Название: El ministerio de las publicaciones
Автор: Elena G. de White
Издательство: Bookwire
Жанр: Религиозные тексты
Серия: Biblioteca del hogar cristiano
isbn: 9789877981087
isbn:
Las instituciones ya establecidas tienen el privilegio, aún más, el deber, de tomar parte en esta obra. Estas instituciones han sido fundadas por la abnegación y las privaciones de los hijos de Dios y el trabajo desinteresado de los siervos del Señor. Dios desea que el mismo espíritu de sacrificio caracterice estas instituciones, y que ellas a su vez contribuyan al establecimiento de nuevos centros en otros campos.
Una misma ley rige las instituciones y a los individuos. Ellas no deben concentrarse en sí mismas. A medida que una institución se vuelva estable y desarrolle su fuerza e influencia, no debe tratar constantemente de asegurarse nuevas y mejores instalaciones. Para cada institución, como para cada individuo, es un hecho que recibimos para poder impartir. Dios nos da para que podamos dar. En cuanto una institución alcance un grado suficiente de desarrollo, debe esforzarse por acudir en auxilio de otras instituciones de Dios que tienen mayores necesidades...
El Señor retraerá sus bendiciones de cualquier ramo de su obra donde se manifiesten intereses egoístas; pero en el mundo entero dará anchura a su pueblo si éste aprovecha sus beneficios para elevar a la humanidad. Si aceptamos de todo corazón el principio divino de la benevolencia, si consentimos en obedecer en todo a las indicaciones del Espíritu Santo, tendremos la experiencia de los tiempos apostólicos.
Entrenamiento para el servicio misionero.–Nuestras instituciones deben ser agencias misioneras en el sentido más completo de la palabra, y el verdadero trabajo misionero empieza siempre por los más cercanos. Hay trabajo misionero que realizar en cada institución. Desde el director hasta el más humilde obrero, todos deben sentir su responsabilidad para con los inconversos que haya en su medio. Deben poner por obra los esfuerzos más celosos para traerlos al Señor. Como resultado de tales esfuerzos, muchos serán ganados y llegarán a ser fieles y leales en el servicio a Dios.
A medida que nuestras casas editoras tomen a pecho la obra en los campos misioneros, verán la necesidad de proveer una educación más amplia y completa a sus obreros. Comprenderán el valor de las ventajas que poseen para realizar esta tarea, y sentirán la necesidad de formar obreros capacitados no sólo para mejorar las condiciones de trabajo en sus propios talleres, sino también para ofrecer ayuda eficaz a las instituciones fundadas en campos nuevos.
Dios desea que nuestras casas editoras sean buenas escuelas, tanto para la instrucción industrial y comercial como en las cosas espirituales. Los directores y obreros deben recordar constantemente que Dios exige la perfección en todos los que se relacionan con su servicio. Comprendan esto todos los que entran en nuestras instituciones para recibir instrucción. Den a todos ocasión de adquirir la mayor eficiencia posible y de familiarizarse con diferentes ramos de trabajo. De esta manera, si son llamados a otros campos, tendrán una preparación completa para llevar varias responsabilidades.
Los aprendices deben formarse de tal manera que después de haber pasado en la institución el tiempo necesario, puedan desempeñar inteligentemente en otra institución los diferentes trabajos de imprenta, dar impulso a la causa de Dios por el empleo juicioso de sus energías y comunicar a otros los conocimientos recibidos.
Todos los obreros deben comprender que no sólo han de prepararse para los ramos comerciales, sino también para llevar responsabilidades espirituales. Comprenda cada obrero la importancia que tiene la comunión personal con el Señor, la experiencia personal de su potencia para salvar. Sean todos ellos educados como lo eran los jóvenes que frecuentaban las escuelas de los profetas. Sea su mente amoldada por Dios mediante los recursos que él mismo proveyó. Todos deben ser instruidos en las cosas de la Biblia; deben estar arraigados y fundados en los principios de la verdad, con el fin de permanecer en el camino del Señor para obrar en él con justicia y discernimiento.
Realícense todos los esfuerzos posibles para despertar y estimular el espíritu misionero. Es necesario que los obreros tengan un sentido del alto privilegio que Dios les concede de ayudarlos en esta última obra de salvación. Aprenda cada uno a trabajar para salvar a sus semejantes donde se encuentre; aprendan todos a buscar en la Palabra de Dios instrucción en todos los ramos del esfuerzo misionero. Entonces, a medida que la Palabra de Dios les sea comunicada, proporcionará a su mente sugerencias para trabajar de modo que obtengan para el Señor los mejores frutos de todas las partes de su viña (JT 3:146-149).
Instituciones misioneras con espíritu misionero.–En la providencia de Dios tenemos instituciones establecidas entre nosotros para promover la promulgación de la verdad, pero no alcanzan el grado de eficiencia que podrían obtener si los obreros fueran enteramente consagrados a Dios...
Estos instrumentos son instituciones misioneras. El Señor desea que sean una potencia en favor del bien; y si todos los que están conectados con ellas son consagrados, si son mansos y humildes de corazón, Cristo les dará lecciones muy valiosas en su escuela. Nuestras СКАЧАТЬ