Morsamor. Juan Valera
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Morsamor - Juan Valera страница 8

Название: Morsamor

Автор: Juan Valera

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 4057664154743

isbn:

СКАЧАТЬ puedo yo valerte. Acudiré a una comparación a fin de que mejor lo entiendas. Figúrate que la historia de nuestro linaje es como drama maravilloso, compuesto por un divino poeta, el cual ni consiente ni puede consentir que se altere, ni se cambie ni una sílaba, ni un tilde de lo que ha compuesto. El drama ha de representarse sin modificación, sin supresión y sin añadidura: tal como lo escribió el poeta: pero tal vez el sabio empresario, tal vez el director de escena pueda repartir a su gusto los papeles. La sabiduría eterna, que todo lo prevé, previó también esta repartición, pero no la dispuso. Dejó que la libertad humana la dispusiera. Ahora bien, yo creo, o mejor dicho, yo doy por seguro que, en virtud de mi ciencia y por los poderes que mi ciencia me otorga, puedo conceder o dar un papel brillante a quien mejor me parezca, aunque no ciegamente, sino después de ciertas pruebas y examen que justifiquen mi elección y que me demuestren a las claras ser digno de ella el elegido. Las pruebas son terribles. ¿Querrás tú, podrás tú someterte a esas pruebas?

      En el rostro de Fray Miguel, al escuchar con atención el anterior discurso, se pintaban muy diversos sentimientos que ya se sucedían, ya coexistían, combatiendo unos contra otros por la posesión de su alma. Interrogado por el Padre Ambrosio, le contestó de esta manera:

      —Me deleita y me pasma lo que dices, pero he de confesarte que entiendo algo de ello de un modo confuso, que hay algo que no entiendo de ningún modo, y que sin dudar de tu buena fe, dudo del poder de tu ciencia y recelo que el amor propio te lleve a dilatar fantásticamente sus límites mucho más allá de donde en realidad llega su imperio. No negaré yo que tú has leído en mi alma como en un libro abierto y sabes cuanto en ella hay. No admiro, sin embargo, tu penetración. Antes de que años ha te fueses a Roma, ganaste mi confianza y lograste que te descubriera yo entonces parte de las pasiones que me agitaban. No lo has olvidado. Después ha sido fácil y es poco pasmoso, aunque yo nada te he dicho, que hayas adivinado que mi mal, en vez de remediarse, ha ido en aumento. De lo que yo dudo ahora es de que esté en tu mano dar a mi mal remedio. Ni mi mal le tiene ni tú se le buscas ya por medio de la religión. Lo repugna mi espíritu cada vez más pervertido y agriado. Cuando abandoné el siglo y el mundo y vine a refugiarme en el claustro, me impulsaban y halagaban ambiciosas esperanzas que también al fin se han desvanecido. En la tierra no había logrado yo, o por caprichos de la adversa fortuna, o por mengua de mi entendimiento, o de mi voluntad, elevarme entre los demás hombres por fama, poder o riqueza, pero confiaba en que con las energías de mi anhelo podría yo conquistar el reino de Dios y alcanzar en él bienes superiores a todo el poder que en la tierra despliegan los hombres, a toda la riqueza de que gozan y a toda la fama y crédito que conceden. En el día de hoy estoy ya desesperado. Reconozco que todo fue vana ilusión de mi orgullo. Ignoro si es culpa mía o de mis hados adversos. Bien puede ser que mi entendimiento carezca de alas para elevarse a ciertas alturas, que no haya impulso en él para penetrar en el abismo de lo sobrenatural, ni que mi alma acierte a hundirse en él valerosamente por un arranque de abnegación y por la irresistible fuerza del amor divino. Ello es que yo, y perdóneme Dios el concepto grosero que formo de su reino, ello es, repito, que aun suponiendo que, acrisolado y purificado por mil tormentos, que hacen un purgatorio de mi vida, logre entrar en el cielo, haré en él tan insignificante, vil y desairado papel como el que en la tierra he hecho. ¿Qué seré yo al lado de los santos gloriosos, de los heroicos mártires, de los que asombraron al mundo con sus penitencias, de los que difundieron por cuantos son sus climas y, regiones la hermosa doctrina del Cordero inmaculado? En el cielo, pues, será delirio de mi imaginación perversa, pero aun cuando yo me ponga, me pongo entre la más baja plebe. Y mi envidia, y mis celos, y mi rabia, en intensidad y en duración, toman las colosales proporciones de la vida eterna, y me burlan y me convierten el cielo en infierno. A extremo tan horrible ha venido a parar mi fe religiosa, que hasta imaginándome salvado, soy precito. Mi ser íntimo está formado de suerte, que nunca en mi sentir, ni en otra vida mejor, como nunca no atine yo a ganarlas en esta, podrá hallar satisfacción, paz y ventura. El desengaño amargo, el conocimiento de mi impotencia, el recuerdo ponzoñoso de mis derrotas, subirán conmigo a la gloria, aunque yo suba a la gloria, y me la trocarán en espantoso infierno. Sí, Padre, el infierno está en mi alma; en lo más profundo de ella he querido esconderle, pero no he podido engañar a Dios; Dios lo ha visto y no me llevará a su cielo cuando el infierno está en mí. Yo me explico la abnegación, yo me siento capaz de todo sacrificio, yo desdeñaría honras, poder y deleites, y lo dejaría todo, y haría vida penitente y me abrasaría entonces en amor divino; pero necesito antes tener esas honras, alcanzar ese poder, tener en mi mano cuantos deleites y venturas hay en la tierra, para poder luego desdeñarlos y sacrificarlos. Pero no teniéndolos ¿qué desdeño ni qué sacrifico? Yo me he metido fraile creyendo que no servía sino para fraile. Luego he descubierto con horror y asco de mí mismo que ni para fraile sirvo. Ahora quisiera yo desgarrar y tirar mis hábitos, volver al mundo y acometer y llevar a cabo empresas tales que justificasen mi ambición, que la justificasen a mis propios ojos y que anonadasen el desprecio con que a mí mismo me miro y con que al mirame me mato, pero con muerte que no tiene fin y cuya horrible eternidad está en mi conciencia.

      —Singular extravío de tu espíritu—interpuso con calma el Padre Ambrosio—fue el que te trajo al claustro, confundiendo y tomando el despecho por verdadera y santa vocación. Pero tú eres tan valiente como ambicioso, si nada te asusta ni te arredra, yo podré, no remediar tu mal, pero ponerte en situación de que tú mismo le remedies, de que satisfagas tus ambiciosos propósitos, de que apartes de ti la duda que puedes o de que no puedes, y de que realices los esfuerzos de tu voluntad, haciéndolos fecundos. Mi ciencia, por ti, puede hacer un milagro. Te advierto, no obstante, que no puede hacerle ni le hará mi ciencia sin tu auxilio. En la producción del milagro, por tanto o por más que mi ciencia han de entrar y han de ser parte tu fe, tu plena confianza en mí, tu firme decisión y tu brío. He de poner a prueba tu valor. Veremos si desfalleces.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4AAQSkZJRgABAQAAAQABAAD/2wBDAAMCAgMCAgMDAwMEAwMEBQgFBQQEBQoHBwYIDAoMDAsK CwsNDhIQDQ4RDgsLEBYQERMUFRUVDA8XGBYUGBIUFRT/2wBDAQMEBAUEBQkFBQkUDQsNFBQUFBQU FBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBT/wAARCAWgA4QDASIA AhEBAxEB/8QAHgAAAQUBAQEBAQAAAAAAAAAAAAECAwQFBggJBwr/xABeEAABAwMDAgQDBQUGAQcH AhcBAgMEAAURBhIhEzEHFEFRFSJhCCMycYEJFkJSkTOhscHR8BckNGJylNLhJTVDVYKSorPxN0Vz dHUYU2ODk6MZJjiywieVtOI2VmT/xAAZAQEBAQEBAQAAAAAAAAAAAAAAAQIDBAX/xAA0EQEAAgIB AwMCBQMDBQEBAQAAAREhMQISQWEiUXEDMhNCgaGxBGKRFFJyIzOy4fDRksH/2gAMAwEAAhEDEQA/ APxSE7JcD3mWEMlLhS3sXu3I9FH2P0p0xbzUR5cdsPPpQS22pW0KV6DPpUqs7TjvjjNVbWiaiEgX Bxp2Vk7lMjCTzxgflX2vD5iaGp52KyuQ2GX1IBcbSrISr1GfWoLk/NYMbycZEjc6Eu717diPVQ9z 9KddETVwli3uNNSsjap4EpxnnIH0q0kEgZPOOaeAVT6034t0vLt/D+luEjf82/P4dvtiklNz1XKI qO6yiEnd5hC05Wr22n0q7RNCqdufmP8AmfORkRtjyktbF7t6PRR9qIyJ4uUtT7rKoJCfLoQkhaT/ ABbjVxWdp24CscZ7ZoiGY481EeXGaD8hKCW21K2hSscDPpSw1vOxGVyGwy+pALjaVbglWORn1qG0 onNwUJuLjLsvJ3KYSUpxnjg/Si6onLgrFucZal5G1T6SU4zzwPpTyvgy5vzWDG8nGRJ3vJS7vXt2 I9VD3q4aUA7RuI3Y5x2zVGU3cDcoimHWUwQFeYQtJK1fy7TRYJ153xno+Wb+HdHd5jf82/P4dtXq KoQ2rgm4zVyXmVwlbfLNtpwpIxzuNNKW2PznxJM6M3G2uqSyEL3bkeij7Gprg7IZgvuRWg/JSglt pRwFK9Bmp1ZKTtICscZ7ZqnZ0T24CE3Nxl2Zk7lMDCcZ4/uqeElJbnZD0FhyWyI8lSAXGknISr1G agu8m4RvK+QiIlb3gl7evbsR6qFLekXBy3rTa3GWphI2qfGUgZ5/uq6jdsTvIK8DcR2z608J5OrP Em4fH
СКАЧАТЬ