Aproximaciones a la filosofía política de la ciencia. Отсутствует
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СКАЧАТЬ en red, conceptos que solamente se pueden poseer en la medida en que se concede al conocimiento de los otros una forma fuerte de autoridad y comprensión. Las varias contrapartes en la discusión deberían conceder legítimamente que la conversación debe hacer uso de tales conceptos, y que por consiguiente ha de llevarse a cabo bajo las constricciones de una comprensión limitada, sin que por ello quede afectado el núcleo principal de las intenciones comunicativas. Se trata de encontrar una forma de discusión que en su propio desarrollo entrecruce el conocimiento experto con la discusión abierta de los valores compartidos por todos, de un lado, en tanto que ciudadanos, de otro, en tanto que una comunidad epistémica que es capaz de asumir colectivamente sus proyectos y compromisos.

      Las condiciones de posibilidad de una esfera pública en la que se someta a reflexión colectiva nuestros proyectos epistémicos y técnicos se traducen así en las condiciones de posibilidad de una esfera pública en la que se reflexione sobre una distribución justa de las capacidades cognitivas y técnicas. Así, al introducir la constricción de la justicia no estamos eliminando las heterogeneidades ni las desigualdades, del mismo modo que una teoría de la justicia no las elimina por sí misma, pero las somete a condiciones de legitimidad. La esfera pública es un ámbito intermedio entre las instituciones de poder y la sociedad civil. En las condiciones que proponemos en este trabajo, el examen de la ciencia y la tecnología supondría una esfera poblada de agentes heterogéneos en lo que respecta a su conocimiento y capacidades. De entre ellos es importante examinar el grado de legitimidad que tendrían quienes, precisamente por su grado de conocimiento, tienen una capacidad formadora de opinión pública y no son participantes "igualitarios" al menos en una primera instancia.

      Entendemos por capacidades "capacidades para funcionar", es decir, la relación robusta (aunque no exenta de fragilidad) entre una decisión motivada y la transformación en la realidad que hace que se alcance el objetivo o cumpla el deseo. Las capacidades de una persona, de una comunidad, de una sociedad, hablan del grado de control que tiene sobre su propia existencia. La estructura de capacidades no es marginal a la axiología y a la moral. Por una parte está el principio de que "deber implica poder" de donde se deriva que las capacidades conforman una trama sobre la que adquiere sentido humano (y no meramente verbal) la discusión sobre valores o alternativas morales. Pero en la medida en que establecen el grado de control sobre la propia existencia, establecen también la calidad de la libertad de esa persona o grupo, y en esa misma medida se relacionan estrechamente con el grado de justicia que existe en ese particular contexto social. Ya nos hemos referido en lo que respecta a la conexión de la justicia y el conocimiento experto, al concepto de justicia como libertad, y ésta como capacitación. No es la única dimensión de la justicia, claro, pues sería una locura dejar de lado los derechos. Pero sí podemos aceptar, sin calar demasiado profundo en la discusión política, que no hay libertad ni justicia sin un ámbito de control sobre la realidad (el propio cuerpo, la propia existencia, etcétera). Los derechos presuponen ontológicamente las capacidades en algún grado importante.

      La modificación de las capacidades sociales y personales es una condición de validez del sistema de investigación científico-tecnológico en un sentido constitutivo, es decir, en el sentido de que eso es lo que al final hace el sistema y por eso lo preservamos y consideramos valioso, porque proporciona una forma de conexión con nuestra idea de bien, de justicia y libertad en particular. Pero esta dimensión objetiva no es suficiente: nos interesa que estas cosas se hagan de una determinada forma. En particular deseamos que el ejercicio de estas capacidades sea un fruto reflexivo de un sujeto que adopta responsablemente las decisiones que considera básicas. En el terreno científico y tecnológico, el final de la investigación consiste siempre en un tipo particular de acto: en el caso de la ciencia el acto es la aserción o afirmación de un enunciado, convirtiéndose entonces en una creencia o proposición, en un juicio en terminología tradicional. En la tecnología, el final del proceso es un diseño, que es el enunciado de un plan, una aserción práctica que determina un curso de acción posible. El salto que existe entre la mera información y la actividad, de un lado, y el conocimiento y la técnica, del otro, se establece por estos pasos que llamamos afirmación o proyecto. Obsérvese que no se trata solamente de una consideración puramente filosófica sino de una práctica sancionada socialmente en la ciencia y la tecnología: no hay un acto comunicativo en ciencia y tecnología sin la firma a pie de página o proyecto de los autores respectivos.

      Los sociólogos pueden creer que la firma es algo así como los signos que hacían los canteros en las catedrales medievales, una convención para recibir luego la recompensa en función del trabajo realizado. Pero sería una actitud menguada el pensar que esa es la única función. Por el contrario, el papel esencial de la firma es la asunción de la responsabilidad de la afirmación. Quien firma el trabajo se hace responsable de los contenidos: es el momento en el que una información pasa a ser una afirmación que tiene pretensiones de verdad (o de eficiencia en el caso de un diseño técnico). Por eso los artículos científicos y los proyectos tienen una sección final importantísima de deliberación o discusión en la que se hace un balance de las pretensiones de verdad del trabajo.

      Ningún científico afirmará de modo irrestricto una hipótesis. Si se observa el estilo científico, siempre se parte de una literatura existente que delimita el estatus de un problema y se avanza hacia una conclusión sobre lo conseguido. Otros, los pares y jueces, examinan estas pretensiones y le dan paso como una afirmación plausible y dan un certificado de confianza al artículo. En la tecnología es más complicado, puesto que el diseño pasa a estadios nuevos de simulación y prototipo para comprobar las propiedades y, en último caso, a la fase pública de patente, que ejerce un control similar al de los pares.

      Este conjunto de acciones tiene componentes de racionalidad práctica que no han sido notados en la literatura de los estudios sobre la ciencia y la tecnología. La afirmación tiene un carácter preformativo que crea lazos de responsabilidad, puesto que el autor declara mediante la firma su compromiso con la afirmación y se pone a sí mismo y a sus propias capacidades como garante de la afirmación. La ciencia y, en parte, la tecnología, son sobre todo una inmensa red de relaciones de confianza basadas en la credibilidad de los autores, en estos actos de compromiso con el contenido de lo que se afirma. No es casual pues que el escepticismo acompañe de forma tan cercana a la confianza y credibilidad, puesto que lo que está en juego son las propias capacidades de los autores.

      Lo que importa con este proceso es el tipo de lazo social que crean las afirmaciones y proyectos en ciencia y tecnología: crean responsabilidades en los autores y derechos de réplica y petición en los lectores y oyentes. No se ha notado esta función social, política y jurídica de la ciencia y la tecnología por los sesgos de muchos de los estudios culturales hacia la crítica del sistema sin explicar su funcionamiento. Pero en las sociedades democráticas, el sistema de responsabilidades es, o debería ser, el sistema fundamental que articulase el buen gobierno republicano. La responsabilidad del juicio en la teoría y en el diseño es una responsabilidad que alcanza a aquello de lo que el autor se hace responsable, a aquello que afirma o proyecta. Con eso no quedan cubiertas todas las esferas de responsabilidad (y de racionalidad) puesto que los seres humanos son frágiles en sus capacidades cognitivas y prácticas y no alcanzan a derivar todas las consecuencias posibles de una afirmación teórica y práctica y mucho menos de un proyecto práctico (por eso la ciencia no termina en el acto de la publicación: si el artículo es considerado relevante se somete al escrutinio de la discusión y elaboración de nuevas consecuencias СКАЧАТЬ