Название: El ministerio de las publicaciones
Автор: Elena G. de White
Издательство: Bookwire
Жанр: Религиозные тексты
Серия: Biblioteca del hogar cristiano
isbn: 9789877981087
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Los hermanos de Escandinavia informaron que la venta de publicaciones en sus asociaciones durante el año fiscal anterior había alcanzado la suma de 1.033 dólares. Los delegados de Gran Bretaña informaron que las ventas habían sido de 550 dólares. La oficina de Basilea había recibido 1.010 dólares por sus periódicos en alemán y francés.
Los colportores que trabajaban en la Europa católica pasaron mucho tiempo relatando sus incidentes y refiriendo ante el concilio las causas por las cuales nuestras publicaciones no podían venderse en Europa con los mismos planes que se usaban con mucho éxito en Estados Unidos; e instaban a que al colportor se le diera un sueldo, como lo hacían las sociedades evangélicas importantes que operaban en países católicos.
Durante los diecinueve días de duración de la conferencia y el concilio, la Hna. White escuchó con atención los informes presentados mayormente en inglés. Pronunció palabras de ánimo y alegría en las reuniones administrativas, y en las reuniones que se hacían temprano en la mañana dio una serie de discursos instructivos sobre temas como el amor y la tolerancia entre los hermanos; el valor y la perseverancia en el ministerio; y cómo trabajar en nuevos países. Al dirigirse a los obreros misioneros les dijo:
“En los momentos de incertidumbre, recuerden hermanos, que Dios tiene todavía sus ángeles. Pueden hacer frente a la oposición; sí, aun a la persecución. Pero si se mantienen leales a los principios, encontrarán, como lo hizo Daniel, una pronta ayuda y un libertador en el Dios a quien sirven. Ahora es el tiempo de cultivar la integridad de carácter. La Biblia está llena de preciosas promesas para los que aman y temen a Dios.
“A todos los que están empeñados en la obra misionera quiero decirles: Refúgiense en Jesús. No permitan que nada del yo aparezca en todas sus labores, sino que se vea solamente a Cristo. Cuando la obra sea difícil, y se desanimen y estén tentados a abandonarla, tomen su Biblia, doblen sus rodillas delante de Dios y digan: ‘He aquí, Señor, tu Palabra que lo ha prometido’. Echen su peso sobre las promesas del Señor, y cada una de ellas se cumplirá”.
Cuando los informes desanimadores de los colportores habían alcanzado su punto culminante, ella instó a los obreros a que, frente a todas estas dificultades, tuvieran fe en que el éxito coronaría sus labores. Repetidamente aseguró a los descorazonados colportores lo que se le había mostrado sobre los libros: que podían venderse en Europa en forma tal que los obreros pudieran sostenerse y producir suficientes entradas a la casa editora para hacer posible la publicación de más libros (NB 312-314).
Difusión de la luz en Europa.–Permitan que las publicaciones, las revistas y los folletos hagan su obra entre la gente, preparando las mentes de la clase lectora para la predicación de la verdad. No escatimen esfuerzos en este sentido, y la obra, si comienza sabiamente y prosigue en la misma forma, tendrá éxito. Pero sean humildes y estén dispuestos a ser enseñados, si quieren enseñar a otros y guiarlos en el camino de la verdad y la justicia...
Se ha encomendado una gran obra a los que presentan la verdad en Europa... Allí están Francia y Alemania, con grandes ciudades y enormes poblaciones. También se encuentran Italia, España y Portugal, después de tantos siglos de tinieblas... abiertos a la Palabra de Dios, abiertos para recibir el último mensaje de amonestación al mundo.14 Holanda, Austria, Rumania, Turquía, Grecia y Rusia son el hogar de millones y millones, cuyas almas son tan preciosas a la vista de Dios como las nuestras, y que no saben nada de las verdades especiales para este tiempo.
Ya se ha hecho una buena obra de estos países. Existen personas que han recibido la verdad, esparcidas como portadores de luz en casi cada país... ¡Pero cuán poco se ha hecho en comparación con la gran obra que tenemos por delante! Los ángeles de Dios están conmoviendo las mentes del pueblo, y preparándolas para recibir la amonestación. Se necesitan misioneros en los campos donde hasta hoy apenas ha empezado la tarea. Nuevos campos están abriéndose constantemente. La verdad debe ser traducida a diferentes lenguas, para que todas las naciones disfruten de sus influencias puras y vivificantes...
Los colportores están teniendo un éxito animador en la venta de nuestros libros. Así la luz se está llevando a la gente, en tanto que el colportor –que en muchos casos es alguien que ha perdido su empleo por aceptar la verdad– puede sostenerse con su trabajo. Además, las ventas son una ayuda para la oficina de Publicaciones. En los días de la Reforma, monjes que habían abandonado los conventos, y que no tenían ningún otro medio de sostén, viajaban por el país vendiendo las obras de Lutero, que circularon así rápidamente por toda Europa. La obra del colportaje fue uno de los medios más eficaces para esparcir la luz entonces, y así resultará también hoy (NB 334, 335).
Hay que publicar libros en diversos idiomas.–Debe hacerse un esfuerzo mucho mayor para extender la circulación de nuestras publicaciones en todas partes del mundo. La amonestación debe darse en todos los países y a todos los pueblos. Nuestros libros se han de traducir y publicar en muchos idiomas diferentes. Debemos multiplicar las publicaciones de nuestra fe en inglés, alemán, francés, danés, noruego, sueco, castellano, italiano, portugués, y muchos otros idiomas, y personas de todas las nacionalidades deben ser iluminadas y educadas, con el fin de que puedan participar también en la obra.
Hagan nuestras casas editoras todo lo que esté a su alcance para difundir en el mundo la luz del cielo. De toda manera posible, llamen la atención de la gente de toda nación y lengua a las cosas que dirigirán su espíritu hacia el Libro de los libros (JT 3:160).
El doble y el triple.–La rama de las publicaciones de nuestra causa tiene СКАЧАТЬ