Название: Si Ella Viera
Автор: Блейк Пирс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Современные детективы
Серия: Un Misterio Kate Wise
isbn: 9781640299344
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¿Cómo se está comportando? —preguntó Melissa.
Sin poder resistirse, Kate sonrió y respondió: Solo dejé que tomara tres cervezas. Salió en motocicleta con un chico hace como una hora. Le dije que regresara a las 11.
La respuesta vino con rapidez: Oh, eso no es para nada gracioso.
El toma y daca en forma de bromas la puso casi tan feliz como la vista de la bebé durmiendo en su habitación. Después que su padre falleció, Melissa se había vuelto retraida —en especial hacia Kate. Le había echado la culpa al trabajo de Kate por la muerte de su padre y aunque más adelante en la vida había llegado a comprender que ese no era el caso, había ocasiones en las que Kate sentía que Melissa todavía resentía el tiempo que ella había pasado en el Buró tras su fallecimiento. Curiosamente, sin embargo, Melissa había mostrado cierto interés en hacer una carrera en el FBI… a pesar de la actitud menos que positiva hacia los eventos del año anterior que se relacionaban con el retiro interrumpido de su madre.
Todavía sonriendo, Kate se llevó su teléfono al dormitorio y le tomó una foto a Michelle. Se la envió a Melissa y entonces, después de pensarlo, se la envió también a Allen, solo que con un mensaje: ¡De fiesta!
Se descubrió deseando que él estuviera allí con ella. Hallaba que últimamente sentía esto con bastante frecuencia. No era tan ingenua como para pensar que lo amaba, pero podía verse enamorándose de él si las cosas seguían como iban. Lo extrañaba cuando no estaba cerca y siempre que la besaba, la hacía sentir veinte años más joven.
Se encontraba sonriendo todavía cuando Allen respondió con una imagen suya. Era una selfie de él con dos hombres más jóvenes que se veían exactamente como él —sus hijos, probablemente.
Mientras estudiaba la imagen, sonó su teléfono. El nombre que aparecía en pantalla le produjo una marejada de emociones que fue incapaz de contener.
El Subdirector Vince Durán la estaba llamando. Esto por sí solo habría causado una excitación, pero el hecho de que fuera un viernes después de las ocho de la noche disparó las alarmas en su cabeza —alarmas cuyo sonido ella disfrutaba.
Aguardó un momento, contemplando todavía a la pequeña Michelle, y entonces contestó —Habla Kate Wise —dijo, controlando su emoción.
—Wise, es Durán. ¿Es mal momento?
—No es el mejor en términos absolutos, pero está bien —contestó—. ¿Está todo bien?
—Depende. Estoy llamando para ver si estás interesada en tomar un caso.
—¿Estamos hablando de un caso no resuelto como los que hemos estado revisando?
—No. Este... bueno, suena y se parece a uno que resolviste relativamente rápido por allá en el noventa y seis. Hasta ahora, tenemos cuatro cuerpos en dos sitios distintos en Whip Springs, Virginia. Parece como que los asesinatos ocurrieron con no más de dos días de por medio. Ahora mismo, la Policía Estatal de Virginia está a cargo de la escena, pero he hablado con ellos. Si quieres el caso, es tuyo. Pero tienes que ir ya.
—No creo que pueda —dijo—. Tengo un compromiso que necesito cumplir —mirando a Michelle, esto era fácil de decir. Pero casi cada nervio de su cuerpo se levantaba en contra de sus recién adquiridos instintos de abuela.
—Bueno, escucha los detalles, ¿quieres? Los asesinatos son de parejas casadas, una de poco más de cincuenta, la otra de poco más de sesenta. El más reciente fue el de los de cincuenta y tantos. Su hija descubrió sus cuerpos hoy más temprano, al regresar a casa procedente de la universidad. Los asesinatos tuvieron lugar a cincuenta kilómetros el uno del otro, uno en Whip Springs y el otro justo en las afueras de Roanoke.
—¿Parejas? ¿Hay algún lazo entre ellos aparte de que estaban casados?
—Nada todavía. Pero los cuatro cuerpos tienen múltiples heridas punzopenetrantes. El asesino está empleando un cuchillo. Lo hizo despacio y con método. Por lo que a mí respecta, todo apunta a que otra pareja caerá en unos dos días.
—Sí, suena como un asesino en serie en pleno desarrollo —dijo Kate.
Pensó en el caso de 1996 que Durán había mencionado. Al final, una mujer enloquecida que había estado trabajando como niñera había acabado con las vidas de tres parejas en el término de solo dos días. Resultó que había trabajado para las tres parejas en un período de diez años. Kate capturó a la mujer cuando se encaminaba a asesinar a una cuarta pareja para luego, de acuerdo a su testimonio, darse muerte.
¿En verdad iba a decirle no a esto? Después de la intensa reminiscencia que había tenido hoy, ¿podía realmente dejar pasar otra oportunidad de detener a un asesino?
—¿Cuánto tiempo tengo para pensar en ello? —preguntó.
—Te doy una hora. Ni un minuto más. Necesito a alguien en esto ahora. Y pensé que tú y DeMarco podrían trabajar bien en esto. Una hora, Wise… antes, si puedes.
Antes de que pudiera decir okey o gracias, Durán finalizó la llamada. Solía ser cálido y amigable, pero cuando las cosas no resultaban como quería podía ponerse muy irritado.
Tan silenciosamente como pudo, fue hasta la cama y se sentó en el borde. Observó a Michelle dormir, con el suave subir y bajar de su pecho, tan lento y metódico. Podía recordar con claridad a Melissa cuando era así de pequeña y no tenía idea de cómo había pasado el tiempo. Y de allí venía su problema: sentía que se había perdido mucho de su vida como madre y esposa debido a su trabajo, pero aún así tenía un fuerte sentido del deber hacia el mismo. Especialmente cuando sabía que podía estar allí ahora mismo, haciendo su parte para llevar a un asesino ante la justicia.
¿Qué clase de persona sería si rechazaba esta oferta, dejando que Durán escogiera a otro agente que no tendría el mismo conjunto de habilidades que ella?
Pero qué clase de madre y abuela era si tenía que llamar a Melissa, decirle que viniera a recoger a su hija y pusiera término a su velada porque el FBI la había llamado de nuevo?
Kate contempló a Michelle por unos cinco minutos, incluso acostándose junto a ella y colocando su mano sobre el pecho de la bebé solo para sentir su respiración. Y el ver ese pequeño aleteo de vida, de una vida que todavía nada sabía de los males que había en el mundo, facilitó la decisión de Kate.
Frunciendo el ceño por primera vez ese día, Kate levantó el teléfono y llamó a Melissa.
***
Una vez, cuando Melissa tenía dieciséis, metió a un chico en su habitación, tarde en la noche, cuando ya Kate y Michael estaban dormidos. Kate se despertó con un ruido (que más tarde determinó que era como la rodilla de alguien golpeando la pared de la habitación de Melissa) y se levantó para ir a investigar. Al abrir la puerta de su hija y encontrarla con los pechos al aire y un chico en su cama, había sacado a este de la cama y gritado que se largara.
La furia de esa noche en los ojos de Melissa СКАЧАТЬ