María y la Fundación de las Esclavas del Corazón de Jesús, 18.

      4- Memorias, 19.

      “Cuenta esa vieja historia

      que a pesar de todo algunas cosas quedan

      Los momentos vividos recuerdos que van a quedar

       en lo profundo del alma.

      Nada puede hacerte olvidar

       que anduvimos el mismo camino.

      No te compliques más, siempre hay una razón

      Tratar de revivir, tratar de estar mejor.”

      (Diego Torres)

      El presente capítulo tiene la finalidad de presentar de un modo general a Catalina de María Rodríguez para así contextualizar mejor su vida, su ser y su hacer que se verán en el resto del libro. La historia de esta mujer es un mosaico que nos incluye a todos en “un mismo camino” y nos dejarán “recuerdos en lo profundo del alma”.

      Nuestra protagonista vivió en la Córdoba del siglo XIX. Nació como Josefa Saturnina Rodríguez y murió como Catalina de María, esclava del Corazón de Jesús. Este nuevo nombre lo tomó a instancias del padre David Luque y la identificó en su vida consagrada.

      Luego de esta introducción, aclaro que de ahora en más la llamaremos Catalina, sin considerar la época de la vida a la que nos refiramos. El plan de Dios para su vida, la búsqueda por su parte de ese plan de Dios, el entrecruzamiento de su biografía con otras y con la historia y el contexto del país en ese momento darán cuerpo a esta Historia. Historia de Amor del Corazón de Jesús.

      Catalina nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1823 y falleció en la misma ciudad el 5 de abril de 1896. Vive en una época de inestabilidad política, de malones, de luchas entre unitarios y federales, con una universidad prestigiosa y una sociedad y una Iglesia marcadas por el protagonismo masculino; la mujer, en cambio tenía un rol familiar, doméstico y pasivo puertas adentro. Solo había monasterios femeninos de clausura, no existiendo a Argentina, fiel al paradigma del ocultamiento femenino, congregaciones religiosas de vida apostólica. Ella perteneció a una distinguida familia comprometida con la política y con la fe. Huérfana de padres desde muy pequeña, la criaron sus tías abuelas a través de quienes bebió la espiritualidad jesuita ya que, con otros laicos, sostenían la obra de los Ejercicios Espirituales en ausencia de ellos, al ser expulsados de América y a su regreso, por Juan Manuel de Rosas.

      Pasó el tiempo, se dedicó a ayudar la obra de los Ejercicios Espirituales y a los 29 años se casó con el Coronel Manuel Zavalía, un viudo que tenía dos hijos. Con él tuvo una hija que se le murió al nacer. En 1865, trece años después, enviuda y renace con fuerza su primera vocación. Según ella misma lo cuenta en sus memorias:

      A este momento Catalina le llama “inspiración”. Le preocupa que ediliciamente a Córdoba le hiciera falta una Casa de Ejercicios y para eso piensa en su terreno. Pero lo que la conmueve y la saca de ella misma es la situación precaria en que vivían las mujeres de la época; piensa para ellas un plan de vida, plan en el que involucra su propia vida. Es importante destacar que en la época se las llamaba “mujeres” a las prostitutas, esclavas, mulatas y se las identificaba como “señoras” (casadas o no) a las mujeres que por apellido, esposo o posición económica, eran reconocidas socialmente. Catalina, señora de la época, invierte este paradigma. Le preocupa la suerte de las mujeres que tienen esa vida indigna no por opción sino por necesidad y propone que las señoras sean instrumentos de Dios para que esas mujeres salgan de la situación que no han elegido, catequizándolas, enseñándoles a trabajar, viviendo con ellas.

      Debieron pasar siete años de trabajosas pruebas, contratiempos, calumnias, soledades y la epidemia del cólera para que se hiciera realidad lo que ella llamó su “Sueño Dorado”. A los 17 años quiso ser religiosa y en 1872, a los 49 años, funda la primera congregación religiosa de vida apostólica de la Argentina, como ella decía, lo más parecidas a los jesuitas, con la centralidad en el sagrado Corazón y el carisma del amor y la reparación.

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