Название: Aproximaciones a la filosofÃa polÃtica de la ciencia
Автор: ОтÑутÑтвует
Издательство: Bookwire
Жанр: Зарубежная прикладная и научно-популярная литература
isbn: 9786070252570
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Ciertas demandas que son políticas en el sentido de servir sólo al interés primario de un partido son ilegítimas. La exclusión de otras materias reconocidas universalmente de investigación y enseñanza o la intrusión de creencias políticas y gubernamentales en la sustancia del trabajo intelectual o la influencia de los gobiernos en el nombramiento del personal de enseñanza e investigación sobre bases políticas, raciales o ideológicas son también ilegítimas. También es ilegítimo que las demandas de científicos y académicos tengan que estar de acuerdo con las políticas de su gobierno o de lo contrario sean excluidas o degradadas. Es la intención de Minerva afirmar la concepción tradicional de la autonomía de la vida intelectual, y más específicamente de la libertad académica y negar la validez de las afirmaciones ni sirve a la enseñanza ni al bien común. Reconoce al mismo tiempo que esta concepción tradicional, por más que sea válida como principio, requiere una formulación que haga justicia a las nuevas variopintas relaciones entre el gobierno de un lado y la ciencia, la academia y la educación superior del otro. 12
Está claro que este aggiornamiento que persigue Minerva es parte de una política abierta de oposición a todo lo que signifique alguna ideologización de la ciencia o de su trabajo. A este respecto es muy ilustrativa la lista, no muy larga, del Consejo Editorial. Junto a científicos como Robert Oppenheimer, 13 Abdus Salam o Sir John Eccles, aparece un grupo de historiadores y filósofos que no resisto relatar: Gerald Holton, Thomas S. Kuhn, Charles Snow, John M. Ziman, y, claro, el inspirador de la revista, Michael Polanyi. Es en ese número precisamente en el que aparece el artículo que resume la posición que representa paradigmáticamente el segundo modelo de ciencia ordenada en una sociedad ordenada, "The Republic of Science: Its Political and Economic Theory".14
El objetivo de la epistemología política de Polanyi es el mismo que el que expresa la editorial de Minerva, defender la autonomía de la ciencia contra las intrusiones ideológicas. Fue una posición política que Polanyi tuvo desde que en 1930 fue nombrado catedrático de Química Física de la Universidad de Manchester, cuando comenzaron a llegar noticias sobre cómo los especialistas en genética, o quienes se oponían a Lysenko, eran expulsados o enviados a los gulags. En realidad Polanyi se oponía a la penetración de las ideas de planificación social de la ciencia originadas en el marxismo. Lo más interesante es que deriva su posición política de una posición epistemológica que conocemos bien por ser una parte del núcleo duro del kuhnianismo: el carácter tácito y el compromiso personal como elementos esenciales de la profesión científica.
El carácter tácito de la ciencia, que se opone a su carácter público en un sentido de objetividad proposicional lingüística, deriva esencialmente de tres elementos. El primero es el carácter de destreza o conocimiento operacional práctico que tiene el conocimiento científico, un conocimiento que no es capturado en lo esencial por la expresión lingüística de una regla de operación o comportamiento. El segundo elemento es el carácter imitativo, de relación personal directa, en la enseñanza de la ciencia. El tercer elemento es la importancia determinante de un tipo particular de emociones intelectuales que constituyen el principal componente de un compromiso personal con la empresa científica. 15
La ciencia es, así, en términos de Polanyi, una particular mezcla de tradición y novedad ordenada en torno a relaciones de autoridad que tienen su base en el reconocimiento de las destrezas, así como en las pasiones internas, en la búsqueda de hechos de "interés" científico relevante, algo que no podría ser determinado sin la emoción que despiertan ciertas informaciones en el seno de una comunidad, o en la prosecución de ciertos patrones heurísticos, o, finalmente, en la evaluación de teorías atendiendo a sentimientos de elegancia y belleza solamente comprensibles en el marco de una comunidad particular. Las pasiones tendrían tres funciones en la dinámica de las teorías: una función selectiva de los hechos, una función heurística en la determinación de su significación y, por último, una función persuasiva en la elección de teorías. Los investigadores se reconocen entre sí mediante una forma de socialidad que Polanyi llama "convivencialidad", que involucra lazos cognitivos y no cognitivos, un sentimiento de encontrarse en casa cuando un investigador se encuentra en el marco de un evento científico, que es paralelo al sentimiento de extrañeza que tiene cuando se encuentra en ambientes políticos, ideológicos o funcionarios.
Los principios que rigen el intercambio de ideas son, sostiene Polanyi, en el marco de esta convivencialidad, los mismos principios que los del mercado: "la comunidad de científicos está organizada de un modo que recuerda ciertos rasgos de un cuerpo político y funciona de acuerdo a principios económicos similares a aquellos por los que se regula la producción de bienes materiales". 16
El mercado es un sistema de autoajuste interno, presuponiendo un previo compromiso con los valores, emociones, etc. de las comunidades. Este mismo sistema, sostiene Polanyi, debe regir para el reparto de fondos, que no puede realizarse con otros criterios que los del rendimiento en el sistema del mercado de las ideas:
no importa para este propósito si el dinero llega de la autoridad pública o de fuentes privadas, ni si se desembolsa de unas pocas fuentes o de un gran número de benefactores. En tanto que la distribución siga la guía de la opinión científica, dando preferencia a los científicos y a los temas más prometedores, la distribución de ayudas producirá automáticamente una ventaja máxima para el desarrollo de la ciencia como un todo. 17
La ciencia constituye de esta forma una república dentro de la república. La pregunta es, claro, por qué la República de todos tiene que financiar la república de algunos. Polanyi, en este sentido propone lo que parece tener toda apariencia de un grupo de presión social:
Solamente una opinión científica unida y fuerte, imponiendo el valor intrínseco del progreso científico a la sociedad en su conjunto, puede provocar el apoyo de la investigación científica por el público general. Solamente asegurándose el respeto popular por su propia autoridad puede salvaguardar la opinión científica, la completa independencia de los científicos maduros y la publicidad sin entorpecimientos de sus resultados, que aseguran la coordinación espontánea de los esfuerzos científicos a lo largo del mundo. 18
El mecanismo es pues convencer a la opinión pública para que financie y respete los resultados de la ciencia, porque solamente de este modo puede garantizarse la mejor producción de resultados, útiles o no. "Cuanto más ampliamente se extienda la república de la ciencia por el globo, más numerosos lleguen a ser sus miembros y mayores los recursos materiales a su cargo, más claramente emerge la necesidad de una autoridad científica fuerte y efectiva para reinar sobre su propia república." 19
La república de la ciencia, sostiene Polanyi, es una república de exploradores que se convierte a sí misma en un modelo de lo que debe ser la república de los ciudadanos, una república que debe estar más allá de las dudas escépticas que traen consigo algunas ideologías, que implique un compromiso personal con los valores esenciales de la tradición y con la aceptación colectiva de las novedades. La sociedad, en esta nueva república de exploradores:
solamente llegará a tener una vida cultural en la medida en que respete la excelencia cultural […] Aquí tenemos los supuestos de una cultura ideal: el ideal de una vida intelectual profundamente diferenciada, promovida colectivamente; o más precisamente, de una élite conduciendo activamente tal vida intelectual СКАЧАТЬ