Название: Una Carga De Valor
Автор: Морган Райс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Героическая фантастика
Серия: El Anillo del Hechicero
isbn: 9781632911711
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Al llegar, cientos de personas los rodearon. Ella vio caras conocidas – a Kendrick, a Srog, a Godfrey, a Brom, a Kolk, a Atme, a docenas de Los Plateados y de La Legión, que reconoció… Se reunieron a su alrededor, con la angustia en sus rostros, en el sol temprano de la mañana, mientras la niebla se arremolinaba en el Cañón y sintió una brisa fría punzándola. Cerró los ojos, tratando de que todo eso desapareciera. Se sintió como una cosa en exhibición y aplastada en las profundidades. Se sintió humillada. Y sintió que había decepcionado a todos.
Continuaron, más allá de todas las personas, a través de las callejuelas de la parte baja de la ciudad, a través de otra entrada arqueada, y finalmente al pequeño palacio de la parte baja de Silesia. Gwen entraba y salía de la conciencia, mientras entraban a un magnífico castillo rojo, subiendo un conjunto de escaleras, por un largo pasillo y hacia otra alta puerta arqueada. Finalmente, se abrió una pequeña puerta y entraron en una habitación.
La habitación tenía una luz tenue. Parecía ser un amplio dormitorio, con una cama antigua con dosel en su centro, con el fuego rugiente de una antigua chimenea de mármol, no muy lejos de allí. Varias asistentes estaban paradas en la habitación, y Gwendolyn sintió que Argon la llevaba a la cama, la colocaba suavemente sobre ella. Al hacerlo, docenas de personas se reunieron, mirándola con preocupación.
Argon se retiró, dio varios pasos hacia atrás y desapareció en medio de la multitud. Ella lo buscó, parpadeando varias veces, pero ya no lo pudo encontrar. Se había ido. Sintió la ausencia de su energía protectora, que la había estado envolviendo como un escudo. Se sentía más fría, menos protegida, sin él.
Gwen lamió sus labios agrietados y un momento después sintió que su cabeza era apuntalada por detrás, le colocaban una almohada y un jarro de agua en sus labios. Ella bebió y bebió, y se dio cuenta de cuánta sed tenía. Miró hacia arriba y vio a una mujer que reconoció.
A Illepra, la curandera real. Illepra la miró, con sus ojos color avellana, llenos de preocupación, le dio agua, pasando un paño caliente sobre su frente, quitando el cabello de su cara. Puso una mano sobre su frente y Gwen sentía una energía curativa que pasaba a través de ella. Sentía los ojos pesados, y pronto los cerró contra su voluntad.
Gwendolyn no sabía cuánto tiempo había pasado cuando abrió los ojos otra vez. Todavía se sentía exhausta, desorientada. En sus sueños había oído una voz, y ahora la escuchaba otra vez.
"Gwendolyn", dijo la voz. Lo oyó resonar en su mente, y se preguntó cuántas veces él había llamado su nombre.
Miró hacia arriba y reconoció a Kendrick, quien la observaba. Junto a él estaba su hermano Godfrey, junto con Srog, Brom, Kolk y varios otros. Del otro lado, estaba parado Steffen. Odiaba las expresiones en sus rostros. La veían como si fuera causa de lástima, como si hubiera regresado de entre los muertos.
"Hermana mía", dijo Kendrick, sonriendo. Podía oír la preocupación en su voz. "Dinos lo que pasó".
Gwen meneó la cabeza, demasiado cansada para recordar todo.
"Andrónico", dijo ella, con voz ronca, que parecía más como un susurro. Ella aclaró su garganta. "Intenté… rendirme… a cambio de la ciudad… Confié en él. Fue una estupidez…"
Ella meneó la cabeza una y otra vez, una lágrima rodaba por su mejilla.
"No; tú eres noble", corrigió Kendrick, estrechando su mano. "Eres la más valiente de todos nosotros".
"Hiciste lo que hubiera hecho cualquier gran líder", dijo Godfrey, avanzando.
Gwen meneó la cabeza.
"Él nos engañó…", dijo Gwendolyn. “Y me atacó. Hizo que McCloud me atacara".
Gwen no pudo evitarlo: comenzó a llorar, mientras decía esas palabras, incapaz de evitarlo. Ella sabía que un líder-no haría eso, pero no podía evitarlo.
Kendrick apretó su mano más fuerte.
"Iban a matarme…", dijo, "…pero Steffen me salvó… "
Todos los hombres vieron a Steffen con un nuevo respeto, quien estaba parado fielmente a su lado, inclinando la cabeza.
"Lo que hice fue demasiado poco y demasiado tarde", respondió humildemente. "Era un hombre solo contra muchos".
"Aun así, salvaste a nuestra hermana y por eso siempre estaremos en deuda contigo", dijo Kendrick.
Steffen meneó la cabeza.
"Tengo una deuda mucho mayor con ella", respondió él.
Gwen lloró.
"Argon nos salvó a los dos", terminó diciendo ella.
El rostro de Kendrick se volvió sombrío.
"Te vengaremos", dijo él.
"No solo me preocupo por mí misma", dijo ella. "Sino por la ciudad… por nuestro pueblo… por Silesia. Andrónico… atacará…"
Godfrey le dio palmaditas en su mano.
"No te preocupes por eso ahora", dijo, avanzando. "Descansa. Hablaremos de estas cosas. Ahora estás a salvo aquí".
Gwen sentía que los ojos se le cerraban. No sabía si estaba despierta o soñando.
"Ella necesita dormir", dijo Illepra, avanzando, protectora.
Gwendolyn débilmente oyó todo eso, mientras se sentía más y más pesada, entrando y saliendo de la conciencia. En su mente aparecían imágenes de Thor y luego, de su padre. Le estaba costando trabajo discernir entre lo que era real y lo que era un sueño, y oyó sólo fragmentos de la conversación, en su mente.
"¿Qué tan graves son las heridas?", dijo una voz, tal vez la de Kendrick.
Ella sentía que Illepra pasaba su mano sobre la frente. Y entonces, las últimas palabras que escuchó, antes de que sus ojos se cerraran, fueron las de Illepra:
"Las heridas en el cuerpo son ligeras, mi Lord. Las heridas en su espíritu, son las más profundas".
Cuando Gwen despertó otra vez, escuchó el crepitar del fuego. No podía saber cuánto tiempo había pasado. Parpadeó varias veces, mientras miraba alrededor de la habitación oscurecida y vio que la multitud se había dispersado. Las únicas personas que se quedaron fueron Steffen, sentado en una silla junto a su cama, Illepra, que estaba parada junto a ella, aplicando un ungüento en su muñeca, y sólo una persona más. Era un anciano amable, que la miraba con preocupación. Ella casi lo reconoció, pero fue difícil ubicarlo. Se sentía cansada, muy cansada, como si no hubiera dormido en años.
"¿Mi señora?", dijo el anciano, inclinándose. Tenía algo grande en ambas manos, y ella miró hacia abajo y se dio cuenta de que era un libro encuadernado en cuero.
"Soy Aberthol", dijo. "Su maestro. ¿Me oye?".
Gwen tragó saliva y asintió lentamente con la cabeza, abriendo un poco los ojos.
"He estado esperando horas para СКАЧАТЬ